La dura realidad que refleja el pacto de telecos en Alemania y que no solo afecta a Telefónica

Telefónica prolonga en la mañana de este jueves los pesares que ya le abatieron en bolsa la jornada anterior. El anuncio de una alianza para el uso de redes entre el operador germano 1&1 y Vodafone propició un súbito hundimiento de las acciones del grupo español, que se dejó algo más de un 7% de su valor, castigo que se incrementa este jueves con caídas que han llegado a rondar el 1,5%.

La lógica del castigo reside en la idea de que dicho pacto supondrá la pérdida de una parte fundamental del negocio de Telefónica Deutschland, que tiene en 1&1 uno de sus principales clientes mayoristas. Desde Mirabaud estiman que hasta un 25 y un 33% del negocio de la filial alemana estaría en riesgo, mientras que en Berenberg y UBS hablan de la pérdida de hasta un 40% de sus flujos de caja. Todas estas cifras parecen suficientes para explicar con creces el hundimiento de sus acciones, que rozó el 18% el miércoles y este jueves resta un 2,5% más. Unas cifras que podrían implicar la pérdida para el grupo que dirige José María Álvarez-Pallete de hasta el 8% de su ebitda, según los cálculos de Mirabaud.

Por si fuera poco, con su acceso a las redes 5G, de la mano de Vodafone, 1&1 se refuerza como una alternativa capaz de competir de tú a tú con las principales operadoras del sector, nublando aún más las perspectivas de negocio de Telefónica Deutschland. "Se materializa así uno de los riesgos que contemplábamos, el endurecimiento de la competitividad en Alemania", señalan en Bankinter, donde mantienen un consejo neutral sobre las acciones del grupo español.

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A. M. P.

No parece raro, por lo tanto, que varias firmas se hayan apresurado a ajustar a la baja las valoraciones que dan a las acciones de Telefónica. Firmas como HSBC, BNP Paribas o Barclays han recortado su precio objetivo sobre la compañía entre un 15 y un 9%, dejándola, en el caso de las dos primeras, sin margen de revalorización. Lo que estaba siendo un ejercicio de resarcimiento para la operadora española, que acumulaba alzas superiores al 32% desde el pasado octubre, ha quedado ahora marcado por un revés que amenaza con dilapidar cualquier expectativa de remontada, en un momento en que firmas como Mirabaud ven incluso peligrar el dividendo actual.

Sería erróneo, con todo, circunscribir las consecuencias negativas del pacto entre Vodafone y 1&1 a Telefónica y su filial alemana. No deja de ser significativo que otra gran operadora alemana como Deutsche Telekom también haya reaccionado con caídas en bolsa a la noticia o que la propia Vodafone, tras un primer movimiento de euforia, acabara cerrando totalmente plana el miércoles, dando paso a las pérdidas ya en la sesión de este jueves.

Porque lo que en cierto modo viene a reflejar esa alianza es el complejo entorno competitivo en el que se siguen moviendo las firmas del sector, capaces únicamente de aumentar su base de ingresos arañándoselos al rival con ofertas más competitivas y aun a costa de alimentar el crecimiento de nuevos rivales emergentes, como sería el caso de 1&1.

Mirabaud: "Este hecho arroja dudas sobre la necesidad real de acelerar el despliegue de 5G"

Como señalan los analistas de Berenberg en una nota citada por Bloomberg, y en ausencia de detalles sobre los términos de las negociaciones y del acuerdo final, la dependencia financiera de Telefónica Deutschland respecto a 1&1 probablemente llevó a que, al renegociar su colaboración para extenderla a las redes 5G, tratara de maximizar el precio del nuevo acuerdo. Algo que, en cambio, no habría sido el caso para Vodafone, para la que todo lo que supusiera ganar este cliente ya significa una ganancia que justificaría una oferta más generosa, pero que encierra riesgos para su negocio a medio y largo plazo.

"Siendo 1&1 ahora viable, las perspectivas de que se vuelva más disruptivo a largo plazo vuelven a emerger. Además, si bien Telefónica Deutschland ha demostrado ser disciplinado, la pérdida material de ingresos podría desencadenar en algún momento un enfoque comercial más agresivo en el comercio minorista y mayorista", advierten en Barclays.

Y todo esto encierra también cuestiones sobre la situación de las redes de telecomunicaciones en el mercado europeo. "Este evento confirma que las tecnologías y redes de transmisión sí disfrutan de una importante capacidad ociosa. Este hecho arroja dudas sobre la necesidad real de acelerar el despliegue de 5G y plantea preocupaciones sobre la necesidad de establecer objetivos ambiciosos de despliegue de tecnología en el lado de la UE en 2030, lo que implicará importantes programas de inversión para la industria sin un marco sensato para financiarlos y hacerlos financieramente viables", advierte José Ramón Ocina, analista de Mirabaud.

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El sector de telecomunicaciones europeo entraba en 2023 con la expectativa de encontrarse con un entorno regulatorio más propicio, que debía plasmarse en una mayor disposición a facilitar las fusiones (con la de MásMóvil y Orange en España como prueba de fuego) y un marco de financiación de nuevas redes menos oneroso, quizá compartiendo las cargas con las grandes tecnológicas.

Pero, transcurrida más de la mitad del ejercicio, los avances en estos aspectos brillan por su ausencia (y algunas señales permiten rebajar el optimismo al respecto) mientras que las compañías se ven inmersas en la misma dinámica de una competencia que no ceja —el regreso en España de las ofertas de regalo de móviles es otra versión de esta realidad—, mientras se allana el camino de nuevos rivales a tener en cuenta.

Con el pacto de Vodafone y 1&1, Telefónica parece haber perdido un cliente muy importante para su actividad en Alemania. Para el conjunto del sector representa otra muestra de que los mismos elementos que vienen lastrando desde hace años sus cuentas y sus valoraciones bursátiles siguen tan presentes como siempre.