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El ministro de Economía tumba la reforma fiscal de Truss, cuyo liderazgo sigue bajo la lupa
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El ministro de Economía tumba la reforma fiscal de Truss, cuyo liderazgo sigue bajo la lupa

La polémica por el presupuesto, la reforma fiscal y la caída de la libra ha disparado a los laboristas en los sondeos, que sitúan a los 'tories' en niveles mínimos

Foto: Liz Truss. (Reuters/Daniel Leal/Pool)
Liz Truss. (Reuters/Daniel Leal/Pool)

El Gobierno británico ha completado su volantazo económico tumbando su propio proyecto reforma fiscal, que había espantado a los mercados e indignado a la ciudadanía. El nuevo ministro de Economía, Jeremy Hunt, confirmaba el lunes la anulación la rebaja impositiva prevista con el objetivo de reducir el endeudamiento público y detener el desplome de la libra. Pese a la rectificación, precedida del cambiado en la cartera de Finanzas, la primera ministra Liz Truss sigue en el ojo del huracán y varios compañeros 'tories' han pedido públicamente que dimita.

Hunt, quien asumió el cargo el pasado viernes, anunció que la reducción planeada para abril en el tramo básico del impuesto sobre la renta (del 20% al 19%) ya no se ejecutará. Además, el funcionario detalló que ayudas implementadas este mes para reducir el precio de la factura energética para empresas y hogares expirarán también al inicio del nuevo ejercicio fiscal, en abril, y no en dos años, como se había anunciado previamente.

Truss tomó posesión el 5 de septiembre, en lo que se preveía como un punto y aparte de la crisis del conservadurismo británico, tras unos últimos meses convulsos bajo la batuta del anterior primer ministro, Boris Johnson. La nueva líder llegó a Downing Street con una consigna de "disciplina fiscal" que se ha vuelto en su contra en cuestión de pocas semanas. La 'premier' conservadora se vio forzada a destituir a su primer 'Chancellor' y "gran amigo", Kwasi Kwarteng, después de que su plan fiscal presentado el pasado 23 de septiembre sembrara el caos en los mercados financieros al no ofrecer detalles sobre cómo la bajada de impuestos afectaría al volumen de deuda.

Foto: La primera ministra conservadora, Liz Truss. (EFE/Tolga Akmen)

El Gobierno ha tratado de quitarse la presión y corrigió el 'minipresupuesto' que desató la polémica en dos ocasiones, primero para eliminar la reducción fiscal para el tramo más alto de ingresos, que había generado mucho rechazo ciudadano, y después para recuperar el aumento del impuesto de sociedades. Ahora, Truss espera recuperar algo de la confianza perdida con el nombramiento de Hunt, un 'tory' curtido en tareas de Gobierno y que ya había intentado en varias ocasiones ascender a Downing Street.

Hay incluso quien ve a Hunt como un "primer ministro 'de facto", como ha apuntado el diputado Kay Burley. En este sentido, ha afirmado en Sky News que el poder en Downing Street ya no está en el número 10 de la calle, sede de la jefatura del Ejecutivo, sino en el número 11, en el Ministerio de Finanzas.

Los diputados Crispin Blunt, Andrew Bridgen y Jamie Wallis han pedido abiertamente a Truss que dimita, bajo el argumento de que "se ha acabado el juego" y de que se han cometido "errores muy básicos y evitables" en estas últimas semanas, según los mensajes difundidos por los legisladores en los últimos días.

La semana pasada, fuentes citadas por 'The Times' hablaban incluso de movimientos internos para sustituir a Truss cuanto antes por una dupla de líderes formada por Rishi Sunak, segundo candidato más votado en las últimas primarias del Partido Conservador, y Penny Mordaunt.

La propia Mordaunt ha publicado un artículo en el 'Daily Telegraph' para instar a la calma y a poner el foco en la "misión" de gobierno, habida cuenta del complicado momento que afronta tanto el país como el conjunto del continente. "Nuestro país necesita estabilidad, no un culebrón", ha reclamado.

¿Cese forzado?

El ruido de sables es tal que los medios británicos han tirado ya de hemeroteca para comprobar hasta qué punto una salida de Truss haría historia en Reino Unido. El primer ministro que menos tiempo ha estado en el cargo fue George Canning, en 1827: gobernó solo 118 días, aunque en su caso porque falleció por problemas de salud.

Truss necesita aguantar, por tanto, hasta el 3 de enero de 2023 y, por ahora, no ha dado muestras de ceder a las presiones. El viernes, en una breve comparecencia ante los medios para anunciar el último giro político, subrayó su deseo de mantenerse como primera ministra.

La oposición, con el Partido Laborista a la cabeza, pide elecciones anticipadas —no están previstas hasta enero de 2025—. Los sondeos favorecen claramente al laborismo y sitúan a los 'tories' en niveles mínimos, por lo que parece difícil que el Partido Conservador pueda optar por esta estrategia.

Foto: La primera ministra británica, Liz Truss, a su llegada a la primera reunión de la Comunidad Política Europea en Praga. (Getty/Pool/Alastair Grant)

El sistema parlamentario británico establece vías para cambiar al jefe de Gobierno sin pasar por las urnas —como ocurrió en el traspaso de mando entre Johnson y Truss—, entre ellas una moción de censura que podría ser impulsada por la propia bancada 'tory' en la Cámara de los Comunes.

Sin embargo, las reglas estipulan que no se pueden celebrar dos mociones en menos de un año. La última, presentada contra Johnson, fue a principios de junio de este año, por lo que en teoría Truss estaría protegida frente a la rebelión de sus propios compañeros hasta mediados de 2023.

Nadie se atreve a descartar a estas alturas un cambio en la normativa para que no sea necesario esperar tanto. La decisión compete al Comité 1922, y su tesorero, Geoffrey Clifton-Brown, explicó el domingo en Sky News que se haría si una "abrumadora mayoría" del partido así lo apoya.

Este grupo se reunirá el miércoles, por lo que la actual líder tiene al menos unos días para tratar de convencer a propios y extraños de que tiene capacidad para "superar la tormenta", como ella misma ha declarado en varias de sus comparecencias.

El Gobierno británico ha completado su volantazo económico tumbando su propio proyecto reforma fiscal, que había espantado a los mercados e indignado a la ciudadanía. El nuevo ministro de Economía, Jeremy Hunt, confirmaba el lunes la anulación la rebaja impositiva prevista con el objetivo de reducir el endeudamiento público y detener el desplome de la libra. Pese a la rectificación, precedida del cambiado en la cartera de Finanzas, la primera ministra Liz Truss sigue en el ojo del huracán y varios compañeros 'tories' han pedido públicamente que dimita.

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