¿Qué pasará con Bolsonaro? Macrorredada al expresidente por el intento de golpe de Estado

Fuegos artificiales a apenas un día del inicio del carnaval. Eran las siete de la mañana de este jueves, cuando la Policía Federal (PF) brasileña tocó la puerta de la casa del expresidente Jair Bolsonaro, situada en Angra dos Reis, estado de Río de Janeiro, con una orden de registro en la mano. Paralelamente, se producían más de una treintena de operaciones en los domicilios de los más cercanos colaboradores, ministros y militares, del líder ultraderechista.

Alexandre de Moraes, el juez del Supremo puesto en la diana por los bolsonaristas, había abierto la caja de los truenos, ejecutando la operación Tempus Veritatis (la hora de la verdad) sobre el expresidente y su círculo por la presunta preparación de un golpe de Estado, cuyo objetivo habría sido mantener al entonces presidente en el poder. Un auténtico terremoto político cuando medio país estaba preparando los disfraces para la fiesta más popular.

Las autoridades requirieron el pasaporte de Bolsonaro para impedir su salida del país y le prohibieron ponerse en contacto con el resto de los investigados. El expresidente no tenía el documento en su poder en ese momento, así que le dieron un plazo de 24 horas para entregarlo. Unas horas después, al filo del mediodía, la policía recibía el pasaporte. No estaba cerca, sino a más de un millar de kilómetros, en las oficinas del bolsonarista Partido Liberal (PL) en Brasilia. Allí, en la habitación del exmandatario, la PF habría hallado un supuesto documento golpista, según filtró a última hora de la tarde CNN Brasil. Se trataría de un pronunciamiento a la nación impreso en papel.

"Salí del Gobierno hace más de un año y sigo sufriendo una persecución implacable", declaró el expresidente ayer a Folha de São Paulo. "Que me olviden, ya tienen a otro gobernando en el país", añadió. Las investigaciones de la PF y del Supremo Tribunal Federal (STF) apuntan a que no fueron una casualidad las grandes manifestaciones que tuvieron lugar frente a los cuarteles militares tras la victoria en las urnas, en noviembre 2022, del izquierdista Lula Da Silva, junto con el posterior asalto, en enero de 2023, de los seguidores más radicales de Bolsonaro a las sedes de los tres poderes en Brasilia. Precisamente por este hecho en particular también está siendo investigado el exmandatario.

TE PUEDE INTERESAR

La policía investiga a Bolsonaro de intento de golpe de Estado en las elecciones que perdió

Ó. H. Agencias

Los agentes intentan determinar si los investigados formaban una "organización criminal" que habría actuado planeando una "tentativa de golpe de Estado" para "mantener al entonces presidente de la república en el poder".

Habrían operado en dos grupos. Uno dedicado a esparcir noticias falsas sobre el sistema electrónico de votación, vigente en Brasil desde 1996 y que nunca ha dado problemas, sembrando dudas sobre un posible fraude con el objetivo de legitimar las operaciones.

El segundo habría incurrido en la "práctica de actos para subsidiar la abolición del Estado democrático de derecho por medio de un golpe de Estado" con el "apoyo de militares con conocimientos y tácticas de fuerzas especiales en un ambiente políticamente sensible". La PF asegura contar con numerosas pruebas que sostienen su análisis, incluidos documentos físicos y escuchas telefónicas.

Buena parte de la investigación parte del hallazgo, el pasado enero, de un borrador de proyecto golpista en posesión del exministro de Justicia Anderson Torres, investigado entonces por su papel en los asaltos a las sedes de los tres poderes.

Ese documento habría sido entregado a Bolsonaro, según los agentes, por Filipe Martins, un muy cercano exasesor del líder ultraderechista, arrestado ayer e internado en prisión provisional. El borrador habría sido redactado por Amauri Feres Saad, el abogado de Martins, que se encuentra en búsqueda y captura.

Martins salió junto a Bolsonaro rumbo a Orlando, EEUU, a finales de 2022, pero no registró su salida del país, lo que la investigación interpreta como intento de fuga. El borrador golpista preveía la detención de los jueces del Supremo Gilmar Mendes y De Moraes, así como del presidente del Senado, el centroderechista Rodrigo Pacheco, que ayer calificó el plan golpista como una "acción insensata de una minoría irresponsable".

Bolsonaro no solo habría estudiado el documento, sino que, según la PF, habría introducido modificaciones al texto, especificando que se mantuviera la disposición de celebrar "nuevas elecciones" y pidiendo que se retirase a Mendes y Pacheco de la lista de personas a detener.

De Moraes sería, entonces, la única persona en ser inmediatamente arrestada. Se trata del juez más famoso de Brasil, cuya relevancia mediática supera ahora incluso a la de Sergio Moro, el instructor de la causa Lava Jato, que mandó a prisión a Lula.

El hoy señalado como mayor enemigo del bolsonarismo fue muy criticado por el progresismo cuando se convirtió en ministro de Justicia de Michel Temer, el líder centroderechista que sustituyó a Dilma Rousseff —era su vicepresidente— después del juicio político contra la exmandataria progresista. El día de su toma de posesión, llegó a decir que perseguiría las "actitudes criminales" de los movimientos de izquierda y poco después expuso que "ningún derecho es absoluto", defendiendo políticas de "tolerancia cero".

TE PUEDE INTERESAR

De gobernar un país a revender Rolex: la lenta y grotesca caída de Jair Bolsonaro

Valeria Saccone. Río de Janeiro

Durante el Gobierno de Bolsonaro, en cambio, inició numerosas investigaciones contra el movimiento político del ultraderechista, convirtiéndose en la persona más odiada —junto a Lula— por los seguidores del exmandatario. "Después de la presentación del nuevo borrador modificado, Bolsonaro habría acordado con los términos ajustados y convocado una reunión con los comandantes de las Fuerzas Militares para presentar el borrador y presionarlos a que se adhirieran al golpe", señala la pesquisa citada por Folha de São Paulo.

La PF asegura que se configuró un equipo aliado de Bolsonaro, seguía todos los movimientos de De Moraes, espiado a tiempo completo con el objetivo de facilitar y agilizar su arresto en el caso de que el plan golpista fuese ejecutado. Algunas de las reuniones entre los supuestos conspiradores habrían tenido lugar en noviembre de 2022, tras la segunda vuelta, en la sede de campaña del Partido Liberal (PL), mientras se daban las manifestaciones frente a los cuarteles.

Valdemar Costa Neto, presidente de esa formación ultraderechista, la mayor de la Cámara de Diputados, con 96 de los 513 legisladores, fue detenido este jueves en flagrancia después de que las autoridades hallaran en el registro de su domicilio un arma de fuego con los papeles vencidos y a nombre de su hijo. A media tarde trascendió también la noticia de que la PF habría hallado también una pepita de oro puro en la casa, de origen presuntamente irregular, lo que podría retrasar su excarcelación.

Los agentes creen que el Partido Liberal habría sido un instrumento básico para diseminar las dudas sobre el sistema electrónico de votación, especialmente después de que, tras la segunda vuelta electoral, sus líderes hubieran pedido la retirada de los votos emitidos en máquinas construidas antes del año 2020, sin sustentar la petición en detalles técnicos certeros.

La PF allanó también los domicilios de los exministros y generales Walter Braga Netto, Augusto Heleno y Paulo Sergio Nogueira, así como el ex comandante de marina Almir Garnier Santos.

Los agentes informaron además de cuatro personas enviadas a prisión preventiva. No hicieron público quiénes eran los cuatro detenidos, pero el diario Globo concluyó que, además del asesor Martins, los arrestados eran los coroneles Marcelo Câmara y Bernardo Romao Corrêa, así como el mayor de las Fuerzas Especiales Rafael Martins, uniéndose después el político Costa Neto a esa terna.

TE PUEDE INTERESAR

Bolsonaro inhabilitado: ¿y ahora qué?

Valeria Saccone. Río de Janeiro

Todos ellos, aseguran las pesquisas, ayudaron a difundir fake news durante las elecciones contra los jueces, especialmente De Moraes, y Lula. Según escuchas en poder de los investigadores, Braga Netto habría tratado de "cagón" al comandante del Ejército, Freire Gomes, por no querer adherirse a las acciones.

"No va a haber revisión del VAR. Entonces, lo que tenga que ser hecho tiene que ser hecho antes de las elecciones. Si hay que dar un golpe encima de la mesa es antes de las elecciones. Si hay que darle la vuelta a la mesa es antes de las elecciones", habría dicho, por su parte, Heleno, según expone el diario Globo. "Tendremos que actuar. Actuar contra determinadas instituciones y determinadas personas", habría añadido el exministro y general.

Según las investigaciones, un grupo de militares en activo presionó a contrarios al golpe para intentar que participasen o diesen la luz verde al mismo. Algunos, eso sí, se presentaron voluntarios. El portal UOL, después de tener acceso a las pesquisas, informó que el general Estevam Gaspar de Oliveira, jefe del comando de operaciones terrestres, se habría reunido con Bolsonaro para ponerse a su disposición para el supuesto golpe.

Otro asesor de Bolsonaro, el coronel Mauro Cid, señaló en un audio que estaba empleando a un hacker con el objetivo de buscar una "bala de plata" que ayudase a justificar las acciones. Cid habría sido también parte del grupo que seguía al juez De Moraes y según filtró Globo, se le investiga por orientar las manifestaciones frente a los cuarteles.

"Hubo una tentativa de golpe, una política de faltar el respeto a la democracia, una tentativa de destruir el proceso democrático"

"Hubo una tentativa de golpe, una política de faltar el respeto a la democracia, una tentativa de destruir el proceso democrático, y esa gente tiene que ser investigada", dijo este jueves Lula Da Silva. El actual mandatario cree que el intento de golpe de Estado "no hubiera ocurrido sin él", señaló, refiriéndose a Bolsonaro en declaraciones a radio Itatiaia, y asegurando que el líder ultraderechista "no estaba preparado" para perder las elecciones de 2022, decididas por menos de dos millones de votos, un suspiro en Brasil, menos de dos décimas de diferencia.

"Se quedó en casa llorando y se fue a Estados Unidos. Debe haber participado en la construcción de esa tentativa de golpe. Vamos a esperar las investigaciones", añadió el líder izquierdista.

Bolsonaro ya fue inhabilitado para disputar las elecciones hasta 2030 después de que el Supremo lo declarara inelegible por abuso de poder en los meses previos a las elecciones, después de convocar una reunión con embajadores de todo el mundo para sembrar dudas sobre el proceso electoral. Existen varias causas adicionales abiertas contra el exmandatario en un país que continúa especialmente polarizado.