Es noticia
La gira africana de Lavrov: ¿logrará Rusia volver África contra Occidente?
  1. Mundo
Egipto, Congo, Uganda, Etiopía

La gira africana de Lavrov: ¿logrará Rusia volver África contra Occidente?

El ministro de Exteriores, Serguéi Lavrov, visita cuatro países africanos (Egipto, Congo-Brazaville, Uganda y Etiopía) para vender la narrativa de que Rusia no es culpable de la crisis alimentaria por la invasión de Ucrania

Foto: El ministro de Exteriores ruso, Serguéi Lavrov, junto a su homólogo congolés, Jean-Claude Gakosso. (EFE/EPA/Ministerio de Exteriores ruso)
El ministro de Exteriores ruso, Serguéi Lavrov, junto a su homólogo congolés, Jean-Claude Gakosso. (EFE/EPA/Ministerio de Exteriores ruso)

"Moscú continuará buscando una política exterior amante de la paz y jugar un rol de equilibrio en los asuntos internacionales", escribe el ministro de Exteriores ruso, Serguéi Lavrov, en cuatro grandes diarios africanos. “Amante de la paz”, y solo han pasado cinco meses desde el inicio de la invasión a gran escala de Ucrania que, al menos en el terreno diplomático, convirtió Rusia en un paria de la comunidad internacional. Pero solo al principio. Esta semana, el jefe de la diplomacia del Kremlin está inmerso en una gira por cuatro países africanos (Egipto, Congo-Brazaville, Uganda y Etiopía), que terminará este jueves con varias reuniones con representantes de la Unión Africana.

El objetivo declarado del viaje es, según el propio Lavrov, contrarrestar la narrativa de que Rusia es culpable de la crisis alimentaria e inflacionista en África. El objetivo último, si se mira en el conjunto de las últimas acciones de Moscú, es atraer a su platillo de la balanza los países africanos. Y para ello tiene un plan: desde el cortejo diplomático al económico, el de seguridad o incluso el de la desinformación.

Foto: Cosecha de trigo en el área de Járkov. (Ucrania)

La firma del acuerdo para desbloquear el paso de grano ucraniano en el mar Negro generó un suspiro de alivio entre algunos de los países africanos. Con su aparente cesión para un alto el fuego 'de facto' en el corredor marítimo para permitir el paso de los cargueros llenos de trigo, Rusia se congraciaba así con estos países, entre los más dependientes del grano bloqueado en los puertos del sur de Ucrania. Más de un mes después de que el presidente de la Unión Africana, el senegalés Macky Sall, visitara Moscú, pero justo a tiempo para publicar una carta en los cuatro principales diarios de Egipto, Congo-Brazaville, Uganda y Etiopía, en los que acusa a Occidente y Ucrania de ser los culpables de la crisis alimentaria.

“Nuestro país no se ha manchado con los crímenes sangrientos del colonialismo, siempre ha apoyado sinceramente a los africanos en su lucha por la liberación de la opresión colonial”. “Estamos firmemente comprometidos con el principio de ‘soluciones africanas para problemas africanos’. Un enfoque (...) que difiere dramáticamente de la lógica ‘amo-esclavo’ impuesta por los antiguos países metropolitanos”. “Sabemos que los colegas africanos no aprueban los intentos no disimulados de EEUU y sus satélites europeos para (...) imponer un orden mundial unipolar”. Estos son algunos de los fragmentos de la carta que da el pistoletazo de salida al periplo africano de Lavrov y señalan ya el tono de la visita.

"Nuestro país no se ha manchado con los crímenes sangrientos del colonialismo"

Pero el propio viaje, que va más allá de lo diplomático, da pistas del acelerador que Moscú está pisando en su cortejo a los países africanos que tiene más en la mira.

En el caso de El Cairo, aliado habitual de Estados Unidos, pero sin cerrar la puerta a Rusia, la visita toca también temas económicos, especialmente en la narrativa rusa con respecto al grano. Egipto, con más de 102 millones de habitantes, depende en un 80% de las importaciones de grano de Rusia —que se enfrenta ahora a grandes dificultades por el peso de las sanciones sobre el sistema de compras internacionales Swift— y Ucrania —con sus puertos bloqueados por la flota rusa—, y desde la guerra ha tenido que ampliar sus compras masivas de grano a otros países, como Francia.

El mensaje económico de Lavrov ha sido claro: las sanciones occidentales no impedirán que se desplieguen grandes proyectos (oleoductos o proyectos de energía nuclear, principalmente), y Rusia "seguirá siendo un proveedor confiable de grano y productos agrícolas para las naciones africanas", en palabras de Lavrov. De hecho, en el acuerdo firmado para el desbloqueo del mar Negro auspiciado por Naciones Unidas, se incluye facilitar el acceso a los mercados mundiales de grano y fertilizantes rusos.

Foto: El general Al Sisi durante la firma del acuerdo entre la compañía Rosatom y el Gobierno egipcio, en Cairo, el 19 de noviembre de 2015. (Reuters)
TE PUEDE INTERESAR
Los acuerdos de Irán aceleran la carrera nuclear en Oriente Medio
Alicia Arena Alamillos. El Cairo

El Congo-Brazaville, un pequeño país productor de petróleo y excolonia francesa, es el único de los países incluidos en esta gira donde se ha reportado presencia de mercenarios rusos de Wagner y marca otro de los brazos de Rusia en África, especialmente desarrollado en los últimos años y que va más allá de los limitados —comparados con China, por ejemplo— proyectos económicos que podía ofrecer Moscú.

La penetración rusa en la dependencia de seguridad en el continente es muy amplia. Según un análisis del Instituto Internacional de Estudios para la Paz de Estocolmo (Sipri, por sus siglas en inglés), entre 2016 y 2020, en torno al 30% de las armas exportadas a los países de África Subsahariana provenía de Rusia, superando ampliamente las de China (20%), Francia (9,5%) y Estados Unidos (5,4%). El porcentaje ruso ha aumentado en el último lustro: por ejemplo, cuando en 2014 EEUU se negó a vender un cierto tipo de armamento a Nigeria por las violaciones de derechos humanos de sus fuerzas de seguridad en la lucha contra Boko Haram, Abuja buscó la ayuda de Rusia y Pakistán. Paralelamente, los mercenarios rusos se han convertido en clave para la arquitectura de seguridad de varios países africanos, especialmente Malí o República Centroafricana.

En Uganda, uno de los 25 países africanos que se abstuvieron en la votación de Naciones Unidas para condenar la invasión rusa, Lavrov llega con un éxito ya en su haber: la cadena de televisión estatal publicará boletines de noticias de la cadena rusa RT dos veces al día. No es el único intento de Rusia por ampliar su narrativa en el continente. Paralelamente, Rusia también ha multiplicado sus campañas de desinformación en países africanos, especialmente de África Occidental, con Burkina Faso —donde a Moscú se le acusa de haber apoyado el último golpe de Estado— y Malí como los mayores exponentes. Ambos países han vivido protestas antiucranianas en los últimos meses, alimentadas por páginas de Facebook ligadas a Rusia.

Lavrov terminará su gira en Etiopía, que votó a favor de Rusia en la resolución de la ONU y cuyo líder, el ex Nobel de la Paz Abiy Ahmed Ali, es también ahora una suerte de paria internacional por su represión del conflicto en la región de Tigray. En Etiopía, Lavrov tocará también la puerta de la Unión Africana y se reunirá con una serie de embajadores de otros países africanos, según una carta filtrada a la que ha tenido acceso Reuters.

Foto: El primer ministro de Etiopía, Abiy Ahmed Ali, durante la inauguración de una placa conmemorativa en Adís Abeba. (Getty)

Moscú multiplica sus cartas en el continente que durante mucho tiempo ha sido la cenicienta de la geopolítica, pero que ahora muchos buscan para bailar. Incluido Occidente: el presidente francés, Emmanuel Macron, visita también esta semana varios países de África Occidental, mientras que el enviado especial de EEUU para el Cuerno de África visitará la capital etíope esta misma semana, como precedente a la planificada cumbre de líderes africanos en Washington este diciembre, la primera desde 2014. El presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, ha solicitado en varias ocasiones comparecer ante el Parlamento de la Unión Africana, recibiendo la callada por respuesta.

En este tira y afloja por arrastrar a un lado u otro a los países africanos, muchos prefieren, en cambio, el camino medio, resucitando la narrativa de los ‘no alineados’.

Si en febrero posicionarse abiertamente junto a Moscú solo estaba al alcance de los países a los que no les importa perder amigos en la comunidad internacional (como Eritrea, una dictadura tan cerrada que se la conoce como ‘la Corea del Norte africana’, o la Junta Militar de Malí, fruto del último golpe de Estado), ahora el Kremlin ha recuperado peso diplomático, ganando si no apoyos, al menos abstenciones, como reflejan las últimas votaciones en Naciones Unidas. Este mes, el presidente de la República Democrática del Congo, Félix Tshisekedi, aseguró al FT que su país no tomaría partido. “No quiero tomar partido, porque estos dos países tienen vínculos con la RDC. Es muy lamentable ver lo que está pasando”, sostenía.

* Si no ves correctamente este formulario, haz clic aquí.

"Moscú continuará buscando una política exterior amante de la paz y jugar un rol de equilibrio en los asuntos internacionales", escribe el ministro de Exteriores ruso, Serguéi Lavrov, en cuatro grandes diarios africanos. “Amante de la paz”, y solo han pasado cinco meses desde el inicio de la invasión a gran escala de Ucrania que, al menos en el terreno diplomático, convirtió Rusia en un paria de la comunidad internacional. Pero solo al principio. Esta semana, el jefe de la diplomacia del Kremlin está inmerso en una gira por cuatro países africanos (Egipto, Congo-Brazaville, Uganda y Etiopía), que terminará este jueves con varias reuniones con representantes de la Unión Africana.

Conflicto de Ucrania
El redactor recomienda