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Estos son tipos los cables USB que hay: conoce los tipos para no dañar tu teléfono
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Estos son tipos los cables USB que hay: conoce los tipos para no dañar tu teléfono

La Unión Europea ha apostado por el USB-C como cargador universal para todos los dispositivos. Sin embargo, en el mercado sigue habiendo disponibles una gran variedad de modelos

Foto: Hay más tipos de cables USB de los que probablemente podemos recordar (EFE/Daniel Irungu)
Hay más tipos de cables USB de los que probablemente podemos recordar (EFE/Daniel Irungu)

Apple ha sido la última gran compañía en adoptar el USB-C como puerto de carga y transferencia de datos en sus dispositivos. Aunque la marca de Cupertino se resistió todo lo posible a esta medida y mantuvo en vigor el puerto Lightning que ella mismo creó, acabó sucumbiendo a la nueva normativa, que entrará definitivamente en vigor en 2024. A pesar de ello, todos tenemos en casa distintos tipos de cables USB que debemos conocer para sacar el máximo partido a nuestros aparatos electrónicos y evitar que se dañen.

El puerto USB nació en el año 1996 como resultado de un proyecto emprendido por varias big tech, entre las que destacaban Microsoft, Intel e IBM. Su nombre deriva de las siglas Universal Serial Bus o “bus universal en serie”, como puede traducirse al español. Desde un principio persiguió el objetivo de convertirse en un estándar universal para la transferencia de datos y, posteriormente, para la recarga de baterías.

Foto: (Reuters)

Prueba de esto es que, a lo largo de los últimos 25 años, prácticamente todos los teléfonos móviles, ordenadores, cámaras fotográficas y periféricos de PC han incorporado uno. Gracias a ellos también fue posible disfrutar de las memorias USB, que antes de la irrupción de la nube eran los medios preferidos de los usuarios para llevar archivos en formato digital de un sitio a otro.

Generaciones y tipos

La primera generación (1996) tuvo dos revisiones y era muy limitada. De hecho, el USB 1.2 apenas alcanzó velocidades de transferencia de 12 megabytes por segundo (Mbps) y ofrecía una potencia máxima de 2,5 W. Eso sí, la mejora que llegó con el USB 2.0 (2000) supuso la consolidación definitiva de esta tecnología, ya que la cifra se elevó hasta los 480 Mbps. Es decir, 40 veces más, lo que le permitió mantenerse en el mercado durante 8 años. Al igual que la anterior, su potencia de carga no es compatible con sistemas de carga rápida.

El USB es el estándar universal para cargar baterías y transferir datos

En consecuencia, para ver el USB 3.0 hubo que esperar hasta 2008. La primera versión alcanzó los 5 Gbps, mientras que la tercera (USB 3.2) llegó a los 20 Gbps. Pero no solo eso. También fue el primero en ser compatible con la tecnología de carga rápida y ultra carga rápida, ya que su potencia de salida es de 240 W como máximo. Esta es la misma potencia que posee el estándar USB 4.0, que salió al mercado en 2019. Eso sí, su velocidad de transferencia es de hasta 20 Gbps, aunque en las siguientes revisiones será capaz de llegar hasta los 80 Gbps.

Ahora bien, estos estándares de transferencia se han aplicado a muchos formatos de cables y puertos USB. Vamos a verlos:

  • USB-A: el original. Tiene forma rectangular y sigue pudiendo encontrarse en muchos periféricos de ordenador.
  • USB-B: mucho menos exitoso. Es más ancho por un lado que por el otro y, fundamentalmente, se ha utilizado en escáneres, impresoras y cámaras fotográficas.
  • Micro USB: posee forma de trapecio y fue equipado con mucha asiduidad en los primeros smartphones y tablets que aparecieron en el mercado.
  • Mini USB: es tan parecido al micro USB que muchos usuarios los confunden. Es normal, ya que se trató de una adaptación diseñada para los dispositivos más pequeños, como es el caso de los reproductores de música MP3 y MP4.
  • USB-C: el universal y el más reciente. También es el que ofrece compatibilidad con mayor variedad de protocolos y el que ofrece velocidades de transferencia y carga más elevadas. No es de extrañar que la UE haya apostado por él.

Es evidente que los cables USB no van a encajar en el puerto de tu dispositivo si no presentan el mismo formato. Sin embargo, sí que podrías llegar a dañarlo si le conectas uno cuya potencia máxima sea superior a la permitida por él. Eso sí, siempre que uses un cargador compatible. Esto no es algo de lo que deberías preocuparte, ya que los terminales más modernos cuentan con sistemas de seguridad que impiden que se produzcan subidas de tensión que dañen sus componentes.

En el caso contrario, es decir, en el que se refiere al uso de un cable USB cuya potencia sea inferior a la soportada por tu teléfono, lo único que sucederá es que no podrás cargar la batería tan rápido. De hecho, lo más probable es que ni siquiera llegue a activarse el sistema de carga rápida del dispositivo, si es que cuenta con él.

Apple ha sido la última gran compañía en adoptar el USB-C como puerto de carga y transferencia de datos en sus dispositivos. Aunque la marca de Cupertino se resistió todo lo posible a esta medida y mantuvo en vigor el puerto Lightning que ella mismo creó, acabó sucumbiendo a la nueva normativa, que entrará definitivamente en vigor en 2024. A pesar de ello, todos tenemos en casa distintos tipos de cables USB que debemos conocer para sacar el máximo partido a nuestros aparatos electrónicos y evitar que se dañen.

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