Es noticia
"Una puñalada por la espalda": Rusia ha fallado incluso a aquellos que lleva un año cortejando
  1. Mundo
Cumbre de países africanos en Rusia

"Una puñalada por la espalda": Rusia ha fallado incluso a aquellos que lleva un año cortejando

Rusia había planeado una puesta de largo con los países africanos, demostrando músculo diplomático. Pero su salida del acuerdo del grano se ha cruzado en su camino

Foto: Un trabajador, en el mercado de grano de Sana'a (Yemen). (EFE/Yahya Arhab)
Un trabajador, en el mercado de grano de Sana'a (Yemen). (EFE/Yahya Arhab)

El día en que Rusia anunciaba que se salía de la Iniciativa del Grano y empezaba una campaña de bombardeos contra silos y terminales de carga en los puertos ucranianos del mar Negro, e incluso contra las infraestructuras de trasporte fluvial del Danubio, el embajador ruso en Kenia, Dimitry Maksimychev, publicaba una columna de opinión en los principales periódicos del país africano, uno de los más dependientes del grano ucraniano y ruso. "Ahora, mis queridos amigos kenianos, sabéis toda la verdad sobre quién está usando los alimentos como arma. Han usado todos los trucos disponibles", escribió.

Era Rusia quien se salía del acuerdo y, con sus bombardeos a los puertos y amenazas a los barcos, se aseguraba de que no pudiera reanudarse sin su participación, pero esa carta de Maksimychev se trataba de un movimiento preventivo, una excusatio non petita (todavía, solo habían pasado un par de horas), un intento de justificación. Una pequeña deferencia después de meses en que Rusia ha desplegado con brío su encanto diplomático en el continente africano en un intento de conjurar su ostracismo internacional e intentando atraer a los países que se gustan dibujar como "no alineados" a su área de influencia o, al menos, alejarlos de la posición ucraniana, y que ahora, bloqueando el tráfico del grano, de golpe y porrazo dejaba de nuevo en la estacada. "Ha sido una puñalada por la espalda", afirmaba el ministro de Exteriores keniano, Alfred Mutua.

Foto: Ataque con misiles rusos en Odesa, el 20 de julio. (Reuters)

Todo esto, a apenas unos días de la celebración de la que iba a ser la puesta de largo de las relaciones de Rusia-África, un evento que pretendía demostrarle al mundo que Moscú no está aislado y que la defensa de Ucrania como país agredido no está tan clara en distintas esquinas del globo. El encuentro Rusia-África, que empieza este jueves en San Petersburgo y se prolongará dos días, empieza con mal pie. Según ha anunciado el propio Kremlin, solo 16 jefes de Estado africanos asistirán al evento, menos de la mitad de los 43 que asistieron a la primera edición de la cumbre Rusia-África de 2019. Otros 10 países enviarán cargos de nivel ministerial, y un pequeño puñado mandará simplemente delegaciones.

Una decepción para Moscú, de la que el portavoz del Kremlin, Dmitry Peskov, pronto culpó a Occidente. "Ha habido un inconcebible nivel de interferencia de EEUU, Francia y otros países" para disuadir a los africanos de asistir a la cumbre. "Es, de hecho, indignante".

Los 54 países africanos conforman el bloque más grande en Naciones Unidas (aunque sin una estrategia conjunta, por el momento) y han estado más divididos que ninguna otra región sobre las resoluciones de la Asamblea General que critican la invasión de Rusia. Sabiendo que había terreno fértil donde pescar, en el último año Rusia ha multiplicado su cortejo diplomático en la zona. Putin retrata a Rusia oponiéndose al neocolonialismo occidental y apoyando la soberanía de las naciones africanas, jugando con el desencanto en África por la presión occidental. El mensaje de Putin de que está trabajando para derrocar el dominio global de Estados Unidos y promover un orden mundial más justo y multipolar resuena en muchos líderes africanos, molestos con la arrogancia occidental en general y descontentos con la presión para tomar partido en la guerra en particular.

Foto: El ministro de Exteriores ruso, Serguéi Lavrov, junto a su homólogo congolés, Jean-Claude Gakosso. (EFE/EPA/Ministerio de Exteriores ruso)

Y un poco de historia. Los africanos están acostumbrados a que los líderes extranjeros prometan mucho y no cumplan. Normalmente, es Europa, o Estados Unidos. Quizás ahora Rusia esté también en ese grupo del que decía ser diferente.

Envíos casi 'gratis'

Ante el enfado o al menos frialdad de aquellos a los que pretendía cortejar, el propio presidente ruso, Vladímir Putin, se ha puesto a la defensiva. Antes de la cumbre, y tal y como recoge un artículo publicado el 24 de julio, el líder ruso se ofreció a compensar la falta de suministro de grano de los países africanos con grano ruso, incluso gratuitamente. Este jueves, en la primera sesión, Putin ha detallado que "en los próximos tres o cuatro meses" estarán preparados para proporcionar a "Burkina Faso, Zimbabue, Mali, Eritrea, Somalia y República Centroafricana entre 25.000 y 50.000 toneladas de cereales".

Foto: El presidente ruso, Vladímir Putin. (Reuters/Sputnik/Alexei Nikolslkyi)

Hay ya pruebas de que Rusia estaría intentando aislar completamente a Ucrania, incluso en la cadena de producción y envío de cereales. Según informan Bloomberg y Africa Intelligence, Rusia habría estado enviando trigo a Malí, a precios mínimos: 220 dólares la tonelada, muy por debajo del nivel de precios europeos, en 292. "Quiero aseguraros que mi país es capaz de reemplazar el grano ucraniano tanto comercialmente como libre de cargos", aseveraba Putin en su artículo.

Paralelamente, Rusia estaría presionando para organizar un nuevo plan de transporte de grano a África que circunvale por completo Ucrania. Según reporta el Financial Times, citando tres fuentes cercanas a la materia, Putin habría propuesto un reemplazo del Acuerdo del Grano del mar Negro, auspiciado por la ONU y Turquía, por otra iniciativa que implicaría que Qatar pagaría a Moscú para enviar el grano a Turquía, quien se encargaría entonces de distribuir la cosecha entre "los países más necesitados" de grano. Ni Qatar ni Turquía han aceptado todavía el plan, admiten las mismas fuentes.

Obviamente, aunque las charlas públicas se centren en el grano, hay mucho más en juego en el encuentro. Muchos países africanos querrán saber en qué punto quedan sus acuerdos con los mercenarios Wagner, punta de lanza de Moscú en la región y que ahora quedan en entredicho tras el motín protagonizado por Yevgeni Prigozhin. Los mercenarios están desplegados en países como Malí, Sudán o República Centroafricana, entre otros, muchas veces como apoyo de seguridad a regímenes inestables y casi siempre ligados a empresas de explotación de recursos mineros o naturales. Si bien Rusia no puede ofrecer grandes montos de préstamos o inversión, como Occidente o China, sí que ha sido durante años (2018 a 2022) el mayor proveedor de armas en África Subsahariana, según cifras del Sipri.

El día en que Rusia anunciaba que se salía de la Iniciativa del Grano y empezaba una campaña de bombardeos contra silos y terminales de carga en los puertos ucranianos del mar Negro, e incluso contra las infraestructuras de trasporte fluvial del Danubio, el embajador ruso en Kenia, Dimitry Maksimychev, publicaba una columna de opinión en los principales periódicos del país africano, uno de los más dependientes del grano ucraniano y ruso. "Ahora, mis queridos amigos kenianos, sabéis toda la verdad sobre quién está usando los alimentos como arma. Han usado todos los trucos disponibles", escribió.

Ucrania Conflicto de Ucrania
El redactor recomienda