Manual del portátil bueno, bonito y barato: este es el camino a tu nuevo PC sin pagar 1.000 €

La mejor manera de acertar comprando cualquier cosa es hacer algo tan sencillo, y a la vez tan complicado, como reflexionar. ¿Para qué voy a usarlo? ¿Qué tipo de tareas haré con él? Los portátiles no son una excepción a este mantra, pero a veces hay tantos pequeños detalles que se nos olvida chequearlos todos. A continuación te ofrecemos una guía de puntos a tener en cuenta a la hora de comprar un portátil barato. Síguela con nosotros y al menos podrás comprar de manera informada. La elección final, como siempre, será tuya y solo tuya.

Esta guía da por hecho que Windows 11 es la mejor opción para tu portátil barato. MacOS queda descartado por una simple cuestión de precio (el portátil más barato de Apple en su página web cuesta 1218 euros, el MacBook Air con M1). Tampoco caigas en la trampa de Windows 10, que está próximo al final de su ciclo de vida como producto (Su soporte técnico termina en 2025).

Por cierto, Windows distribuye dos versiones de Windows 11: la versión convencional y otra llamada Windows 11S o Windows 11 en modo S. Esta última es una versión pensada para la seguridad y la estabilidad del sistema. La desventaja es que solo permite instalar software disponible en la Microsoft Store y usar Edge como navegador. El modo S es desactivable, pero el proceso es irreversible.

Pero, ¿y Chrome OS? Los portátiles con sistema operativo de Google son muy baratos. No hay nada de malo en que consideres comprar uno, pero antes piensa bien para qué vas a usar tu equipo; o más bien qué vas a instalar en él. ChromeOS es un sistema ligero y competente que puede ser muy atractivo para trabajar en remoto si lo que haces es sobre todo navegar, usar aplicaciones con soporte web, y servicios de Google.

No es un caso tan raro. Hay personas que teletrabajan y acceden a la intranet de su oficina a través del navegador. Hacen tu trabajo con alguno de los sucedáneos de Office integrados en Google Docs, o directamente escriben en un editor web. No pocos periodistas y blogueros trabajan así. Para instalar aplicaciones tienes la tienda de Android para Chrome OS y poco más. Es un poco como tener un móvil Android muy grande y potente, y con un sistema operativo de escritorio, pero para muchos es más que suficiente.

Los Chromebook, eso sí, tienen dos desventajas. La primera es que al estar tan integrados en los servicios de Google, son muy dependientes de una conexión a Internet. La segunda es que no es fácil instalar aplicaciones Windows en ellos. Hay algunos rodeos, como instalar un entorno Windows Virtual tipo Parallels Desktop, pero no es algo precisamente intuitivo. La propia Google, consciente del inconveniente, comenzó a ofrecer un servicio de aplicaciones Windows seleccionadas en agosto de este mismo año. Sin embargo, es posible que el software que necesites no esté disponible o haya problemas de compatibilidad.

Si necesitas aplicaciones muy específicas para tu trabajo que son típicas de Windows o aspiras a instalar juegos desde tiendas online Steam o Epic, simplemente olvídate de los ChromeBook. Si pese a todo quieres probar un equipo con Chrome OS, nuestra recomendación es, como mínimo, un chip Intel Core i3 o un AMD Ryzen 4000.

Procesador: Intel Core o AMD Ryzen

Muchos portátiles baratos te tentarán con procesadores de la serie Intel Celeron, o incluso con chips Mediatek, Samsung, o Qualcomm. Ignóralos. Nuestra recomendación es un Intel Core i3, o AMD Ryzen 3 como mínimo. Si encuentras un AMD Ryzen 5 o Intel Core i5 mejor que mejor.

¿Por qué este desprecio a otras marcas de procesador? Pues porque hemos elegido Windows 11. Intel y AMD funcionan sobre arquitecturas X86 plenamente compatibles con Windows 11. Qualcomm y Mediatek funcionan sobre ARM, y esto puede causar problemas de compatibilidad no solo con Windows, sino con otras aplicaciones sobre Windows.

De todos modos, raro es el chip de estas marcas que supera a los Intel y AMD en los test sintéticos. En cuanto a Celeron, es la marca de bajo coste de Intel. No es que sean malos, pero por unos pocos euros más podemos irnos a un Core i3 o i5 hechos y derechos. No merece la pena racanear en procesador.

Finalmente, está la cuestión de la gráfica (o más bien de su ausencia, como veremos más adelante). Los chips Intel Core llevan gráfica Intel UHD integrada. Los AMD Ryzen llevan gráfica Radeon integrada.

No te servirán para correr un juego reciente a tope de calidad, pero yo he llegado a hacer funcionar Fusion 360 (un programa de diseño 3D) sobre un Intel Iris de los antiguos con una fluidez muy razonable.

Memoria: 8 GB de RAM y 128 en SSD

4 GB de RAM es el requisito mínimo para poder Instalar Windows 11, pero es una cantidad insuficiente a día de hoy. Al menos necesitarás 8 GB, y si es más mejor. Si necesitas hacer concesiones a toda costa puedes reducir a 6 GB de RAM. Podrás navegar y usar programas de productividad tipo Office con relativa tranquilidad, aunque comprometerá tu multitarea y el rendimiento de otras aplicaciones más pesadas como los editores de imagen.

En cuanto al almacenamiento, no te obsesiones con lograr un portátil barato con mucho espacio interno. Es más importante el formato, que la capacidad. En este caso a lo que apuntamos es a un mínimo de 128 GB de espacio en SSD, si es de tipo m.2 NVMe, mejor, y si logramos hacernos con 256 GB mucho mejor. Procura evitar los discos duros convencionales (son más lentos y se calientan más) y los eMMC. Es un formato similar a la memoria NAND, pero más lento que el SSD SATA, y mucho más lento que el m.2 NVMe.

¿Gráfica discreta? Olvídate de ella. Lo sentimos, pero hay que ser realistas. Sencillamente, queda fuera del presupuesto. Puedes encontrar portátiles de gaming muy baratos con gráfica RTX integrada como algunos HP Victus, Asus TUF, o Acer Nitro, pero todos están por encima de los 800 euros. Si encuentras algo con gráfica por menos de ese precio, míralo con lupa, no sea que tenga trampa.

Pantalla: 15 pulgadas 1080p

La resolución Full HD 1080P (o lo que viene siendo una resolución de 1920 x 1080 píxeles) es el punto dulce a buscar en portátiles baratos. Huye como de la peste de cualquier resolución inferior. Algunos fabricantes ofrecen resolución HD (1366 x 768 píxeles) pero no merece la pena en 2023.

Eso sí, tampoco caigas en el error de elegir un equipo con más resolución sin ninguna buena razón. Las pantallas con más resolución necesitan procesadores y gráficas más potentes para mover todos esos píxeles, y en este rango de precios ya vamos justos de potencia. Una vez asegurado el 1080p podemos buscar algunos extras como HDR, panel IPS, o tasa de refresco a 120Hz, pero son extras raros en los portátiles baratos.

En cuanto al tamaño, en el medio está siempre la virtud, y el término medio en portátiles es un terreno entre las 13, y las 15 pulgadas. En diagonales más altas notarás los píxeles a resolución 1920 x 1080. En diagonales más bajas te quedarás pistojo intentando leer el texto. Eso por no mencionar que los portátiles baratos no suelen apostar mucho por diseños ultraligeros, así que esas 17 pulgadas te pesarán en el brazo.

Finalmente, está la cuestión de la pantalla táctil. Raro será que encuentres un portátil barato con pantalla táctil. Si lo haces, pregúntate si realmente vas a usarla o no. Puede que seas un entusiasta de ese tipo de interfaz. Otros somos más de teclado (o mousepad) y ratón. Es un extra que sube bastante el precio como para comprarlo y luego no usarlo.

Puertos, puertos, puertos

Los puertos son vitales en cualquier portátil, pero en uno barato lo son más. Es probable que acabes conectando algún disco duro extraíble, o incluso un monitor externo para compensar esas parcas 13 pulgadas. Elige siempre un equipo que tenga por lo menos 1 puerto USB 3.0, y uno o dos USB-C. Cuidado con estos últimos porque a menudo te dice que lleva dos, pero uno quedará siempre reservado a carga. El HDMI para monitores externos es otro imprescindible.

Es bueno comprobar si tiene una webcam mínimamente decente (1080p), y sus correspondientes puertos para micrófono o auriculares.

En cuanto al formato... ¿Cuál es mejor? ¿Ultrabook, convertible, dos en uno? En mi experiencia los ultrabook y los convertibles suelen ser equipos de gama alta destinados a enamorarte con un factor de forma fino o novedoso. El problema es que en este tipo de formatos raramente encontrarás buena duración de la batería o una gráfica discreta. Cuando buscamos ajustar mucho el precio, elegir un factor de forma a la moda a menudo es un lujo que no nos podemos permitir, y los portátiles convencionales son un formato probado, fiable y en el que puedes meter muchos componentes.

Como nota final está la batería. Raro es el portátil asequible que presume de una batería muy larga. Como norma muy general, divide por la mitad el número de horas de autonomía que declara el fabricante e irás sobre seguro. Busca también hasta encontrar el tamaño y peso del cargador. Lo vas a necesitar con frecuencia y no es cosa de ir por la vida con un ladrillo pegado al portátil.

No podemos cerrar esta guía sin demostrar que nos aplicamos nuestro propio cuento. Aquí te dejamos tres ejemplos de portátil barato que puedes encontrar ahora mismo en tiendas siguiendo nuestros propios consejos.

Asus Vivobook 15: un portátil de 15 pulgadas 1080p con procesador Intel Core i3-1115G4, 8 GB de RAM y 256 GB SSD por 349€.

Acer Aspire 5. Hay varias versiones de este todoterreno de Acer con pantalla 1080p de 15 pulgadas. Una de las más asequibles lleva procesador AMD Ryzen 5 5500U, 8 GB de RAM y 512 GB de espacio en SSD. Puedes comprarlo con un i7, aunque tendrás que instalar Windows 11 por tu cuenta. Si optas por esta última opción, puedes conseguirlo por 539 euros.

Lenovo IdeaPad 1 Gen 7: un portátil de 15,6 pulgadas con procesador AMD Ryzen 5 3500U, 8GB de RAM y 512 GB en SSD por solo 549€. Existe una versión en 17 pulgadas con procesador Core i5 (el Ideapad 3 Gen 7) rozando los 600€.

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