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La filtración que obsesiona a Putin: ¿puede Rusia dominar, al fin, los cielos ucranianos?
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Un paraguas lleno de agujeros

La filtración que obsesiona a Putin: ¿puede Rusia dominar, al fin, los cielos ucranianos?

En la antesala de una anticipada contraofensiva con la que Ucrania espera reconquistar parte del territorio perdido, Rusia está intentando poner al límite sus sistemas antiaéreos

Foto: Un sistema de defensa ruso S-300, durante unos ejercicios militares en Astrakhan, Rusia. (Reuters/Sergey Pivovarov)
Un sistema de defensa ruso S-300, durante unos ejercicios militares en Astrakhan, Rusia. (Reuters/Sergey Pivovarov)
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Tras un periodo de relativa calma, las ciudades ucranianas vuelven a mirar al cielo. La fuerza aérea del país reportó este jueves que Rusia fue responsable de hasta 24 ataques con aviones no tripulados durante la madrugada. No se trata de un incidente aislado, sino de la tercera ocasión en cuatro días en las que misiles rusos y drones kamikazes iraníes han llovido sobre Kiev y otras urbes de Ucrania. “Nuestra ciudad no ha experimentado una intensidad de ataques tan fuerte desde principios de este año”, publicó en Telegram Serhiy Popko, jefe de la administración militar de la ciudad de la capital.

El saldo resultó especialmente grave en la ciudad de Jersón, recuperada por el ejército ucraniano a finales del año pasado. Al menos 23 personas murieron y 46 resultaron heridas a raíz de los misiles rusos que destruyeron parcialmente un supermercado, una estación de tren y varios edificios residenciales el miércoles, de acuerdo con el último reporte del gobernador regional. Volodímir Zelenski, el presidente del país, condenó “el rastro sangriento que deja Rusia con sus proyectiles”.

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En la antesala de una anticipada contraofensiva con la que Ucrania espera reconquistar parte del territorio perdido ante Rusia, Moscú ha intensificado los ataques aéreos contra el país. Una estrategia que, de acuerdo con múltiples analistas, intenta aprovechar una supuesta vulnerabilidad ucraniana revelada en los documentos del Pentágono filtrados por un joven reservista estadounidense el mes pasado.

En una de las decenas de páginas compartidas por Jack Teixeira en Discord, fuentes de inteligencia estadounidense señalaban que Ucrania se enfrentaba a una inminente escasez de misiles para alimentar a sus sistemas de defensa aérea soviéticos S-300 y BUK-M1, encargados de proteger sus ciudades. Este documento, elaborado a principios de este año, establecía la fecha del pasado 2 de mayo como límite —si los aliados occidentales de Kiev no lograban proporcionar más inventario— para el agotamiento de las municiones. Dos sistemas Nasams y una batería de defensa aérea Iris-T proporcionadas por Estados Unidos, Noruega, Canadá y Alemania también estaban en camino de quedarse sin proyectiles, de acuerdo con las filtraciones.

“Es probable que (Rusia) esté intentando agotar todo lo posible las defensas antiaéreas ucranianas para poder utilizar sus aviones en algún punto”, explica Oliver Imhof, analista alemán de estrategia y datos de inteligencia militar abierta, en entrevista con El Confidencial. Desde el inicio de la invasión a gran escala, la fuerza aérea rusa apenas ha jugado un papel en el conflicto debido a la efectividad de los sistemas de defensa tierra-aire de Kiev. Pero si los agujeros de este paraguas siguen aumentando, los cazas y bombarderos rusos podrían empezar a lanzar incursiones en territorio ucraniano sin miedo a ser interceptados, aumentando así su precisión, cantidad y efectividad.

Una ventana de oportunidad

De acuerdo con un informe publicado recientemente por el Centro de Análisis Naval (CNA), si los países occidentales no contribuyen con nuevo equipo y munición para los sistemas antiaéreos ucranianos, Rusia podría controlar en un futuro próximo zonas críticas del espacio aéreo del país. El reporte, titulado “Fortalezas y limitaciones del combate aéreo ruso: lecciones desde Ucrania”, afirma que “esto supondría un grave riesgo para la capacidad del ejército ucraniano de sostener posiciones defensivas fijas, reunir refuerzos y unidades de reserva en las zonas de retaguardia o acumular de forma segura municiones y suministros logísticos”.

Foto: Ukraine defense contact group at the us air base in ramstein

El autor del informe, Justin Bronk, indica que Ucrania ha perdido una cantidad importante de sistemas tierra-aire debido a los ataques rusos desde el inicio del conflicto. Además, dada la necesidad constante de interceptar los misiles y drones rivales, dependen casi por completo de los suministros de misiles de otros países para mantener sus capacidades de defensa antiaérea. No obstante, si Kiev logra recuperar sus niveles previos de armamento y munición con la ayuda de sus aliados, Bronk concluye que el poderío aéreo de Rusia seguirá sin poder "cambiar significativamente su suerte hasta ahora en la guerra".

Que Ucrania depende de la ayuda militar occidental no supone ninguna novedad. Sin los sistemas de defensa aérea suministrados por sus aliados, hubiera resultado imposible para Kiev resistir la campaña de ataques rusos contra su infraestructura energética durante los últimos meses de 2022. Desde entonces, el ritmo de disparo de proyectiles de Rusia había disminuido considerablemente, una muestra de que Moscú podría estar afrontando sus propios problemas de munición.

Incluso si Ucrania careciera de S-300 y BUK-M1, el país cuenta con la suficiente capacidad de defensa como para hacer que su espacio aéreo sea extremadamente peligroso para los aviones rusos. Lo más probable es que el actual redoble del ritmo de ataques del Kremlin, por lo tanto, no responda a un deseo de usar sus aeronaves de forma inmediata, sino el de trazar un mapa de la efectividad de las defensas antiaéreas del enemigo para intentar encontrar vulnerabilidades que explotar una vez lance su contraofensiva.

Durante este proceso, Moscú también parece haber cambiado el objetivo de sus misiles, sustituyendo la infraestructura energética de Ucrania a la militar, industrial y logística, de acuerdo con un análisis publicado por el Ministerio de Defensa del Reino Unido este miércoles.

Sin novedad en el frente

Si lo que Moscú buscaba era hallar un agujero en las defensas ucranianas, este todavía no ha aparecido. En lo que va de mes, las fuerzas del país han demostrado que su capacidad para interceptar la mayoría de las amenazas aéreas rusas continúa, por ahora, intacta. Durante la noche del 1 de mayo, la Fuerza Aérea de Ucrania reportó que había destruido 15 de los 18 misiles de crucero Kh-101 y Kh-555 disparados por Rusia; el 3 de mayo, 21 de los 26 drones kamikazes iraníes Shahed fueron destruidos en pleno vuelo, y de los 24 artefactos no tripulados utilizados este jueves, solo seis alcanzaron su objetivo.

Foto: Personal de aviación comprueba el funcionamiento del avión de combate Mig-29 de la Fuerza Aérea de Ucrania. (EFE/Roman Pilipey)

Obtener más munición para sus sistemas soviéticos parece una misión casi imposible, dado que es manufacturada casi exclusivamente por Rusia y la escasa producción en Ucrania se complica cada día más. Sin embargo, el lento goteo de ayuda está empezando a llegar a Kiev. El mes pasado, Ucrania comenzó a recibir los sistemas de defensa aérea estadounidense Patriot, como parte de un paquete de armamento de casi 2.000 millones de dólares aprobado por el Gobierno de Joe Biden el pasado mes de diciembre. Alemania también confirmó la entrega de un segundo sistema Iris-T. Los intentos del Gobierno de Zelenski de conseguir aviones de combate occidentales, sin embargo, continúan cayendo en oídos sordos.

Por otra parte, incluso si Rusia alcanza la superioridad aérea en algunas zonas del frente, muchos expertos consideran que esto no supondría ningún cambio fundamental en el balance de fuerzas del conflicto. “Obviamente, no es ideal para Ucrania que Rusia pueda volar más misiones en su territorio, dado el riesgo que supone para su armamento más preciado, como los sistemas de artillería Himars, además de su población civil”, señala Imhof. “Pero en última instancia, el mayor problema para Rusia es que tiene poca capacidad de alcanzar objetivos en movimiento debido a su escasez de munición de alta precisión y sus vacíos de inteligencia. Y eso no va a cambiar”, concluye.

Tras un periodo de relativa calma, las ciudades ucranianas vuelven a mirar al cielo. La fuerza aérea del país reportó este jueves que Rusia fue responsable de hasta 24 ataques con aviones no tripulados durante la madrugada. No se trata de un incidente aislado, sino de la tercera ocasión en cuatro días en las que misiles rusos y drones kamikazes iraníes han llovido sobre Kiev y otras urbes de Ucrania. “Nuestra ciudad no ha experimentado una intensidad de ataques tan fuerte desde principios de este año”, publicó en Telegram Serhiy Popko, jefe de la administración militar de la ciudad de la capital.

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