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Las preguntas que deja la irrupción de STC Group en el accionariado de Telefónica
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Una operación controvertida

Las preguntas que deja la irrupción de STC Group en el accionariado de Telefónica

El grupo controlado por el fondo soberano saudí apenas ha precisado de 2.100 millones de euros para hacerse fuerte en una de las mayores operadoras del mundo

Foto: José María Álvarez-Pallete, presidente de Telefónica. (Europa Press/Alejandro Martínez Vélez)
José María Álvarez-Pallete, presidente de Telefónica. (Europa Press/Alejandro Martínez Vélez)
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Telefónica cuenta con un nuevo accionista de referencia. Saudi Telecom (STC Group) sorprendió al mercado en la tarde de este martes con el anuncio de que ha adquirido un 9,9% de las acciones de la compañía española de telecomunicaciones, lo que sitúa al grupo saudí como su principal accionista y levanta una batería de preguntas críticas. Además, la irrupción ha animado su cotización, ya que repunta un 2,5% en bolsa y evita que el descenso del Ibex 35 sea mayor.

¿Cuán grande ha sido el contrapié en que el movimiento ha pillado a la cúpula de la operadora y a la Moncloa? ¿Pondrá trabas el Gobierno en funciones a la entrada de STC en España gracias a la ley antiopas? ¿Hará ruido el ala más progresista del Ejecutivo de coalición o el bloque en el que Pedro Sánchez confía su investidura por el historial saudí con los derechos humanos en general y los de las mujeres en particular? ¿Cómo afectará todo ello a las relaciones entre Arabia Saudí y España, dos países que ya mantienen importantes contratos estratégicos en la industria de la defensa y las infraestructuras? ¿Cuánto subirá hoy la acción de Telefónica en bolsa? ¿Qué papel quiere jugar Riad en el proceso de consolidación en que están inmersas las operadoras europeas? De la respuesta a estas cuestiones dependerá el futuro de la operación.

Foto: El presidente ejecutivo de Telefónica, José María Álvarez-Pallete. (EFE/Javier Lizón)

El movimiento anunciado ayer introduce un nuevo stakeholder en el mercado de telecomunicaciones español en un momento en que Orange y MásMóvil esperan el plácet europeo para combinar sus negocios en el país. Para entrar en España, STC apenas ha precisado de una inversión de 2.100 millones de euros, y potencia de fuego tenía suficiente.

Tras presentar un resultado récord en el primer semestre del año, con ingresos superiores a los 9.000 millones de euros y un ebitda equivalente a 2.900 millones, la compañía controlada por el fondo soberano saudí (con un 64% del capital) irrumpe con fuerza en el accionariado de la que aún hoy es una de las principales operadoras de telecomunicaciones del mundo. Se trata de un paso más en su estrategia de ganar progresivamente posiciones a nivel internacional. Recientemente, su filial Tawal inició operaciones en Europa, tras adquirir una cartera de 4.800 torres de telecomunicaciones en Bulgaria, Croacia y Eslovenia.

Aunque STC Group se ha apresurado a descartar cualquier intención de adquirir el control o tomar una posición mayoritaria en Telefónica, su aparición como actor principal en el capital del grupo español no deja de ser un asunto sensible. Y no solo para España, sino también para el resto de mercados donde la compañía que dirige José María Álvarez-Pallete cuenta con una presencia destacada (Reino Unido, Alemania o Brasil, entre otros).

Ley antiopas

La operación ha sido articulada a través de una doble vía, por la que STC se ha hecho de forma directa con un 4,99% de las acciones de Telefónica y con otro 5% a través de instrumentos financieros que pretende convertir en derechos efectivos. Para ello, será preciso recabar, no obstante, una serie de autorizaciones, entre las que se encontraría la del Gobierno, que en virtud de la ley antiopas puede vetar cualquier compra por encima del 5% de una compañía considerada clave para la seguridad nacional. Entre otras cosas, Telefónica es uno de los proveedores críticos del Ministerio de Defensa. Las fuentes consultadas aseguran que el Gobierno solo fue informado de la operación poco antes de su notificación al mercado.

Tampoco en Telefónica parecían conocer con antelación las intenciones de la compañía saudí, a pesar de las estrechas relaciones existentes entre ambas operadoras, que el pasado febrero firmaron un acuerdo estratégico encaminado a explorar potenciales oportunidades de negocio e intercambiar conocimientos en áreas como la ciberseguridad y los servicios en la nube. La noticia, que ha sido acogida en el mercado con ganancias cercanas al 2% de Telefónica en la bolsa estadounidense (donde cotiza a través de ADR), habría pillado al propio Álvarez-Pallete de viaje por Estados Unidos, asistiendo a una serie de encuentros con inversores. Hoy, en la apertura de las bolsas europeas, se esperan ganancias importantes de la acción de la operadora.

A pesar de la sorpresa inicial, no parece, en cualquier caso y a tenor de los primeros comunicados, que el directivo tenga mucho que temer de la aparición de este nuevo peso pesado en el capital del grupo, que ha sido calificada por la propia Telefónica como “amistosa”. El grupo saudí ha hecho su puesta en escena con un mensaje de respaldo al actual equipo directivo, afirmando que su “inversión refleja la confianza de STC Group en el equipo directivo de Telefónica, su estrategia y capacidad de crear valor”.

Foto: Logo de Telefónica. (Reuters/Nacho Doce)

Un apoyo que, a buen seguro, será bienvenido por un Álvarez-Pallete que, tras más de siete años al frente de la operadora, se enfrenta a uno de los momentos de más trascendencia de un mandato marcado por la caída de la acción. La cotización ha caído más de un 50% desde su ascenso a la presidencia, si bien en esa marcha han influido factores estructurales de la industria en la que opera.

Ahora, tras un largo periodo de movimientos estratégicos, tratando de acondicionar Telefónica a la nueva realidad del negocio, empiezan a asomar unos incipientes frutos, con resultados capaces de superar las estimaciones del mercado y que le han valido, hasta la fecha, ganancias en bolsa superiores al 10%, a pesar del sobresalto que supuso recientemente la pérdida de un importante cliente mayorista en el mercado alemán.

En esta tesitura, la compañía anunció el pasado julio la convocatoria, por primera vez en 12 años, de un Investor Day, previsto para el próximo 8 de noviembre, con la idea de presentar su nuevo plan estratégico hasta 2026.

Foto: José María Álvarez-Pallete, presidente de Telefónica. (Europa Press/Alejandro Martínez Vélez)

Es de presumir que para entonces estarán más claras las intenciones de STC Group al invertir en Telefónica, ya que, de momento, su justificación queda explicada “como una oportunidad de inversión convincente para utilizar nuestro sólido balance”, en palabras de su CEO, Olayan Alwetaid, quien también habla de su intención de “fortalecer nuestra asociación”.

En qué pueda plasmarse ese refuerzo de la relación entre ambos grupos es aún un misterio, pero, en su comunicado, STC Group pone un especial énfasis en las plataformas de infraestructuras y tecnología con las que cuenta Telefónica, una serie de activos que la compañía española lleva tiempo tratando de poner en valor ante el mercado sin demasiado resultado hasta la fecha.

“Telefónica se beneficia de una cartera única de activos de infraestructura de primer nivel y plataformas tecnológicas de última generación, donde está desarrollando capacidades de última generación en áreas adyacentes como la inteligencia cognitiva, la informática de punta y el IoT [internet de las cosas]”, apunta el que, salvo veto gubernamental, se viste ya como nuevo accionista fuerte del grupo español.

Telefónica cuenta con un nuevo accionista de referencia. Saudi Telecom (STC Group) sorprendió al mercado en la tarde de este martes con el anuncio de que ha adquirido un 9,9% de las acciones de la compañía española de telecomunicaciones, lo que sitúa al grupo saudí como su principal accionista y levanta una batería de preguntas críticas. Además, la irrupción ha animado su cotización, ya que repunta un 2,5% en bolsa y evita que el descenso del Ibex 35 sea mayor.

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