Es noticia
La derrota electoral en Portugal deja a los socialistas europeos (todavía más) cojos
  1. Mundo
de 117 escaños a 77 asientos

La derrota electoral en Portugal deja a los socialistas europeos (todavía más) cojos

Los socialistas pasan por horas bajas. La derrota en Portugal les deja con un poder muy limitado y con España como uno de sus fortines a pesar de la inestabilidad del Gobierno

Foto: El secretario general del Partido Socialista (PS), Pedro Nuno Santos. (EFE/Antonio Pedro Santos)
El secretario general del Partido Socialista (PS), Pedro Nuno Santos. (EFE/Antonio Pedro Santos)

António Costa era una de las figuras más sólidas del socialismo europeo y uno de los líderes más queridos dentro del Partido de los Socialistas Europeos (PES), como se vio en la cálida despedida que sus colegas de partido le ofrecieron en Roma durante el Congreso Electoral de la familia de cara a las elecciones europeas. En 2022, su Partido Socialista (PS) obtuvo una mayoría absoluta que le catapultó como estrella absoluta de la familia política europea. Sin embargo, un escándalo de corrupción llevó al desmoronamiento de su Gobierno a finales de 2023, la convocatoria de elecciones anticipadas, la elección de un nuevo líder socialista, y una debacle electoral en la que el PS ha pasado de 117 escaños a 77 asientos en el parlamento, quedando por detrás de los 79 obtenidos por los conservadores de Alianza Democrática y sin opciones para armar una mayoría progresista.

El "socialismo ibérico" llegó a ser una marca reconocida en Bruselas. Costa en Portugal y Pedro Sánchez en España eran las dos estrellas indiscutibles del PES hasta el punto de que hasta que estalló el escándalo de corrupción en Lisboa, en el que el actual primer ministro no ha sido acusado formalmente aunque sí sigue siendo investigado, Costa era el absoluto favorito para hacerse con la presidencia del Consejo Europeo cuando se repartan los altos cargos de la Unión Europea para la próxima legislatura tras las elecciones europeas de junio de 2024. Ambos trabajaban de manera coordinada en asuntos centrales para Lisboa y Madrid, como fue la obtención de la llamada "excepción ibérica" que permitió establecer un tope a los precios del gas durante la crisis de la energía en 2022.

Pedro Nuno Santos, líder de los socialistas portugueses, ha señalado que no bloqueará el intento del líder de Alianza Democrática, Lluís Montenegro, de convertirse en el próximo primer ministro luso, para evitar así que el conservador tenga que apoyarse en la formación de extrema derecha Chega, que ha sido la gran protagonista de estos comicios obteniendo 48 escaños. Eso deja el camino despejado para que Montenegro forme Gobierno, otro más para el Partido Popular Europeo (PPE), lo que profundiza la crisis que el PES vive desde hace meses.

Hoy por hoy solamente los Gobiernos de Alemania, España, Dinamarca, Malta y Rumanía están controlados por el PES, siendo socios minoritarios en los Ejecutivos de Polonia, Bélgica, Estonia y Eslovenia. Pero en el Consejo Europeo, el foro de líderes de la Unión, no importa demasiado tener un puñado de ministros: importa quién lidera el Ejecutivo, y ahí el poder del PES se reduce todavía más, ya que en el caso de Rumanía es el presidente de la república, Klaus Iohannis, del PPE, y no el primer ministro, del PES, el que representa al país en el foro.

Foto: El líder del Partido Socialdemócrata de Portugal (PSD) y de la Alianza Democrática (AD), Luís Montenegro, habla tras el resultado de las elecciones generales en Lisboa. (Reuters/Pedro Nunes)

La derrota en Portugal se suma a la pérdida reciente de los Gobiernos de Suecia y Finlandia, que han ido a parar a manos de los populares europeos. El objetivo del PES era obtener la presidencia del Consejo Europeo tras las elecciones de junio, pero los líderes populares y liberales probablemente argumentarán que la pérdida de poder de los socialistas a nivel de jefes de Estado y de Gobierno hace difícil ofrecerles precisamente el asiento que les convierte en árbitros y facilitadores del foro en el que se sientan los líderes.

Para muchos dentro del PES, Costa sigue siendo la opción favorita para el Consejo Europeo y defienden que debe ser él el candidato que impulsen los socialistas cuando los jefes de Estado y de Gobierno se reúnan tras las elecciones para decidir los conocidos como 'top jobs'. Pero sigue habiendo dos grandes trabas. La primera es que para entonces la imagen de Costa debería haberse visto limpiada del escándalo de corrupción que hizo caer su Gobierno.

Foto: Dimite el primer ministro portugués, António Costa. (EFE/José Sena)

La segunda traba es que sería políticamente difícil nombrarlo con la oposición de un Montenegro ya convertido en primer ministro portugués, aunque hay antecedentes: en 2017 Donald Tusk fue reelegido presidente del Consejo Europeo con la oposición frontal y feroz del Gobierno polaco de los ultraconservadores de Ley y Justicia (PiS). Sin embargo, la oposición de Montenegro a una candidatura de Costa al Consejo Europeo no está ni mucho menos confirmada. En los mentideros del PES también se habla de otros posibles candidatos, como el actual presidente del partido, el exprimer ministro sueco Stefan Löfven, o la exprimera ministra finesa, Sanna Marin.

Costa tenía un currículum impecable a ojos de Bruselas. Llegó al poder con el apoyo de fuerzas de izquierdas con el objetivo de darle la vuelta a la austeridad que había sacudido a Portugal, y logró que la economía volviera a carburar. De ser visto con desconfianza, pasó a colocar a su ministro de Finanzas, Mario Centeno, como presidente del todavía poderoso Eurogrupo, la reunión de ministros de Finanzas de la Eurozona que había servido como potro de tortura para las economías en apuros solamente unos años antes. Algunos en la capital comunitaria llegaron a hablar del "milagro portugués".

La corrupción se está convirtiendo en un problema serio a nivel de imagen para el PES. Fueron un grupo de eurodiputados socialistas los que se encontraron en el centro de un escándalo de pagos por parte de Qatar y Marruecos en el conocido como 'Qatargate', el mayor escándalo que se recuerda en el Parlamento Europeo. Un año después Costa se vio obligado a dimitir, en noviembre de 2023, y ahora, otro de los pocos Gobiernos que controlan los socialistas, el de España, se ve acosado por su propio escándalo con el 'caso Koldo' y los posibles conflictos de intereses del presidente del Gobierno en el rescate de Air Europa.

Foto: El abogado Michalis Dimitrakopoulos camina durante una vista previa al juicio de Kaili y Marc Tarabella en el Palacio de Justicia de Bruselas. (EFE / Olivier Hoslet)

Una representación inestable

Es cierto que Olaf Scholz, canciller alemán, tiene un peso enorme, pero la inestabilidad en su Gobierno es palpable, con los liberales del FDP ya con la vista puesta en sobrevivir a las siguientes elecciones, que se celebrarán en octubre de 2025, y a intentar formar parte de un Gobierno que, según las encuestas, será para los democristianos de la CDU/CSU. Además, una parte de los socios europeos, los más cercanos a Ucrania, ven con rencor cómo el canciller alemán, que tiene mucha ascendencia sobre otros líderes de Europa occidental, arrastra los pies en su apoyo a Kiev, oponiéndose desde el principio a dar un apoyo total al ejército ucraniano.

Además de Mette Frederiksen, primera ministra de Dinamarca, el único otro líder relevante del PES en el Consejo Europeo es Sánchez. El otro protagonista del "socialismo ibérico" que tantas esperanzas levantó en la familia socialdemócrata europea tampoco pasa por sus mejores horas. En apuros por el 'caso Koldo' y teniendo que hacer malabarismos en cada votación en el Congreso de los Diputados, los socialistas confían en que el mensaje que lanza estos días el PSOE, que queda una legislatura larga tras la aprobación esta semana de la Ley de Amnistía negociada con los independentistas catalanes, se ajuste a la realidad.

António Costa era una de las figuras más sólidas del socialismo europeo y uno de los líderes más queridos dentro del Partido de los Socialistas Europeos (PES), como se vio en la cálida despedida que sus colegas de partido le ofrecieron en Roma durante el Congreso Electoral de la familia de cara a las elecciones europeas. En 2022, su Partido Socialista (PS) obtuvo una mayoría absoluta que le catapultó como estrella absoluta de la familia política europea. Sin embargo, un escándalo de corrupción llevó al desmoronamiento de su Gobierno a finales de 2023, la convocatoria de elecciones anticipadas, la elección de un nuevo líder socialista, y una debacle electoral en la que el PS ha pasado de 117 escaños a 77 asientos en el parlamento, quedando por detrás de los 79 obtenidos por los conservadores de Alianza Democrática y sin opciones para armar una mayoría progresista.

Portugal Unión Europea
El redactor recomienda