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Truss no lo tiene fácil: estos son los retos de la nueva Dama de Hierro británica
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Crisis, huelgas y Brexit

Truss no lo tiene fácil: estos son los retos de la nueva Dama de Hierro británica

Todo apunta a que la luna de miel de Liz Truss en el Gobierno será corta. La nueva primera ministra británica coincide con uno de los momentos más convulsos en Reino Unido

Foto: Liz Truss ha sido elegida por el Partido Conservador primera ministra tras la dimisión de Boris Johnson. (EFE/Neil Hall)
Liz Truss ha sido elegida por el Partido Conservador primera ministra tras la dimisión de Boris Johnson. (EFE/Neil Hall)
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Liz Truss se convertirá este martes oficialmente en la nueva inquilina de Downing Street. Después de ser proclamada ganadora de las primarias celebradas en el Partido Conservador tras la dimisión de Boris Johnson, visitará a la reina Isabel II en Balmoral (Escocia) —donde la soberana pasa los veranos— y regresará a Londres ya como primera ministra, la tercera mujer en la historia del Reino Unido en formar Gobierno.

Siempre se habla de la corta luna de miel que tiene todo político en sus primeros días en el cargo. Pero la mudanza de Truss al Número 10 coincide con uno de los momentos más convulsos, por lo que no va a tener precisamente un tiempo relajado de adaptación.

Foto: El Banco de Inglaterra, en el centro de Londres. (EFE/Will Oliver)

Asume la dirección del Gobierno en plena guerra de Ucrania, una inflación disparada, un particular 'otoño del descontento' plagado de huelgas y las consecuencias de un Brexit que, a pesar de haberse ya materializado, está aún muy lejos de haber concluido las negociaciones con Bruselas.

Y todo ello agudizado por dos importantes factores: el desgaste natural de un partido que lleva ya 12 años en el poder y una discutida autoridad ante la nación al haber sido elegida tan solo por los afiliados 'tories' en lugar de en un examen en las urnas. Cuando un partido cambia de líder en este tipo de circunstancias, el ganador suele convocar luego elecciones anticipadas para consolidar su mandato. Pero con una aguda crisis energética y la oposición laborista sacando ventaja en los sondeos, la intención de Truss es agotar la actual legislatura y esperar a los comicios generales, previstos para 2024. A nadie se le escapa que el margen de votos que sacó a su rival, el antiguo 'chancellor' Rishi Sunak, fue más apretado de lo que se esperaba: 57% frente al 43%.

La autoridad de la nueva primera ministra es más que cuestionada. Tan solo cuenta con el apoyo de un tercio de las bases y menos de la mitad del respaldo de los tradicionales votantes conservadores, según las últimas encuestas. No está muy claro, por tanto, si conseguirá mantener a los 'tories' en el poder.

Los retos a los que se enfrenta, desde luego, no son pocos.

La crisis energética

Truss se ha comprometido a presentar la primera semana de su Gobierno un plan detallado para hacer frente a las facturas energéticas —con una subida del 80%—, que dejan a muchos hogares de cara a este invierno con la difícil tesitura de comer o calentarse. El regulador británico, Ofgem, ha fijado en 3,549 libras (4,202 euros) el precio máximo que las empresas energéticas podrán cobrar a los hogares al año a partir del 1 de octubre, frente al actual de 1,971 libras (2,325 euros), lo que tendrá un enorme impacto en el coste de la vida y disparará aún más la inflación interanual, que se sitúa en el 10,1%, pero podría superar el 13% a finales de año.

Foto: La estación de Waterloo vacía por la huelga de transporte. (EFE/Andy Rain)

Las huelgas sin fin

Son ya varios sectores los que han convocado huelgas pidiendo mejoras salariales. A los paros de este verano del sector ferroviario —que dejaron paralizado prácticamente al país— se han sumado los trabajadores de Royal Mail, la empresa de correos del país, los estibadores, los basureros en Escocia o los abogados penales. Por primera vez en la historia, podrían hacerlo también los enfermeros del sistema nacional de salud pública. Se habla ya de un nuevo 'invierno del descontento', en alusión a los paros que forzaron la caída del primer ministro laborista James Callaghan a finales de los setenta.

Irrealidad económica

Truss ha sido acusada de "vender una irrealidad económica" con su promesa de recortar de inmediato los impuestos. Entre otras medidas, ha prometido revertir el aumento de las contribuciones a la Seguridad Social y cancelar la subida del impuesto de sociedades —del 19% al 25%— prevista para el próximo año. Aunque la singularidad de su plan es su insistencia paralela en que los recortes del gasto público no serán necesarios porque considera que el crecimiento económico llenará cualquier agujero negro financiero.

Foto: El ministro de Finanzas británico, Rishi Sunak, y Akshata Murthy, su esposa, en una recepción. (Reuters/Tristan Fewings)

La deuda neta acumulada supera ya los 2,34 billones de libras (2,78 billones de euros), equivalentes al 96,2% del PIB. Y, según el último informe del reputado 'think tank' Instituto de Estudios Fiscales, el próximo año fiscal (abril 2023–abril 2024), es probable que los préstamos aumenten en 23.000 millones de libras, porque el Gobierno necesitaría aumentar las ayudas sociales y pensiones en línea con la tasa de inflación a un costo de 4.000 millones de libras y también pagar 54.000 en mayores intereses de deuda. Los aumentos del gasto solo se verían parcialmente compensados por un aumento de 34.000 millones de libras en ingresos fiscales.

Polémica con Bruselas por el Brexit

La situación podría empeorar aún más si finalmente se llega a una guerra comercial con la UE por la polémica que mantienen ahora Londres y Bruselas ante el Protocolo de Irlanda del Norte. Truss —que en su día abogó por la permanencia en el bloque— se muestra ahora partidaria de violar el acuerdo cerrado en su día con Bruselas, justificando que los nuevos controles aduaneros están poniendo en peligro el proceso de paz en Belfast, donde no existe Gobierno autonómico desde el pasado mes de febrero.

Foto: Alex Salmond, ex ministro principal y líder del partido independentista escocés Alba. (Getty/Peter Summers)

Órdago nacionalista

La primera ministra tendrá que hacer frente al órdago nacionalista escocés, donde la ministra principal, Nicola Sturgeon, se ha comprometido a celebrar un segundo referéndum de independencia el 19 de octubre de 2023. Truss ya ha avanzado que "nunca jamás" permitirá "que la familia británica se separe".

Declive de la salud pública

Desde su creación en 1948, el sistema nacional de salud público (NHS) siempre había sido el gran orgullo de los británicos. Pero el que presumía de ser uno de los servicios más eficientes, igualitarios y completos del mundo se encuentra ahora en una crisis sin precedentes, simbolizada en una lista de espera que roza ya los siete millones de personas, lo que representa aproximadamente uno de cada 10 habitantes.

Foto: Miguel y Marina, en el hospital de Southampton. (Cedidas)

Alrededor de 3,8 millones de personas han estado esperando al menos cuatro meses para someterse a una cirugía rutinaria. Otras 300.000 llevan más de un año en la cola. Las autoridades ya han adelantado que no se esperan mejoras hasta marzo de 2024. El ocaso obedece a varios factores, como la preocupante y creciente falta de personal sanitario cualificado (otra de las consecuencias del Brexit), un presupuesto insuficiente o insuficientes ambulancias para atender emergencias médicas.

Liz Truss se convertirá este martes oficialmente en la nueva inquilina de Downing Street. Después de ser proclamada ganadora de las primarias celebradas en el Partido Conservador tras la dimisión de Boris Johnson, visitará a la reina Isabel II en Balmoral (Escocia) —donde la soberana pasa los veranos— y regresará a Londres ya como primera ministra, la tercera mujer en la historia del Reino Unido en formar Gobierno.

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