Sánchez revienta los planes de Yolanda Díaz: tiene 10 días para decidir si concurre con Podemos

La izquierda casi no ha podido asumir los resultados del 28-M cuando Pedro Sánchez asesta un golpe de efecto. El presidente del Gobierno ha anunciado este lunes que adelanta al 23 de julio las elecciones generales, previstas para final de año, desbaratando así los planes de la vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz, y obligándola a asumir un calendario aceleradísimo si quiere armar su plataforma política, Sumar, antes de estos comicios.

Díaz tenía previsto cerrar las negociaciones con los partidos entre junio y julio, celebrar primarias y acordar unos mínimos sobre el programa electoral, que a día de hoy sigue en fase embrionaria, recibiendo aportaciones de la militancia. Ni siquiera pensaban cerrar esta fase antes del 5 de junio. Ahora tendrá que condensar en poco más de un mes y 10 días, antes de que empiece la campaña, el trabajo que podía desarrollar en cinco meses. La propia Ley Electoral (Loreg) recoge, en su artículo 44, que las coaliciones deben ser comunicadas a la Junta Electoral en un plazo de 10 días tras la convocatoria de elecciones. "En la referida comunicación se debe hacer constar la denominación de la coalición, las normas por las que se rige y las personas titulares de sus órganos de dirección o coordinación", reza el texto. El artículo 45 apunta: "Las candidaturas, suscritas por los representantes de los partidos, federaciones y coaliciones y por los promotores de las agrupaciones de electores, se presentan ante la Junta Electoral competente entre el decimoquinto y el vigésimo día posteriores a la convocatoria". Esto es, que cuentan con algo más de 20 días para cerrar y presentar las listas.

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El BOE hará efectiva este martes la decisión del presidente, y empezarán a contar los plazos. Sumar cuenta así con un plazo escasísimo para negociar con Podemos, hasta ahora muy alejado, pero también para aterrizar su alianza con fuerzas como IU, Más Madrid, Compromís y Más País, que sí han manifestado su alineamiento con las tesis de la vicepresidenta segunda. El jefe del Ejecutivo ha trastocado los planes de toda la izquierda apenas 12 horas después de la debacle electoral para Podemos, que se ha extinguido en Madrid y Valencia. Entre los aliados de Díaz, solo Mónica García salva los muebles tras una jornada fatídica para el PSOE, que ha visto cómo el PP le arrebataba casi todo su poder territorial.

La vicepresidenta segunda, en absoluto mutismo tras la debacle electoral, publicó un mensaje en su perfil de la red social Twitter afirmando que acepta "el reto" electoral tras el huracán de las autonómicas y municipales: "El mensaje recibido anoche fue muy claro: hay que hacer las cosas de otra manera. Sin distracciones", escribió. El fracaso de sus aliados fue rotundo: Más Madrid perdió un tercio de su peso político en el Ayuntamiento, Héctor Illueca (Unidas Podemos) no logró entrar en Les Corts valencianas, mientras volaba por los aires cualquier opción de reeditar el pacto del Botànic.

Ni siquiera el hasta ahora alcalde de Valencia, Joan Ribó (Compromís), lograba el objetivo de reeditar su Gobierno. Díaz no ha hecho mención alguna a su participación en la campaña, en la que hace escasas semanas pensaba entrar de puntillas, para después dar un golpe de timón y poner toda la carne en el asador. Tampoco se ha referido a los resultados de sus apuestas estrella: la principal es Ada Colau, que quedó tercera y no podrá revalidar mandato en Barcelona. Pero también había pedido el voto para Ribó e Illueca, que se han estrellado en las urnas.

Belarra afirma que ya están trabajando por el pacto

Por su parte, la secretaria general de Podemos, Ione Belarra, ha afirmado que ya están "trabajando" por una candidatura de unidad, asegurando que la izquierda va perdiendo tras la primera parte del partido, pero incidiendo en que puede darle la vuelta "en la segunda". "Queremos hacer lo que mejor se nos da hacer, remontar", afirmó en una comparecencia de apenas un par de minutos, sin responder una sola pregunta. Inicialmente, estaba previsto que comparecieran los portavoces estatales del partido, pero el anuncio de Sánchez ha trastocado la agenda.

Hasta el momento, los morados no han respondido preguntas de los medios de comunicación tras la debacle, y Belarra ha cargado contra la derecha "política y mediática" por su rol jugado a la hora de fijar los términos del debate en la campaña.

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Precisamente, la exigencia de evitar las "distracciones" de Díaz puede leerse como un llamado de emergencia a Podemos, que vivió este domingo la noche electoral más negra de su historia. El partido fundado por Pablo Iglesias pasa de contar con 47 diputados en los parlamentos autonómicos a conformarse con 15 parlamentarios. Solo ha crecido en Navarra, y se ha mantenido en Murcia, La Rioja y Extremadura. En esta última aspiraba a gobernar con el PSOE, algo totalmente imposible hoy, por un solo escaño de diferencia con el bloque de PP y Vox.

Los morados, que concurrían en coalición con IU en 10 de las 12 comunidades autónomas, han perdido la opción de reeditar cinco de los seis gobiernos autonómicos en los que participaban, e incluso han desaparecido en algunos de esos territorios, como Canarias. No hay paliativos ante esta debacle, y así lo reconocen en privado, aunque en público hayan puesto énfasis en que se trata de un fracaso conjunto de los partidos que controlan la Moncloa, y no únicamente de su espacio político.

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Tras la intervención de Belarra, la televisión de Pablo Iglesias, Canal Red, tiene previsto un especial del programa del exvicepresidente del Gobierno, hoy reconvertido en "activo mediático" del partido. La izquierda aún no ha asumido una de sus noches electorales más negras, y ya tiene que correr para buscar un pacto que, hasta hoy, no ha logrado atar, y después para intentar salvar el Gobierno de coalición, con el viento en contra.