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EEUU ha perdido casi toda su influencia en África. Este país que va a ayudarlo en Haití es la excepción
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Se reúne con el líder de Kenia

EEUU ha perdido casi toda su influencia en África. Este país que va a ayudarlo en Haití es la excepción

En 2013, el Tribunal Penal Internacional acusó a William Ruto de tres crímenes contra la humanidad: asesinato, deportación y persecución de opositores. Los jueces de La

Foto: El presidente de Kenia, William Ruto, en un encuentro con el presidente de EEUU, Joe Biden. (EFE/Al Drago)
El presidente de Kenia, William Ruto, en un encuentro con el presidente de EEUU, Joe Biden. (EFE/Al Drago)

En 2013, el Tribunal Penal Internacional acusó a William Ruto de tres crímenes contra la humanidad: asesinato, deportación y persecución de opositores. Los jueces de La Haya le consideraban uno de los cabecillas de la violencia poselectoral ocurrida en Kenia entre 2007 y 2008, que dejó al menos 1.133 muertos, 900 violaciones a mujeres y 663.921 desplazados. Una década después, el presidente de Estados Unidos lo recibe con todos los honores de una visita de Estado, el mayor rango de invitación que se cursa a un líder extranjero. Es la sexta que da Joe Biden en su mandato y la primera a un presidente africano desde que George W. Bush invitara en 2008 al presidente de Ghana, John Kuffour.

Ambos mandatarios buscan sacar rédito a su favor de la visita. Biden busca tener a un líder africano que confíe en él, apuntalar un terreno seguro en una África que mira cada vez más a Rusia o China, y garantizar la presencia keniana en una polémica misión de seguridad de la ONU en un destrozado Haití, mientras que Ruto busca la aprobación del dirigente para atraer la inversión a su país.

"La gente ya no habla de Ruto en el contexto del caso de la Corte Penal Internacional de 2013. Definitivamente, ha reinventado su imagen como un campeón de África", afirma Sibi Nyaoga, investigador del think tan' estadounidense Atlantic Council. Hoy, Ruto ya no es un presunto asesino al que Estados Unidos pone en cuarentena. En 2013, el subsecretario de Estado estadounidense, Jhonnie Carson, dejó entrever que si Ruto y su pareja de fórmula (Uhuru Kenyatta, presidente, con Ruto como vice) llegaban al poder en Kenia "habría consecuencias". En 2024, tras ganar las elecciones, esta vez como presidente en 2022, es un respetable líder de un Estado amigo en el que se apoyan ante el retroceso de los intereses estadounidenses en África.

“A pesar de [la violencia poselectoral] ocurrida en 2007, Estados Unidos ve a Ruto como un actor y socio africano clave. No hay muchas otras alternativas en la región y darle una oportunidad, ahora que está en una nueva posición, tiene sentido”, añade Meron Elias, analista del think tank belga International Crisis Group.

La mano keniana en Haití, clave para Biden

En diciembre de 2022, Biden prometió en la Cumbre de líderes entre Estados Unidos y África que iba a visitar el continente al año siguiente. No lo hizo y tan solo llamó por teléfono a un jefe de Estado africano: Ruto. La conversación tuvo lugar un día después de que la ONU aprobara el liderazgo de Kenia en la misión de seguridad para acabar con la violencia de las pandillas en Haití. Tan solo en 2023, más de cinco mil personas murieron en el país caribeño por la violencia callejera.

Kenia se comprometió a enviar mil policías y Estados Unidos a entrenarlos y financiar la operación con 300 millones de dólares. Sin embargo, la justicia keniana lo impidió asegurando que no había un acuerdo bilateral con Haití, necesario para enviar tropas al exterior. Cuando el primer ministro haitiano, Ariel Henry, viajó a Nairobi y lo firmaron a finales de febrero de 2024, la inestabilidad en su país llegó a tal punto que fue forzado a dimitir antes de volver. Ahora, ambos buscan desatascar la situación y Ruto promete enviar las tropas “en las próximas semanas”, según dijo antes de subirse al avión hacia Estados Unidos.

Foto: Los últimos miembros del contingente español de la misión de la Unión Europea en Malí a su llegada a la base aérea de Torrejón de Ardoz. (EFE/Ministerio de Defensa/Marco Romero)

“En su relación con Estados Unidos, la prioridad es Haití, que está en el patio trasero de su frontera. La inestabilidad en Haití provoca una afluencia de inmigrantes que amenaza la política interna estadounidense”, asegura Nyaoga.

Ambos mandatarios buscan formalizar la misión de seguridad antes de que se acabe el mandato de Biden, si bien esta es una apuesta arriesgada para Kenia. De perder en las elecciones, no se saben las intenciones de Donald Trump, quien criticó en su pasada etapa en la presidencia el coste para su país de financiar a la ONU.

Estados Unidos busca un socio fiable

En los últimos años, Estados Unidos ha visto cómo su esfera de influencia se ha ido reduciendo poco a poco en favor de Rusia y China. En mayo de 2023, el embajador estadounidense en Sudáfrica, Reuben Brigety, acusó al gobierno de Cyril Ramaphosa de contribuir con armas a Rusia públicamente en medio de la guerra con Ucrania y amenazó con cancelar acuerdos comerciales con el país. Las relaciones ya estaban frías entre ambas potencias tras abstenerse en la condena en la ONU a Rusia y recibir al ministro de Exteriores, Sergei Lavrov, pero las cosas solo han ido a peor.

Foto: Manifestantes incendian neumáticos durante una protesta este viernes en Puerto Príncipe. (EFE/Johnson Sabin)

La demanda de Sudáfrica contra Israel ante el Tribunal Penal Internacional para condenar como genocidio sus acciones en Gaza han sido la gota que ha colmado el vaso, con congresistas acusando a Sudáfrica de vínculos con Hamás.

Por si fuera poco, en marzo de 2024 la nueva junta militar en Níger ordenó el fin del acuerdo de seguridad con Estados Unidos y la expulsión de las tropas. Un mes más tarde, comenzaron a llegar soldados rusos para reemplazarlos.

Aun así, Rusia no es la única preocupación de Biden. La estrategia para África de su Administración acusa directamente a China de buscar “socavar las relaciones estadounidenses con los pueblos y gobiernos africanos”.

Foto: El ministro de Exteriores ruso, Serguéi Lavrov, junto a su homólogo congolés, Jean-Claude Gakosso. (EFE/EPA/Ministerio de Exteriores ruso)

En esa tesitura, Ruto se ha posicionado como el único socio fiable, distanciándose de China y Rusia. El dirigente evitó ir a la cumbre Rusia-África y de sus sesenta viajes, tan solo ha hecho un viaje a China por los cuatro a Estados Unidos, el país no africano al que más ha viajado.

Inversión, inversión, inversión

Más allá de la seguridad, pieza clave en la relación con Estados Unidos, el mandatario keniano busca que esa confianza se transmita en inversión. Su primera parada en el viaje ha sido a Atlanta, donde se ha reunido con mandatarios de Coca-Cola y la aerolínea Delta Airlines, que se ha filtrado que podría comprar hasta el 49% de la aerolínea nacional Kenya Airways por mil millones de dólares.

Ruto busca en su viaje convencer a inversores de que existe un clima favorable para sus inversiones y para ello busca que Biden haga un gesto en público comprometiéndose a extender a largo plazo el acuerdo de libre comercio entre ambos países para dar seguridad a las empresas estadounidenses.

Foto: El embajador keniano ante la ONU, Martin Kimani. (Naciones Unidas/Loey Felipe)

El nombramiento de la empresa milmillonaria Meg Whitman como embajadora de Estados Unidos en Kenia en el año 2022 iba en esa misma dirección de dar confianza a los empresarios. “La embajadora Whitman ha sido muy buena promocionando a Kenia como un destino ideal para los inversores estadounidenses y creo que será útil para facilitar algunas de estas conversaciones durante su visita”, dice la investigadora Elias. “La economía definitivamente será una prioridad en la agenda. El objetivo es conseguir suficiente capital e inversiones para crear empleos para los kenianos y brindar algunas soluciones a una economía en dificultades”, añade.

Ruto ha conseguido evitar la mala imagen que hubiera sido incurrir en impago de los 2.000 millones en eurobonos que vencían en junio, pero para ello ha debido emitir 1.500 dólares de deuda a siete años a una tasa del 10,37%, cuatro puntos más de lo que estaba pagando en los bonos que vencían este año 2024.

En esa tesitura, es difícil convencer a inversores para grandes proyectos y en Estados Unidos uno de sus objetivos es conseguir financiación para un nuevo aeropuerto en Nairobi cuyo coste valoran en dos mil millones de dólares.“Una de las cosas principales que se discutieron en la visita de Estado a Estados Unidos fue para construir un nuevo aeropuerto en Nairobi. Esto es interesante porque con su predecesor, Kenyatta, todos los megaproyectos de infraestructura fueron financiados por China y es notable el hecho de que Ruto no busque trabajar con ellos. Tal vez sea porque China no quiere financiarles más, pero es interesante”, asegura el investigador Nyaoga.

Solo falta que este viaje llegue a la mayoría de la población. Ruto venció con un ligero margen del 50,49% aupado por los que él denominaba hustlers, aquellos que luchan por llegar a fin de mes. Con la gasolina disparada un 55% y la cesta de la compra un 33% el año pasado, estos critican que no pase más tiempo en el país. “Los viajes son impopulares en Kenia ya que hay mucha inflación y la gente lucha para llegar a fin de mes, así que hay descontento por eso”, alega Nyaoga. Solo falta que la visita con Biden sirva para algo más de la foto y lo noten los bolsillos de los kenianos.

En 2013, el Tribunal Penal Internacional acusó a William Ruto de tres crímenes contra la humanidad: asesinato, deportación y persecución de opositores. Los jueces de La Haya le consideraban uno de los cabecillas de la violencia poselectoral ocurrida en Kenia entre 2007 y 2008, que dejó al menos 1.133 muertos, 900 violaciones a mujeres y 663.921 desplazados. Una década después, el presidente de Estados Unidos lo recibe con todos los honores de una visita de Estado, el mayor rango de invitación que se cursa a un líder extranjero. Es la sexta que da Joe Biden en su mandato y la primera a un presidente africano desde que George W. Bush invitara en 2008 al presidente de Ghana, John Kuffour.

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