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Ucrania quería continuar con el acuerdo del grano. Rusia se está asegurando de que sea imposible
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Los ataques que boicotean el pacto

Ucrania quería continuar con el acuerdo del grano. Rusia se está asegurando de que sea imposible

El Kremlin han atacado durante cuatro días consecutivos la ciudad portuaria de Odesa después de abandonar el acuerdo del grano y de amenazar a los barcos que continúen el tráfico

Foto: Ataque con misiles rusos en Odesa, el 20 de julio. (Reuters)
Ataque con misiles rusos en Odesa, el 20 de julio. (Reuters)

El acuerdo del grano tenía un pie en la tumba después de que Rusia se negara a renovar su compromiso, y los ataques sobre Odesa podrían acabar de enterrar, por ahora, el pacto que ha permitido exportar más de 33 millones de toneladas de grano desde los puertos ucranianos al resto del mundo. Por cuarta noche consecutiva, la ciudad portuaria ha estado en el punto de mira del Kremlin, que ha lanzado nuevos bombardeos este viernes después de destruir 60.000 toneladas de grano que esperaban para ser cargadas en los barcos. El cargamento podría haber alimentado a más de 270.000 personas durante un año, según el Programa Mundial de Alimentos.

El mismo día del ataque, el Ministerio de Defensa ruso advirtió que consideraría cualquier barco que navegue por los puertos ucranianos como un objetivo militar. Esta decisión, así como la ofensiva de Moscú sobre Odesa, parece reforzar la decisión del Kremlin de poner fin al acuerdo para frenar las exportaciones de Ucrania a través del mar Negro. Además, el aumento de las tensiones ha dificultado todavía más unas posibles conversaciones sobre la reactivación del pacto.

Foto: Cargueros de grano desde Ucrania navegan cerca de Estambul. (Reuters/Umit Bektas)

Por otro lado, la amenaza rusa desanimaría a las compañías comerciales y propietarias de los barcos a seguir operando en el lugar, además de elevar el precio de los seguros, lo que encarecería el precio del grano en el mercado internacional. Sin embargo, el presidente Volodímir Zelenski ha planteado el restablecimiento del acuerdo con Turquía y la ONU para continuar con las exportaciones del grano, independientemente de la decisión de Moscú. Por el momento, no ha recibido una respuesta oficial de ninguna de las dos partes.

"Ucrania quiere seguir operando la iniciativa [del grano] sin la implicación de Rusia. En este aspecto entran en juego los seguros para los barcos, el grano, y los dueños de los barcos. Si eres un propietario de barco, ¿mandarías el carguero a Ucrania si no hay seguridad? Pero tampoco es imposible: la industria de los seguros [marítimos] ha asegurado buques en zonas de guerra en diferentes lugares", dijo Mike Lee, director de la consultora Green Square Agro y especializado en exportaciones agrícolas de Ucrania y Rusia, a El Confidencial.

Somalia es uno de esos lugares en los que ha continuado el transporte marítimo a pesar de considerarse una amenaza por la piratería. Los seguros de los buques que cruzaban estas aguas han cubierto durante años la preparación de la tripulación ante un posible abordaje, la negociación con los piratas y hasta un posible rescate. El problema son los precios desorbitados de estos seguros.

La encrucijada ucraniana

Los barcos que se arriesgan a navegar por el Mar Negro tendrían que contratar seguros parecidos por estar en una zona de guerra y todavía más después de la amenaza de Rusia de que cualquier buque podría ser considerado un objetivo militar. Los precios desorbitados de los seguros aumentarían el precio del grano, un escenario que también se baraja en las alternativas al acuerdo del grano que baraja el Gobierno ucraniano. Zelenski está buscando la manera de evitar la exportación del grano por mar y fomentar el envío por camiones, trenes o barcazas fluviales. Para los expertos, esta opción tiene muchas inconvenientes, como el aumento del coste del transporte y el peligro que puede correr la infraestructura ferroviaria si se convierte en una importante vía de exportación.

Por otro lado, Ucrania no podría exportar por vía terrestre la misma cantidad de grano ni tampoco a un precio razonable para los granjeros ucranianos, que sufren además las consecuencias de la guerra como la presencia de minas en sus tierras o, en el caso de Jersón, las inundaciones por la explosión de la presa Nova Kajovka. "Ahora, lamentablemente, tenemos un ingreso casi cero. Necesitamos un precio justo para los productos", sostuvo Oleksandr, un agricultor de un pueblo entre Jersón y Mikolaiv, en una entrevista anterior con este periódico.

Foto: Un carguero con grano ucraniano, en el estrecho del Bósforo. (EFE/Erdem Sahin)

Ucrania ha exportado una parte importante de su cosecha por las vías terrestres, pero esta opción ha generado problemas con sus socios europeos porque las condiciones que se les impone a ellos no son los mismos que los estándares que se exige a Ucrania. Países como Polonia, Hungría, Eslovaquia y Bulgaria impusieron hace unos meses un breve veto a las exportaciones agrícolas ucranianas.

A pesar de las adversidades, Ucrania tiene capacidad de enviar el grano por otras rutas, que han permitido que su potencial de exportación se mantenga hasta el año que viene, apunta Andrey Sizov, director de SovEcon, una empresa experta en la investigación de mercados agrícolas del Mar Negro. "Otras rutas de exportación son el Danubio y la vía terrestre a la UE. El Danubio, casi olvidado, se ha estado expandiendo rápidamente desde el comienzo de la guerra. En las últimas semanas cargaron por primera vez dos barcos", apunta el investigador en su canal de Twitter.

La duda es si esta ruta sería segura para los barcos. "No lo sabemos. Rusia amenazó a todos los barcos en el mar Negro que van a las terminales ucranianas, por lo que potencialmente podría incluir barcos que van al río. Algunas empresas son cautelosas y prefieren no enviar barcos allí, pero en general la navegación sigue activa", continúa Sizov.

A este escenario complicado para que Ucrania reactive sus exportaciones tras la salida de Rusia del acuerdo del grano se suman los ataques de las fuerzas de Moscú sobre Odesa. Antes de que la ciudad portuaria fuera atacada, Mike Lee señaló que si Rusia quisiera acabar con el tráfico del grano, solo tendría que mandar unos cuantos misiles para dañar los muelles de carga para que los barcos no puedan cargar la mercancía. "Si quisiera detener la cadena de suministros, atacaría alguno de los puertos [en el Mar Negro]: y no necesita destruirlos todos, solamente dañar unos cuantos y mandar un mensaje".

Esa parece haber sido la intención del Kremlin en lo que se ha considerado como el ataque más fuerte contra la ciudad portuaria desde que empezó la invasión a gran escala el 24 de febrero de 2022. "Fue una noche infernal. El bombardeo fue verdaderamente masivo", dijo Serhiy Bratchuk, portavoz de la administración militar regional de Odesa, después de la ofensiva del pasado miércoles. "El objetivo de Rusia no es solo Ucrania, y no solo las vidas de nuestra gente", escribió Zelenski. "Alrededor de un millón de toneladas de alimentos se almacenan en los puertos que fueron atacados. Este es el volumen que debería haberse entregado a los países consumidores de África y Asia hace mucho tiempo. Todo el mundo está afectado por este terrorismo ruso".

El Ministerio de Defensa de Rusia afirmó que los ataques, que han tenido lugar también en ciudades del sur de Ucrania como Mikolaiv, son una respuesta al colapso del puente de Kerch, que une Rusia y Crimea. Sin embargo, Ucrania sostiene que las fuerzas de Moscú atacan la infraestructura civil asociada con las exportaciones de granos.

¿Dará Rusia marcha atrás?

El acuerdo del grano hace meses que pendía de un hilo y, aparentemente, los mercados no estaban convencidos de que la interrupción del pacto fuese para largo. Moscú ha amenazado en varias ocasiones con retirarse del acuerdo y no todos se tomaron en serio el anuncio del Kremlin el pasado lunes. Los ataques sobre Odesa han cambiado el escenario y algunos expertos los han interpretado cono una advertencia de Rusia de que no le temblará el pulso a la hora de atacar a los barcos que quieran seguir exportando grano a pesar de que no haya un acuerdo vigente.

En cualquier caso, el Kremlin depende de socios como Turquía y China que son grandes compradores de grano ucraniano y que podrían presionar a Vladímir Putin para que retomar el acuerdo. El mandatario turco, Recep Tayyip Erdogan, puede volver a posicionarse como uno de los intermediarios del pacto del grano durante la visita de Putin a Estambul.

Foto: El carguero 'Kubrosli Y' en el puerto de Odesa. (Reuters/Valentyn Ogirenko)

Moscú, por ahora, no ha mostrado indicios de abrir la mano para volver al acuerdo con Ucrania. El portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, afirmó el pasado lunes que no se han respetado las condiciones del pacto y acusado a Kiev de estar detrás de la explosión de un ducto de transporte de amoniaco, clave para la producción de fertilizantes. Además de mencionar sanciones ocultas contra la exportación del grano ruso, el Gobierno también demanda que se le permita acceder de nuevo al sistema bancario SWIFT —que permite pagos internacionales, y una de las grandes medidas de sanción de Occidente contra Rusia—.

La postura de Moscú ha sido ampliamente criticada por los líderes y analistas occidentales, que alertan que la decisión de Putin afectará directamente a los países más pobres y que puede agudizar el hambre en el mundo. "La idea de que Putin jugaría a la ruleta con las personas más hambrientas del mundo en el momento de la mayor crisis alimentaria de nuestras vidas es profundamente inquietante", dijo Samantha Power, administradora de la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional, a CNN.

Por su parte, Josep Borrell, alto representante de la Unión Europea para Asuntos Exteriores, apuntó que además de frenar las exportaciones de grano, las acciones de Rusia se basan en "quemar" el grano. "Lo que ya sabemos es que esto va a crear una gran crisis alimentaria en el mundo", afirmó. Después de que Rusia anunciara su salida del acuerdo, los precios del producto aumentaron considerablemente, pero se mantuvieron por debajo de los precios que se registraron cuando el Kremlin lanzó su invasión a gran escala en 2022.

Foto: El 'Razoni' zarpando desde el puerto de Odesa, en el Mar Negro. (Reuters/Vídeo del ministerio de Infraestructuras de Ucrania)

Las alertas por parte de Occidente sobre la crisis humanitaria que puede provocar el fin del pacto del grano no están, según algunos expertos, sustentadas económicamente. A pesar de que el argumento moral es completamente válido, el análisis sobre el precio de los productos básicos es erróneo, según Javier Blas, columnista de Bloomberg. "Afortunadamente para la seguridad alimentaria mundial, 2023 no es 2022, y las abundantes cosechas del último año deberían poner un límite a los precios del trigo, el maíz y la soja. Irónicamente, Rusia está contribuyendo a mantener los precios bajo control gracias a esas exportaciones récord de trigo. En el año de la temporada 2023-24, se espera que Moscú envíe 47,5 millones de toneladas métricas de trigo, más del doble de la cantidad que exportaba hace una década".

La Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación arrojó que los precios de los alimentos han bajado más de una quinta parte desde su máximo en 2022. Es el caso, por ejemplo, del trigo, que se ha reducido a la mitad; o del maíz, que ha caído un 33%. La única preocupación es el costo del arroz, que ha subido a un máximo de dos años, un 30% más que hace un año. "Pero Ucrania no exporta arroz, y el aumento se debe a la preocupación de que el mal tiempo dañe los cultivos, más que a la guerra", señala Blas en su columna de opinión.

Un escenario en el que no aumenten los precios de estos productos por la postura rusa contra el pacto del grano puede tener graves consecuencias para Kiev. Sin un argumento de peso, continúa el experto, Occidente tendrá que aceptar el bloqueo del Kremlin, ofrecer concesiones a Moscú o pagar grandes subsidios a las naciones de Europa del Este para que acepten el trigo ucraniano. "El colapso del corredor de granos, junto con la ruta terrestre a sus vecinos de Europa del Este, le costará muy caro a Ucrania", concluye.

El acuerdo del grano tenía un pie en la tumba después de que Rusia se negara a renovar su compromiso, y los ataques sobre Odesa podrían acabar de enterrar, por ahora, el pacto que ha permitido exportar más de 33 millones de toneladas de grano desde los puertos ucranianos al resto del mundo. Por cuarta noche consecutiva, la ciudad portuaria ha estado en el punto de mira del Kremlin, que ha lanzado nuevos bombardeos este viernes después de destruir 60.000 toneladas de grano que esperaban para ser cargadas en los barcos. El cargamento podría haber alimentado a más de 270.000 personas durante un año, según el Programa Mundial de Alimentos.

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