Probamos el Ranger Wildtrak, la versión de más éxito del 'pick-up' líder en Europa

Desde 2015, y de forma ininterrumpida, el Ford Ranger es el todoterreno pick-up líder en el mercado europeo, y sus argumentos para mantenerse en esa posición de privilegio se fortalecieron el año pasado con la aparición de una nueva generación, que curiosamente está diseñada y desarrollada por la firma del óvalo en Australia, donde saben bastante de este tipo de vehículos, de enorme éxito en gran parte del planeta. De hecho, el Ranger se fabrica en seis plantas de Ford repartidas por todo el mundo y se comercializa en 180 países, lo que da una idea de su relevancia a nivel industrial. Por ejemplo, las unidades destinadas al mercado español se producen en Sudáfrica, salvo las versiones Raptor, que proceden de Tailandia.

Y precisamente el nuevo Ranger Raptor ya había pasado por nuestras manos meses atrás. Se trata de la versión más deportiva, tanto por mecánica como por personalización estética o puesta a punto del chasis, y ahora está disponible en nuestro país con dos motores: 3.0 V6 EcoBoost de gasolina, con 292 CV de potencia y un precio de 68.200 euros, y diésel 2.0 EcoBlue biturbo, con 210 CV y factura de 65.140 euros. Pero, pese a su espectacularidad, las variantes Raptor no son las más vendidas en España, un lugar que le corresponde tradicionalmente a la versión Wildtrak, que en la generación anterior copó el 60% de las matriculaciones de la gama normal, es decir, excluyendo al Raptor.

En lo que se refiere a esta nueva generación, esa gama normal del Ranger arranca en los 39.090 euros de la versión XL con motor diésel 2.0 EcoBlue de 170 CV, y prosigue hacia arriba, ya únicamente con carrocería de cabina doble y cinco plazas, con las versiones XLT y Limited, disponibles con idéntica mecánica. Pero subiendo un escalón más llegamos a los Ranger Wildtrak, los más demandados con diferencia y que ahora permiten elegir entre dos motores diésel de alto rendimiento: el 2.0 EcoBlue biturbo de 205 CV, con cuatro cilindros, y el 3.0 EcoBlue V6, ya con 240 CV y una de las grandes novedades en la última entrega del Ranger, pues Ford decidió dar satisfacción a los miles de clientes que pedían mecánicas de gasóleo aún más enérgicas. Y en breve la gama se completará por arriba con el Ranger Platinum, aún más lujoso, dotado únicamente del motor 3.0 EcoBlue V6 de 240 CV y con un precio de 60.660 euros.

Al volante del Ranger Wildtrak

En términos presupuestarios, el cliente no deberá llegar tan arriba si prefiere un Ranger Wildtrak porque sus precios son algo más aquilatados, con una factura de 55.930 euros en el diésel de cuatro cilindros y 205 CV, y de 57.930 si elige el V6 diésel de 240 CV, que es el que acabamos de conducir por tierras de Huesca en una completa ruta que ha incluido caminos, autovías y carreteras de todo tipo. Buen escenario para comprobar que este seis cilindros le va como anillo al dedo a un vehículo de gran tamaño como el Ranger, que mide 5,37 metros de longitud, 1,92 de anchura y 1,88 de altura, y cuya caja trasera de transporte es más grande que en sus predecesores: 1.564 milímetros de longitud por 511 de altura y 1.224 de anchura entre pasos de rueda, cota esta última que ya permite colocar un palet. Y puede cargar hasta 1.067 kilos, siendo la masa máxima autorizada de 3.350 kilos. Además, es capaz de remolcar hasta 3.500 kilos, lo que no está nada mal.

Y decimos que el 3.0 EcoBlue V6 le va como anillo al dedo porque, en vacío, el Ford Ranger pesa 2.283 kilos, de forma que le vienen bien esos 240 CV de potencia, logrados a solo 3.250 revoluciones por minuto, y los 600 Nm de par máximo, constantes entre 1.750 y 2.250 vueltas. Y como todos los Ranger Wildtrak equipan cambio automático de 10 velocidades, al volante da la sensación de que la mecánica opera siempre en su régimen de mayor empuje, pues nunca falta respuesta, ya se trate de un empinado camino o de una maniobra de adelantamiento. De hecho, el Ranger Wildtrak 3.0 EcoBlue V6 acelera de 0 a 100 km/h en 8,7 segundos y alcanza 180 km/h de velocidad punta, que no parecen pobres valores. Lástima que no haya unas levas de cambio en el volante ni estén disponibles.

Otra cosa distinta es que hablemos de eficencia, pues a pesar de ser diésel, esta versión gasta un poco más de lo que probablemente algunos esperen, pues homologa una media de 10,1 l/100 km en ciclo WLTP y será difícil bajar mucho de esa cifra en la práctica. Dependiendo del tipo de recorrido, de la carga y de nuestro ritmo de conducción, calcular entre 9 y 13 litros parece lo más razonable; aunque los 80 litros del depósito garantizan una autonomía entre repostajes notable. En cualquier caso, son valores lógicos cuando combinas un motor grande, aunque sea de gasóleo, con un vehículo enorme, pesado y de aerodinámica comprometida por la propia forma de los pick-up, pues su bañera posterior ayuda poco a luchar contra el viento en carretera o autovía, donde lo recomendable es tomarse las cosas con más calma que al volante de un turismo o un SUV, pues el comportamiento dinámico tampoco invita a practicar una conducción deportiva.

Además, donde el Ford Ranger parece disfrutar es por caminos, y más en esta nueva generación, mejor adaptada a la conducción off road exigente o extrema. Por ejemplo, la distancia libre al suelo es muy generosa, de 219 milímetros, de manera que no hay pista que se le resista por muy profundas que sean las roderas. Y también se ha mejorado la movilidad todoterreno, pues el ángulo de ataque es ahora de 30 grados y el de salida, de 23. Si el suelo se complica, empieza lo divertido, pues los Ranger Wildtrak cuentan con el sistema de tracción total e-4WD, dotado de caja de transferencia y con varios modos de funcionamiento, seleccionables fácilmente mediante el mando de la consola central, junto a la banqueta del conductor.

Ese mando, en realidad, es una rueda giratoria con la que podemos ir eligiendo el programa de conducción más conveniente entre los seis existentes: Normal, Eco, Remolque, Resbaladizo, Barro y Arena. Y dentro de esa rueda hay cuatro botones con los que podemos seleccionar el tipo de tracción, aunque el coche siempre arranca en 2H: tracción trasera y marchas normales. Si pulsamos 4A, la tracción es total, y en ese modo es el propio coche el que elige cuánto par pasa a cada eje, pues realiza monitorizaciones continuas y va variando el par constantemente, de manera que es el programa ideal si llueve, cuando circulamos por una carretera muy sinuosa o al rodar por caminos fáciles. Pero también podemos pulsar el botón 4H, y en ese caso la tracción es total pero el reparto de par entre ejes es fijo, lo que parece más apropiado para caminos en mal estado o sobre firmes muy deslizantes. Por último, podemos activar también el modo 4L, con tracción total de reparto permanente pero ya con las marchas cortas, combinación ideal para afrontar los retos más complejos, como suelos muy rotos o circulación a baja velocidad en la que necesitemos mucha fuerza. Y para salir de atolladeros, siempre puede venir bien el diferencial trasero bloqueable, también de serie en esta versión.

Una de las razones del éxito de las versiones Wildtrak es que son capaces de adaptarse tanto a usos profesionales como a una utilización de tipo familiar, y es por eso que su equipamiento incluye de serie la persiana metálica de accionamiento eléctrico para tapar la caja, que de ese modo se convierte en un amplísimo maletero. Persiana que podemos accionar, siempre a coche parado, desde un mando a la izquierda del volante pero también mediante un botón situado en el interior de la propia caja de transporte, muy cerca de la tapa abatible y junto a dos útiles tomas de corriente. Y otro detalle muy funcional es la doble iluminación interior de la zona de carga.

Además, la dotación del nivel Wildtrak es realmente completa, pues encontramos llantas de aleación 20 pulgadas, faros matriciales LED, volante deportivo calefactado, asientos delanteros también con calefacción, climatizador bizona, instrumentación digital con pantalla configurable de 8 pulgadas y pantalla táctil vertical de 12 pulgadas con sistema de conectividad Sync4A, que es el doble de rápido que el Sync3 y apareja control por voz de la navegación conectada a la nube, acceso manos libres a las funciones de infoentretenimiento e iluminación ambiental más cuidada que antes. No obstante, algunos de los servicios de conectividad a los que podemos acceder requieren un pago mensual, y conviene consultar los precios.

Y para los inconformistas, Ford ofrece a los clientes europeos del Ranger, desde su lanzamiento, una gama con más de 150 accesorios de trabajo, urbanos y de aventura, entre los que destacan los desarrollados en colaboración con la firma AEB 4x4 Accesories, especializada en off road. Asimismo, conviene recordar que el nuevo Ford Ranger recibió las cinco estrellas, máxima calificación posible, en las pruebas de seguridad del organismo independiente Euro NCAP.