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El 'canto del loco', literal: la estrella del pop que Putin necesita para ganar la guerra en Ucrania
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La canción que despertaba a Navalni

El 'canto del loco', literal: la estrella del pop que Putin necesita para ganar la guerra en Ucrania

La canción 'Soy ruso' de Shaman se ha convertido en un segundo himno del país, pero detrás del éxito se esconde la estrategia propagandística para justificar su guerra

Foto: El cantante ruso Yaroslav Dronov, también conocido como 'Shaman', actúa en el Día de la Unidad Nacional, en 2023. (Reuters/Maxim Shemetov)
El cantante ruso Yaroslav Dronov, también conocido como 'Shaman', actúa en el Día de la Unidad Nacional, en 2023. (Reuters/Maxim Shemetov)

La cárcel en la que estaba preso Alexéi Navalni la llaman el Lobo Polar. Durante poco más de dos meses, el opositor se despertaba todas las mañanas en el centro penitenciario ruso del Ártico. Con suerte, la temperatura superaba los 20 grados bajo cero y podía ver algo de luz desde la ventana de su celda. Pero todas las mañanas tenía la certeza de que a las cinco de la mañana le despertarían los guardias de prisión y que escucharía dos canciones. La primera, el himno nacional. La segunda, Soy ruso, de Shaman. El año pasado, el cantante de música pop fue un fenómeno en Rusia y un símbolo de patriotismo que se ha convertido en una parte de la campaña de Vladímir Putin de cara a las elecciones del 17 de marzo.

Con letras basadas en la victoria rusa en la guerra de Ucrania y en la superioridad política del país, las canciones de Shaman, pero especialmente su single más conocido, son un arma de la propaganda del Kremlin. Esos mensajes nacionalistas, enfocados para engrandecer las acciones del Gobierno de Vladímir Putin, eran una pequeña tortura para Navalni. El pasado enero, un mes antes de que las autoridades penitenciarias anunciaran su muerte en la cárcel de Yamal, el opositor escribió en redes sociales —a través de sus aliados— que sabía que Shaman se había convertido en un icono musical, pero que no había escuchado la canción cuando ingresó en la prisión.

Los funcionarios de la cárcel se encargaron de que Navalni la conociera al dedillo. "Aquí, todos los días, a las 5 de la mañana, escuchamos la orden '¡Levántate!', seguida del himno nacional ruso e inmediatamente después suena la segunda canción más importante del país: Soy ruso, de Shaman", continuó Navalni a través de una publicación en la red social X.

Para el opositor, la situación tiene un tono irónico. Una de las consignas más utilizadas por el Kremlin contra Navalni se basa en que flirteó con el nacionalismo e incluso lanzó mensajes racistas contra la población de otras etnias que no consideraba rusas. Años después, ya encarcelado, las autoridades le obligaban a escuchar una canción de pop ultranacionalista. "Para ser honesto, todavía no estoy seguro de entender correctamente qué son la posironía y la metaironía. Pero si no es eso, ¿qué es?", bromeó Navalni.

Una gran parte de la población de Rusia necesita muy pocas pistas para reconocer al cantante pop y su single más conocido. Un chico rubio, vestido con un pantalón negro y camiseta blanca, camina en medio de un campo de trigo. Antes de la primera melodía, todos saben que se trata del videoclip de la canción más famosa de Yaroslav Dronov, mejor conocido como Shaman.

El cantante ruso persigue la típica imagen de estrella de pop rompecorazones. Las mujeres rusas le tiran flores, se saben de memoria sus canciones y gritan su nombre en sus conciertos. Pero el Kremlin es, sin duda, su fan más importante. "Es un fenómeno social brutal, pero sobre todo es un reflejo de la eficacia de la propaganda rusa, no hay más que ver las letras nacionalistas y a favor de la guerra de Ucrania de Shaman", explica Yuri Felshtinsky, historiador experto en Rusia.

Foto: Un investigador ruso examina el cráter de un bombardeo en el centro de Donetsk. (EFE/Valery Melnikov)

Desde el inicio de la invasión a gran escala en Ucrania, el cantante no ha escondido su buena relación con el Kremlin, especialmente con Vladímir Putin. El presidente ruso celebró en septiembre de 2022 la anexión de cuatro regiones ucranianas después de la celebración de unos referéndums no reconocidos internacionalmente. En lo que Putin declaró como un éxito para el país, invitó al escenario al joven rubio de 31 años para que cantara el himno nacional.

Una decisión patriótica... y lucrativa

Una gran parte de las canciones de Shaman están llenas de mensajes a favor de la guerra, siguiendo la senda militarista que ha seguido Putin desde febrero de 2022. Antes de que se cumpliera el segundo aniversario de la invasión a gran escala, el cantante pop escaló todavía más ese mensaje y, en uno de sus conciertos retransmitidos en la televisión estatal rusa, simuló la detonación de una bomba nuclear.

Mientras cantaba la canción Soy ruso, apareció el maletín parecido al maletín nuclear de Putin que aparentemente se puede utilizar para autorizar el lanzamiento de ataques nucleares. El mandatario lo ha mostrado en algunas apariciones públicas para recordar el poder nuclear de Rusia.

Foto: Giuliano da Empoli. (Ed. Gallimard/Francesca Mantovani)

En el momento en el que Shaman apretaba el botón, estallaron los fuegos artificiales al ritmo del estribillo de la canción.

"Soy ruso, voy hasta el final
Soy ruso, mi sangre viene de mi padre
Soy ruso, tuve suerte
Soy ruso, a pesar de todo el mundo"

El 17 de marzo, Rusia votará en unas elecciones dominadas por el poder de Vladímir Putin. Sin tener prácticamente oposición, el Kremlin ha buscado que los rusos apoyen la guerra de forma casi incondicional, y artistas como Shaman se han convertido en los aliados perfectos. Como recompensa, el cantante ha conseguido el estrellato en el país.

Foto: Soldados ucranianos realizan operaciones de defensa antiaérea cerca de Kiev. (EFE/Oleg Petrasyuk)

Yaroslav Dronov, alias Shaman, quedó segundo en la versión rusa de programas como Factor X y La Voz, aparece recurrentemente en la televisión nacional y ha formado parte de varios espectáculos patrocinados por el Kremlin. A pesar de que normalmente no se revelan los honorarios que reciben los artistas por cada concierto, los medios rusos lo incluyeron entre los cinco artistas más solicitados desde la guerra, y los costos por una actuación privada han ascendido a casi los 60.000 dólares, según reveló The New York Times. En octubre de 2022, Shaman recibió un galardón en los Premios Creativos Rusos, entregado por Sergei Kiriyenko, que fue subjefe de gabinete de Putin y actualmente es jefe de la empresa estatal de energía nuclear Rosatom.

Yuri Felshtinsky sostiene que la canción Soy ruso fue encargada por el Kremlin y que la unidad del país queda en un segundo plano. Todo pasa por la propaganda y de las ventajas que tiene convertirse en uno de sus protagonistas. "El Gobierno controla los medios y los programas de radio y televisión. El público no tiene en realidad la capacidad de elegir la música o productos que consume y Shaman está ganando dinero gracias a eso. Del mismo modo que regalan banderas de Rusia para que la gente las ondee delante de las cámaras en un evento importante. Todo eso queda grabado para la posteridad y la mayoría de personas que aparecen en estas imágenes son jóvenes", afirma el historiador a este periódico.

Las letras de las canciones de Shaman giran en torno a la guerra y a los veteranos. "Por los que encontraron su cielo y ya no están con nosotros / Nos levantaremos / Y cantaremos una canción", reza la canción Vstanem. Este es precisamente uno de los mensajes más potentes de Rusia y que el excomandante en jefe de las Fuerzas Armadas de Ucrania, Valerii Zaluzhny, reconoció como uno de los problemas de fondo de la estrategia para derrotar al Kremlin. Tanto Kiev como los países occidentales pensaban que el Kremlin se vería muy limitada por la pérdida de tropas y material, pero las numerosas bajas humanas no han impactado en la sociedad como se esperaba. "Ese fue mi error. Rusia ha asumido al menos a 150.000 efectivos muertos. En cualquier otro país, ese número de bajas habría detenido la guerra", dijo Zaluzhny en una entrevista con The Economist.

El apoyo juvenil que Putin necesita

La generación Z ha sido uno de los objetivos de la propaganda del Kremlin, que ha puesto el foco en adoctrinar a los jóvenes rusos para consolidar el apoyo a la guerra y evitar un frente interno. Una parte de esta estrategia empezó a dar sus frutos desde el principio de la invasión, cuando muchos adolescentes publicaron en redes contenido a favor y con el símbolo emblemático de la letra Z.

"Este énfasis en la juventud no es casualidad. Refleja la preocupación dentro del Kremlin de que los rusos más jóvenes, conocedores de Internet, sean más resistentes a la propaganda estatal y tengan el conocimiento para acceder a información censurada en línea. También es más probable que la generación emergente tenga opiniones favorables sobre Europa y Estados Unidos que los rusos de mayor edad, que siguen obteniendo la mayor parte de su información de las redes de propaganda de Putin", apunta Doug Klain, subdirector del Centro Eurasia del Atlantic Council, en un informe.

Esta cautela era fácil de entender cuando empezó la invasión a gran escala por la ola de protestas que tuvo lugar durante las primeras semanas de guerra. Sin embargo, dos años después, las manifestaciones han desaparecido como resultado de la estrategia de intimidación utilizada por el Kremlin, continúa el experto.

Foto: Tras la muerte de Alexei Navalny, se ven flores y un retrato del líder opositor ruso. (Reuters/Gonzalo Fuentes)

A pesar de que es difícil determinar la efectividad de los esfuerzos del Gobierno para fomentar el sentimiento a favor de la guerra entre los jóvenes, los datos sugieren que el Kremlin ha conseguido una gran parte de su objetivo. Centro Levada, el principal encuestador independiente del país, reveló en una encuesta publicada el año pasado que el 71% de los jóvenes apoyan la invasión a gran escala.

De cara a las elecciones de marzo de este año, dos tercios de la población planean votar a Vladímir Putin, según una encuesta realizada en enero por la Universidad de Chicago. Los adultos mayores de 60 años son los defensores más acérrimos del presidente (un 73% afirma que votará a su favor), frente al 53% de los menores de 30 años. El fenómeno, responde a una lógica política en un país en el que tradicionalmente las personas de edad más avanzada han alertado de la amenaza de Occidente para el país y han apoyado las ideas del presidente para hacerle frente. Todos estos datos, no obstante, se enmarcan en un proceso que los analistas consideran como una farsa electoral.

Por otro lado, y a favor de los objetivos del Kremlin, algunos analistas han alertado del peligro de una ola de fanatismo entre los más jóvenes por la invasión a gran escala. Además de figuras como la de Shaman, miles de youtubers se han popularizado en los últimos dos años con contenidos claramente a favor de la guerra. "Esto podría prolongar la actual confrontación entre Rusia y Occidente durante muchas décadas, llevando a la continuación del putinismo mucho después de que el propio Putin haya abandonado el escenario mundial", afirma Doug Klain.

Foto: Defensas antiaéreas en Kiev. (EFE/Oleg Petrasyuk)

El Kremlin ha convertido la televisión y la radio en un espacio de propaganda, que se ha ampliado hasta redes sociales como Telegram. Pero una sola canción ha logrado articular el movimiento de un país a favor de la guerra que Putin ha convertido en punto clave de su programa político. Shaman es, sin embargo, una pequeña parte del impacto que ha tenido la música en la historia.

"Ha pasado siempre. Ya sea en la Alemania nazi, o en la Rusia de soviética o postsoviética. Siempre ha existido una canción que se ha convertido en un himno para intentar unir a un país, sobre todo en momentos de guerra o geopolíticamente complicados", explica Yuri Felshtinsky. Pone como ejemplo la canción Guerra santa, que se convirtió en una institución musical en el país durante la Segunda Guerra Mundial.

En el caso de Rusia actual, la canción ha ido más allá. "Soy ruso ha servido para visibilizar cómo funciona el país. En un momento en el que el Kremlin ha empezado un conflicto con Europa, algunos rusos no están de acuerdo y abandonan el país. Pero otros se quedan y toman partido porque es mucho más rentable ponerse del lado del Gobierno. Shaman es el mejor ejemplo de eso ahora mismo", concluye el historiador.

La cárcel en la que estaba preso Alexéi Navalni la llaman el Lobo Polar. Durante poco más de dos meses, el opositor se despertaba todas las mañanas en el centro penitenciario ruso del Ártico. Con suerte, la temperatura superaba los 20 grados bajo cero y podía ver algo de luz desde la ventana de su celda. Pero todas las mañanas tenía la certeza de que a las cinco de la mañana le despertarían los guardias de prisión y que escucharía dos canciones. La primera, el himno nacional. La segunda, Soy ruso, de Shaman. El año pasado, el cantante de música pop fue un fenómeno en Rusia y un símbolo de patriotismo que se ha convertido en una parte de la campaña de Vladímir Putin de cara a las elecciones del 17 de marzo.

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