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Obama al rescate: Biden encuentra a su Zapatero para levantar la campaña de las presidenciales
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"Tenemos que hacer aún más"

Obama al rescate: Biden encuentra a su Zapatero para levantar la campaña de las presidenciales

Ante unas encuestas poco esperanzadoras, el actual presidente de Estados Unidos, Joe Biden, se apoya en el exmandatario Barack Obama, para levantar la campaña presidencial

Foto: El presidente de EEUU Joe Biden y el expresidente Barack Obama salen del Air Force One en el aeropuerto internacional John F. Kennedy de Nueva York. (Reuters/Elizabeth Frantz)
El presidente de EEUU Joe Biden y el expresidente Barack Obama salen del Air Force One en el aeropuerto internacional John F. Kennedy de Nueva York. (Reuters/Elizabeth Frantz)
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El demócrata Barack Obama ha vuelto a la Casa Blanca. No como presidente, lo cual sería ilegal bajo la actual Constitución, sino como consejero aúlico de Joe Biden, necesitado de la magia 'obamiana' para vencer por segunda vez a Donald Trump. Una tarea que, a la luz de los sondeos, se antoja un poco más difícil que hace cuatro años.

Un viernes de finales de marzo, el expresidente se reunió con Biden en el comedor familiar de la mansión donde residió entre 2009 y 2017. El viejo tándem intercambió bromas y se puso al día de los asuntos propios, pero el motivo de la reunión, según reconstruyó la CNN, no era de carácter personal. Obama estaba allí como consejero. Y acudió con quienes habían sido sus más estrechos colaboradores.

El primer presidente afroamericano de la historia lleva meses advirtiendo de que las elecciones presidenciales de este año van a ser increíblemente ajustadas, lo cual requiere que todos los demócratas de Estados Unidos arrimen el hombro. "Tenemos que hacer aún más, pero eso solo pasará si renovamos a Joe y a Kamala en la Casa Blanca en noviembre", dijo Obama en un vídeo conmemorativo de la Ley de Cuidado Asequible, conocida coloquialmente como "Obamacare", durante otra visita al palacio de gobierno de la Avenida Pensilvania. "Tenemos que seguir trabajando".

Según el portal Axios, ahora mismo hay siete anuncios demócratas circulando por las redes sociales en los que Biden y Obama explotan esa química de "extraña pareja" que floreció en el segundo mandato del afroamericano. Por un lado, el sereno y espigado intelectual, la antaño joven sonrisa del futuro demócrata; por otro, la campechanía del veterano Biden, la sal de la tierra de la política estadounidense. Una combinación política que puede volver a dar frutos el próximo noviembre.

Foto: Fotografía combinada que muestra al expresidente de EEUU Donald Trump y al actual presidente, Joe Biden. (Reuters/Brendan McDermid)

"Algunas cosas simplemente van juntas. Como yo y Joe", dice Obama en uno de los anuncios. "Un helado y un caluroso día de verano. Un fuerte equipo de base y una campaña victoriosa", explica, a su izquierda, Joe Biden. "Chicos, realmente necesitamos que estéis de nuestro lado. ¿Aportaréis [dinero]?".

El objetivo es continuar reproduciendo la estelar reunión producida hace un mes en el fastuoso Radio City Music Hall de Nueva York, en el que Biden, Obama y Bill Clinton lograron recaudar 26 millones de dólares. Una cifra estelar, sobre todo si se compara con los débiles números que, de momento, muestra la campaña de Trump.

Uno de los aspectos de este año electoral que más preocupan a Biden es su aparente pérdida de tirón entre latinos y afroamericanos. Si bien los sondeos siguen dando a los demócratas una clara ventaja entre estos colectivos, sobre todo entre los negros, la ventaja no es tan rotunda como solía ser. Y Biden no puede permitirse el lujo de perder ni un milímetro de espacio. Los latinos y los afroamericanos están muy presentes en estados clave como Nevada, Arizona o Georgia, donde Biden ganó en 2020 por un margen finito como una página de Biblia. De ahí la necesidad de que Obama vuelva a insuflar un poco de entusiasmo en estos grupos minoritarios.

Pese a que la pareja estuvo ocho años trabajando codo con codo y proyecta una cordial amistad, no es una colaboración tan obvia como podría parecer. Joe Biden está dirigiendo su campaña por la reelección de forma distinta a como lo hizo Barack Obama en 2012. En aquella época, el presidente afroamericano ignoró los tejidos burocráticos y estatales del Partido Demócrata para montárselo por su cuenta: una cruzada de tintes personalistas alimentada por el fenómeno de masas forjado cuatro años antes. Obama no necesitaba apoyos orgánicos. Le bastaban sus huestes. Biden, en cambio, tiene una campaña ordenada y bucrocrática, dependiente del Comité Nacional Demócrata y de las estructuras partidistas de los diferentes estados.

Foto: José Luis Rodríguez Zapatero y Pedro Sánchez, en Bilbao, en un acto de homenaje al expresidente. (EFE/Luis Tejido)

Quizás por eso la gente de Obama interpreta que la de Biden es una campaña demasiado parsimoniosa, e incluso dudan de que Biden pueda ganar estas elecciones. El pasado noviembre, David Axelrod, que fue el estratega jefe de Obama, llegó a sugerir que la mejor para Biden sería suspender, directamente, la campaña. "Solo Joe Biden puede tomar esta decisión", tuiteó en la red social X. "Si continúa su campaña, será el nominado del Partido Demócrata. Lo que necesita decidir es hasta qué punto esto es sabio; hasta qué punto esto va en función de su interés o del interés del país". En otras ocasiones, Axelrod ha criticado la retórica de Biden.

Entre los mundos de Obama y Biden hay algunas rencillas. Como recoge The New York Times, en 2016 Joe Biden sopesó seriamente presentarse como sucesor de Obama en la presidencia, un movimiento común entre quienes ostentaron su puesto: Harry Truman, Lyndon Johnson, Richard Nixon y George H. W. Bush fueron vicepresidentes antes que presidentes. Sin embargo, la trágica muerte de su hijo en 2015, y una conversación con Obama, lo disuadieron. El equipo de Obama pensaba que la candidata demócrata con más posibilidades de ganar era Hillary Clinton.

El equipo de Obama pensaba que la candidata demócrata con más posibilidades de ganar era Hillary Clinton

"La decisión generó desconfianza y un resentimiento duradero entre algunos de los ayudantes de Biden", escribe la reportera del Times, Katie Rogers. "Algunos de ellos trabajan hoy en la Casa Blanca, y piensan que Obama y sus consejeros marginaron a Biden, de quien piensan que podría haber cambiado el curso de la historia y vencido a Donald Trump en 2016".

Sea como fuere, los demócratas están ahora centrados en el futuro. Barack Obama llama habitualmente a Biden, al jefe de gabinete de este, Jeffrey D. Zients, y a otros altos cargos demócratas para aconsejar y coordinar la estrategia electoral. Los de Obama piden a los de Biden más garbo, que azucen las pasiones y que se den un poco de prisa. Solo quedan unos seis meses para el día que lo puede cambiar todo.

El demócrata Barack Obama ha vuelto a la Casa Blanca. No como presidente, lo cual sería ilegal bajo la actual Constitución, sino como consejero aúlico de Joe Biden, necesitado de la magia 'obamiana' para vencer por segunda vez a Donald Trump. Una tarea que, a la luz de los sondeos, se antoja un poco más difícil que hace cuatro años.

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