Rusia ha respondido este lunes a la destrucción del puente de Kerch, que conecta la Rusia continental con la península de Crimea -anexionada en 2014-, con una serie de bombardeos y ataques con proyectiles contra la capital de Ucrania, Kiev, y otras ciudades del país, incidentes que han dejado hasta ahora más de diez muertos y decenas de heridos.

Los ataques llegan horas después de que el presidente ruso, Vladímir Putin, acusara a los servicios secretos ucranianos del "atentado terrorista" perpetrado el sábado contra el puente, que lo dejó parcialmente inutilizado y que se saldó con al menos tres muertos. "No cabe duda de que es un atentado terrorista que buscaba destruir una infraestructura civil de vital importancia para la Federación Rusa", dijo Putin tras el incidente.