Es noticia
Pedro Sánchez, ante 'la maldición' europea
  1. España
CRÓNICAS DOMINICAS

Pedro Sánchez, ante 'la maldición' europea

El 1 de julio, el líder socialista asume la presidencia rotatoria de la UE. Sus antecesores en la Moncloa no la rentabilizaron electoralmente. Sánchez se enfrenta a un reto en el que algunos creen que busca una salida personal

Foto: El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez. (EFE/Enric Fontcuberta)
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez. (EFE/Enric Fontcuberta)
EC EXCLUSIVO Artículo solo para suscriptores

Al margen de las consecuencias que puedan tener sobre el Gobierno de coalición los resultados de las elecciones que se celebran hoy, Pedro Sánchez encara el segundo semestre del año con dos objetivos principales. El primero, y más inmediato, ya en junio: acordar qué medidas sociales se prorrogan de las que vencen el día 30 del mes que viene y cuáles se dejan decaer. La previsión es que varias de las que se acordaron en marzo de 2022, y otras sucesivas, bajo el paraguas del Plan Nacional de Respuesta a la guerra de Ucrania, se extiendan, al menos, hasta septiembre.

El segundo objetivo del líder del Ejecutivo consistirá en desempeñar la presidencia de turno de la Unión Europea, entre el 1 de julio y el 31 de diciembre, de manera tal que le sirva de palanca para alcanzar las generales con una alta exposición internacional y un balance de iniciativas que se valoren por la sociedad española como un estímulo para respaldar las listas socialistas. Para nadie es ya un secreto que la zona de confort de Sánchez está mucho más fuera que dentro. Pero muy hábil ha de ser el líder socialista para obtener los réditos electorales que sus predecesores —Felipe González, José María Aznar y José Luis Rodríguez Zapatero— no obtuvieron después de ocupar el semestre de presidencia de la hoy Unión Europea.

La 'maldición' europea

Ha sido el profesor e investigador principal del Real Instituto Elcano, Ignacio Molina, el que ha levantado la liebre. En un tuit, alertó de que, después de las presidencias de turno españolas, el partido en el Gobierno entraba en recesión o en fracaso electoral. Efectivamente. La primera vez que correspondió a España fue en 1989 con Felipe González en la Moncloa. Ese mismo año, el PSOE perdió la mayoría absoluta y pasó de 184 diputados a 175. En 1995, de nuevo González gestionó la presidencia de la entonces CEE y, en las generales del año siguiente (1996), los socialistas cedieron el Gobierno a José María Aznar: pasaron de 159 escaños a 141. El líder popular ostentó como jefe del Gobierno la presidencia europea en 2002, en la legislatura de su mayoría absoluta (183 escaños, obtenidos en las generales de 2000), pero se desplomó en 2004, perdiendo 35 diputados, quedándose su partido en 148. Por fin, José Luis Rodríguez Zapatero presidió de turno la Unión Europea en 2010, pero al año siguiente, viniendo de una mayoría relativa de 169 diputados obtenidos en 2008, se quedó en 110 asientos en el Congreso.

Foto: Biden volverá a reunirse con Sánchez, esta vez en EEUU. (Reuters/Dita Alangkara)

Es obvio que las causas de ese retroceso electoral no pueden atribuirse a la exposición europea de los tres presidentes, sino a un conjunto de ellas de diferente naturaleza. Se trata de una coincidencia cuyo valor indicativo, sin embargo, es la neutralidad en el electorado español de ese protagonismo internacional. Es, como coinciden interlocutores consultados al respecto, una suerte de "casualidad maldita", pero cierta. La proyección internacional de los dirigentes españoles no mueve la aguja electoral.

Europeístas pero domésticos

El europeísmo de la sociedad española ha registrado épocas muy álgidas después del ingreso en la CEE, en 1986, que protagonizó el Ejecutivo de Felipe González. Por su parte, con José María Aznar, España cumplió sus deberes económicos y se incorporó a la moneda única (el euro) y durante la gestión de Rodríguez Zapatero se firmó el Tratado de Lisboa (13 de diciembre de 2007). Un acuerdo sustancial, ya que modificó el Tratado de la Unión Europea y el Tratado Constitutivo de la Comunidad Europea. Lo suscribieron los 27 países. El presidente del Gobierno fue el plenipotenciario nacional que suscribió el acuerdo en nombre del Reino de España. Entró en vigor el 1 de diciembre de 2009, de modo que la presidencia de turno del segundo secretario general del PSOE que ocupó la Moncloa en 2010 se atuvo ya a las nuevas reglas de la UE.

Foto: Pedro Sánchez, junto al primer ministro chino Li Qiang, en Pekín. (EFE/Wang Ye)

Pero antes de que se firmase el Tratado de Lisboa, España fue uno de los países que aprobó la llamada Constitución Europea. El 20 de febrero de 2005, el texto se sometió a referéndum. La baja participación (41,77%) ya fue síntoma de cierta indolencia, pero los votos positivos llegaron al 81,84% de los emitidos y solo un 18,16% de ellos se decantó por rechazar el acuerdo constitucional. Ese intento, no obstante, fracasó porque las consultas en los Países Bajos y en Francia fueron negativas. La idea de una Carta Magna de esas características se abandonó y se sustituyó por un Tratado como el de Lisboa, que es el que está en vigor y modula el alcance de las presidencias rotatorias de la UE, a la que Sánchez, como jefe del Gobierno del Reino de España, accederá el 1 de julio próximo. Si en diciembre gana las generales, la maldición europea se evaporará, pero si no lo hace, el mal augurio se reforzará. Porque revalidará el carácter doméstico de las variables que emplean los españoles en su decantación electoral, sin perjuicio del europeísmo en que el creen muy mayoritariamente. Salvo en los extremos del arco político, no hay euroescepticismo en la política española.

Los objetivos de la presidencia de Sánchez

¿Qué pretende el presidente del Gobierno en esos seis meses de gestión europea? Lo sintetiza Ramón Jáuregui, exministro de la Presidencia con Rodríguez Zapatero (2010-2011) y antes presidente de la delegación socialista en el Parlamento europeo (2016-2018) y observador conectado con la política bruselense:

"Las presidencias de turno de la Unión Europea no alteran la marcha general de las instituciones comunitarias, pero imprimen prioridades que pueden resultar estratégicas. Así ocurrió cuando Francia, después de la pandemia, tituló su presidencia "Recuperar Autonomía Estratégica", orientando a la Comisión y al Consejo hacia la relocalización industrial, el liderazgo digital y climático y la autonomía energética".

Foto: El presidente del Gobierno de España, Pedro Sánchez, saluda a la primera ministra italiana, Giorgia Meloni. (EFE/Pool/Moncloa/Fernando Calvo)

El político vasco piensa que "España mantendrá esta urgencia europea creando grupos de trabajo para definir los sectores en los que nuestras dependencias nos debilitan y las acciones consecuentes. España tiene que pilotar la Unión en un campo en el que es líder natural: América Latina, pero tiene que navegar en aguas turbulentas en otros tres temas estratégicos: la renovación del pacto de estabilidad, el pacto migratorio y la transición climática y digital".

Jáuregui, como otros analistas, prevé que el punto más importante de la gestión de Sánchez hace referencia a América Latina: "La presidencia española tendrá especial significación en el impulso a las relaciones Unión Europea-América Latina. Aquí España ya ha obtenido un primer éxito: la celebración de una doble cumbre de jefes de Estado y de Gobierno entre Unión Europea y CELAC y de empresas (business summit) los días 17 y 18 de julio en Bruselas. Junto a ella, habrá una cumbre de ministros de Economía en Santiago de Compostela en septiembre, aprovechando una reunión del Ecofin, con ministros de Economía de América Latina y con vistas a elaborar un gran plan de inversiones europeo en la zona que nos permita recuperar presencia económica e influencia política en una región en la que hemos perdido mucho de ambas cosas en los últimos diez años. Por supuesto, sería un gran logro que, además, España fuera capaz de superar las grandes dificultades políticas existentes para que actualicemos nuestro acuerdo comercial y de inversiones con México y lograr aprobar Mercosur. Estos logros son difíciles, pero serían fantásticos para nuestras relaciones con América Latina".

Iratxe García y la 'dinámica positiva'

La presidenta del grupo Alianza Progresista de socialistas y demócratas en el Parlamento europeo, la socialista vizcaína Iratxe García, señala que la presidencia española va a generar una dinámica positiva y lo explica porque "llega en un momento muy importante para la Unión Europea, pues será la última presidencia que pueda cerrar dosieres legislativos fundamentales antes de que el Parlamento entre en la fase de la campaña para las elecciones europeas, que se celebrarán a principios de junio de 2024. Después de una presidencia como la de Suecia, cuyo Gobierno está marcado por el apoyo de un partido de extrema derecha que no comparte plenamente los valores europeos, la de España ha generado una dinámica muy positiva, dado el liderazgo del Ejecutivo español para medidas clave durante los tres últimos años, como el Next Generation EU, la propuesta de reforma del mercado energético o las políticas de igualdad de género".

placeholder Iratxe García. (EFE/EPA/Olivier Hoslet)
Iratxe García. (EFE/EPA/Olivier Hoslet)

Y, además, describe logros posibles en el semestre español: "Precisamente, la reforma del mercado energético, con una directiva y un reglamento que empezaremos a negociar en breve entre el Parlamento y el Consejo, es una de las prioridades en los próximos meses. También lo es la reforma de la gobernanza económica, ahora que la Comisión acaba de presentar su propuesta para dejar atrás el antiguo Pacto de Estabilidad y Crecimiento, demasiado rígido y que quedó suspendido desde que estalló la crisis del covid. Tenemos que llegar a un acuerdo para unas normas que avancen en la consolidación fiscal, pero dejen margen de maniobra a los Estados para invertir en la transición digital y ecológica, y también en infraestructuras sociales sólidas que aseguren igualdad de oportunidades y eviten una brecha social".

"Es imprescindible redoblar nuestra unidad en la defensa de la libertad y la integridad de Ucrania, también reforzar el pilar social dentro de la UE"

Aunque el factor bélico (Ucrania) marca la agenda, también en opinión de la representante socialista en el Parlamento Europeo: "En un contexto en el que continúa la guerra de Rusia contra Ucrania, y se mantiene alta la inflación, es imprescindible redoblar nuestra unidad en la defensa de la libertad y la integridad de Ucrania, pero también reforzar el pilar social dentro de la Unión Europea. Sin duda, esa también será una prioridad de la presidencia española". Y añade que "queda terminar de aprobar las últimas leyes del paquete del Pacto Verde Europeo —que no solo protegen el medio ambiente—, sino que también contribuyen a la autonomía estratégica de la UE respecto a la dependencia de energías fósiles de terceros países, y finalizar las negociaciones para el nuevo Pacto Migratorio, cuyas propuestas legislativas ya se han votado en el Parlamento, y falta terminar las negociaciones para alcanzar un acuerdo en el Consejo. El buen hacer del Gobierno español contribuirá, sin duda, a facilitar el consenso entre los 27".

El PP cree que Sánchez "busca trabajo"

Esteban González Pons, portavoz del Partido Popular Europeo en el Parlamento de Bruselas y Estrasburgo y su vicepresidente, entiende que "si Sánchez pierde hoy las municipales y autonómicas, en Bruselas será visto como un pato cojo y su presidencia será de trámite". Pero añade que nuestro país la asume "en un momento muy complicado para la Unión, tanto internamente como en su dimensión exterior. Será sin duda una presidencia marcada por la guerra de Ucrania y la necesidad de mantener la unidad de acción de los 27 frente a una Rusia no tan fuerte como algunos pronosticaban, pero no tan debilitada como cabría esperar. La política exterior y de defensa ha cobrado un peso desconocido hasta la fecha, pero es una política que está todavía en pañales, pese a lo mucho que hemos avanzado".

placeholder El vicesecretario de Acción Institucional del PP, Esteban González Pons. (EFE/Biel Aliño)
El vicesecretario de Acción Institucional del PP, Esteban González Pons. (EFE/Biel Aliño)

Pons coincide con Jáuregui en algún aspecto: "Podría ser una oportunidad para retomar la iniciativa europea en el continente latinoamericano, donde España ha perdido pie en los últimos años. También una oportunidad para retomar el liderazgo en los Balcanes, que sigue siendo una zona de interés prioritario para la Unión, por muchas y muy variadas razones". Y proyecta la presidencia sobre la realidad política española: "En el plano doméstico, será bajo la presidencia española cuando sabremos si algunas de las iniciativas más importantes de la legislatura serán realizables, al menos en parte, o no, como el pacto de migración y asilo, la reforma del marco fiscal europeo o el pacto verde europeo. El ciclo institucional comunitario juega en contra. Hay que tener en cuenta que el Consejo acaba de fijar las fechas de las elecciones europeas para el 6 o 9 de junio de 2024, lo que quiere decir que los colegisladores, Consejo y Parlamento, tienen de límite hasta abril, más o menos, para aprobar iniciativas. Y por dimensión y capacidad, la presidencia belga, que es la siguiente a la española, tendrá poco margen de maniobra".

"No es ningún secreto que Sánchez lleva tiempo mirando hacia Bruselas para cuando se quede sin trabajo el día después de las generales"

Pons señala, como otros, que Sánchez piensa en una alternativa personal vinculada a la política europea: "La incógnita a la que nos enfrentamos es saber qué uso va a hacer el presidente Sánchez de la presidencia, con un Consejo de Ministros que ya no opera en clave nacional o europea, sino en clave electoral. Dirigir una presidencia conlleva mucho trabajo, coordinando reuniones ministeriales de 27 países, organizando la agenda de prioridades, negociando con la Comisión y el Parlamento. Pero mucho me temo que en la cabeza del presidente prima más la campaña electoral y el agasajar a sus pares comunitarios que el dirigir una buena presidencia, que es lo que se espera de nuestro país. El presidente sabe que tiene fecha de caducidad, por eso no es ningún secreto que Sánchez lleva tiempo mirando hacia Bruselas para cuando se quede sin trabajo, el día después de las elecciones generales. Me temo que también esta derivada tendrá su impacto en la manera de organizar la presidencia. Obviamente, no todo dependerá de Sánchez y sus ministros. Pero sin una hoja de ruta clara, será difícil concretar acuerdos que hagan de la nuestra una presidencia exitosa, como lo ha sido la checa o lo está siendo la sueca".

Foto: El alto representante de la UE para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad y vicepresidente de la Comisión Europea, Josep Borrell (i), y el ministro de Asuntos Exteriores de España, José Manuel Albares (d). (EFE/Alejandro García)

Javier Elorza, uno de los diplomáticos españoles con más trayectoria y experiencia, embajador de nuestro país en Francia, Rusia, la India e Italia y exsecretario general para las Comunidades Europeas, acaba de publicar Una pica en Flandes. La huella española en la Unión Europea (Editorial Debate), un relato muy interesante y novedoso de la presencia y acción de nuestro país en el club europeo. En una entrevista publicada el pasado día 20 en el diario El Mundo, Elorza se hacía eco de esa impresión generalizada sobre el propósito de Pedro Sánchez: "Su relación con Von der Layen es buena por cálculo político. Ella quiere repetir y él aspira a un puesto". El entrevistado reclama un carácter más "ofensivo" en nuestros representantes ante la UE y subraya que "González y Aznar fueron magníficos. Tenían objetivos y se hacían respetar. Decían no, encendían un puro y esperaban".

El limitado alcance de la presidencia rotatoria

Araceli Mangas, catedrática de Derecho Internacional Público, y una de las mayores expertas en la Unión Europea, ya advirtió en El Confidencial (12 de marzo de este año) que "ningún primer ministro preside nada en su semestre desde la reforma de Lisboa; Sánchez tampoco. Podrá crear un mundo de apariencias, un mundo paralelo, abusando de la bondad de la ciudadanía y del despiste de los medios de comunicación. Y cuando se reúne el Consejo Europeo —jefes de Estado o de gobierno— el primer ministro cuyo Estado ejerce la presidencia semestral de Consejo de ministros, solo lee un informe elaborado por el Consejo de Asuntos Generales y serán los minutos de gloria de Sánchez en el Consejo Europeo. Allí no presidirá nada".

placeholder Araceli Mangas. (Ana Beltrán)
Araceli Mangas. (Ana Beltrán)

La catedrática delimitó en estos términos el radio de acción del Gobierno durante el semestre de presidencia: "El Consejo de Ministros no tiene iniciativa legislativa, por lo que los ministros de Sánchez no deben engañar diciendo que España tendrá propuestas propias. Solo impulsarán propuestas normativas entre el abanico de las ya presentadas por la Comisión o por el Alto Representante y del programa legislativo pactado con el Parlamento Europeo. El Consejo de Ministros se reúne con ministros en función de los temas a tratar […] los presidentes del Consejo en el semestre español serán Planas (Consejo Agricultura y Pesca), Calviño (Ecofin), Justicia e Interior (Llop y Marlaska), etc. Albares solo podrá presidir el Consejo de Asuntos Generales (asuntos horizontales o transversales)". Y concluyó que "la Unión solo se representa internacionalmente por la presidenta de la Comisión, el Alto Representante, Josep Borrell, y por el presidente del Consejo Europeo, el belga Michels. Y tres son multitud, para añadir un primer ministro en apuros electorales".

Si la gestión del segundo semestre de este año se interpreta en clave electoral por la Moncloa, Sánchez podría tener un problema adicional a los ya muchos que le sobrevuelan. Debe cuidarse de esa maldición europea para que no se convierta en augurio recurrente. Pero por los intereses de España en Europa y Latinoamérica sería deseable que su gestión sea un éxito.

Al margen de las consecuencias que puedan tener sobre el Gobierno de coalición los resultados de las elecciones que se celebran hoy, Pedro Sánchez encara el segundo semestre del año con dos objetivos principales. El primero, y más inmediato, ya en junio: acordar qué medidas sociales se prorrogan de las que vencen el día 30 del mes que viene y cuáles se dejan decaer. La previsión es que varias de las que se acordaron en marzo de 2022, y otras sucesivas, bajo el paraguas del Plan Nacional de Respuesta a la guerra de Ucrania, se extiendan, al menos, hasta septiembre.

Pedro Sánchez Elecciones municipales y autonómicas Unión Europea
El redactor recomienda