Elecciones generales al inicio de la presidencia europea de España: ¿qué pasa ahora?
Las elecciones generales se celebrarán poco después de que España haya asumido la presidencia rotatoria del Consejo de la Unión Europea
Tras los malos resultados cosechados por las izquierdas en los comicios municipales y autonómicas de este domingo, Pedro Sánchez, presidente del Gobierno, ha decidido adelantar las elecciones generales, que estaban previstas para finales de año, al próximo 23 de julio, solamente unos días después de que España asuma la presidencia rotatoria del Consejo de la Unión Europea. Y esta convocatoria afectará de forma distinta a diferentes niveles del trabajo de la presidencia.
En cuanto a los tiempos, las elecciones llegan a finales de julio, cuando el trabajo de la presidencia acaba de empezar. Durante agosto, la agenda se detiene por completo, por lo que, en caso de que haya un cambio de Gobierno y que este se produzca de forma rápida, el nuevo Ejecutivo tendría algo de tiempo para prepararse de cara a septiembre. En el peor de los casos, habría un bloqueo que duraría varios meses o que podría incluso a llegar a una repetición electoral. Pero la buena noticia en un escenario de incertidumbre política es que, en realidad, no hay demasiado que preparar: en el día a día técnico la presidencia funciona de alguna manera como un vehículo con un sistema de piloto automático.
Lejos de lo que mucha gente cree, y del plan que había diseñado el Gobierno para sacarle el mayor rédito electoral que fuera capaz, el semestre europeo no tiene una enorme carga política. Se trata de un trabajo que se realiza fundamentalmente en Bruselas por parte de la representación permanente de España en la Unión Europea, donde equipos de técnicos se encargan de dosieres que tienen muy poco interés a nivel mediático. Quienes están encima de la letra pequeña, en la negociación del día a día, son funcionarios y técnicos que no cambiarán incluso si cambia el Gobierno. Puede que haya algunas modificaciones, algunos nombramientos, pero en lo fundamental no afectará. El cargo más sensible es el del embajador representante permanente de España en la UE, un puesto que sí debe ser de confianza del Ejecutivo y que tiene un papel muy protagonista durante los seis meses de presidencia.
En los dosieres más importantes, que sí tienen algo de mayor carga política, la posición de España es más o menos clara y no cambiará demasiado aunque cambie el Gobierno, como, por ejemplo, en la reforma de las reglas fiscales o en la reforma del pacto migratorio, en el que ambos partidos quieren evitar que todo el peso de la gestión migratoria recaiga sobre los países de primera línea. La demostración de que el espacio político europeo no responde a coordenadas nacionales es la incipiente alianza entre Sánchez y la radical primera ministra italiana Giorgia Meloni para hacer un frente común en la cuestión migratoria. Pero en estos dosieres, en caso de cambio de Gobierno, afectará negativamente la falta de diálogo entre el Partido Popular y el Ejecutivo.
A nivel técnico, que es el más importante, la presidencia es un trabajo relativamente gris y poco vistoso. Se trata de hacer funcionar bien la maquinaria del Consejo de la Unión Europea, de ejercer de árbitro, de conocer bien las posiciones de cada Estado miembro para intentar ofrecer soluciones de consenso, acercar posturas y facilitar acuerdos. Los ministros tienen un papel en esta maquinaria, pero no es central. De hecho, en este nivel el escenario de las elecciones anticipadas podría ser hasta positivo: los técnicos podrán trabajar sin la presión por parte de los ministerios para cerrar acuerdos cuanto antes para apuntarse victorias y dosieres aprobados.
El elemento electoral
Donde sí afectará de forma directa la convocatoria a la presidencia es en el siguiente nivel, por encima del técnico, en el político. El semestre se planificó y diseñó con un escenario determinado: la celebración de elecciones generales en diciembre. Así, por ejemplo, las reuniones informales de ministros de la Unión Europea se habían repartido por toda la geografía española, algo muy poco común en las presidencias del Consejo de la Unión Europea. Para el Gobierno, la presidencia era una carta electoral para reforzar el perfil internacional de Sánchez, que durante los últimos años se ha mostrado como un líder influyente entre los socialdemócratas europeos y con una buena relación con otros líderes de la cúpula de la Unión Europea, como la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen.
Ese planteamiento queda ahora fuera de juego con la convocatoria de las elecciones anticipadas. En caso de un cambio de Gobierno, el siguiente Ejecutivo heredará un calendario de reuniones informales de ministros diseñadas para la campaña. Y la fecha también afecta a la gran cita de la presidencia, que es la cumbre extraordinaria de jefes de Estado y de Gobierno de la Unión Europea que estaba prevista para principios de octubre en Granada, el momento en el que Sánchez más rédito electoral podía obtener del semestre.
En todo caso, al presidente del Gobierno le quedan todavía algunas fechas importantes de la presidencia rotatoria antes de los comicios. A principios de julio, la Comisión Europea al completo visitará Madrid y unos días después Sánchez tiene previsto dar el discurso inaugural de la presidencia española del Consejo de la Unión Europea en el Parlamento Europeo de Estrasburgo, una sesión en la que la campaña electoral estará muy presente y en la que nadie duda que los partidos de la oposición aprovecharán para cargar contra el líder socialista en un escenario europeo aprovechando el debate que se abrirá tras su discurso.
Esa misma semana, Sánchez participará en la cumbre de líderes de la Alianza Atlántica (OTAN) que se celebrará en Vilna, y la semana siguiente en Bruselas tendrá lugar la cumbre con la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC) que ha impulsado la presidencia española. En el plano real, la presidencia rotatoria del Consejo de la Unión Europea es mucho más técnica que política, y en ese sentido la convocatoria de elecciones anticipadas no afectará a la parte fundamental del semestre europeo. Pero el planteamiento del Gobierno respecto a buena parte del diseño de la presidencia se había hecho con la vista puesta en las elecciones de diciembre, y eso sí que se verá impactado por los comicios.
Tras los malos resultados cosechados por las izquierdas en los comicios municipales y autonómicas de este domingo, Pedro Sánchez, presidente del Gobierno, ha decidido adelantar las elecciones generales, que estaban previstas para finales de año, al próximo 23 de julio, solamente unos días después de que España asuma la presidencia rotatoria del Consejo de la Unión Europea. Y esta convocatoria afectará de forma distinta a diferentes niveles del trabajo de la presidencia.
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