Crece el castigo al turismo en bolsa: el virus resquebraja el relato más favorable
Las compañías turísticas sufren en bolsa ante la percepción de que un retraso en la reapertura puede echar por tierra las expectativas de recuperación del negocio
Durante la primera mitad de este año ha sido frecuente ver a las compañías turísticas del mercado español cotizar por encima de los precios objetivos que les confería el mercado. Desde que en el último tramo de 2020 el mercado comenzó a atisbar que las vacunas permitirían un retorno a algo parecido a la normalidad prepandémica en un horizonte más o menos próximo, los inversores se lanzaron a redimir con intensidad a unas compañías que habían sufrido con especial crudeza los efectos de los bloqueos. En menos de cinco meses, compañías como IAG y Meliá registraron ganancias en el entorno del 150%, NH rozó el 100% de subida, mientras que Aena y Amadeus experimentaron avances superiores al 60 y al 30%, respectivamente.
El frenazo a ese primer tirón, que se puede fechar, aproximadamente, hacia finales del primer trimestre, se explica más por la percepción de que el mercado había ido demasiado rápido en la puesta en precio de la recuperación venidera que por dudas sobre ese relato. Pese a las acometidas que la pandemia siguió protagonizando durante los primeros meses del año y los avatares que han puesto en peligro los objetivos de vacunación, entre los inversores ha seguido primando la idea de que el sector turístico podría disfrutar de una campaña veraniega hasta cierto punto normalizada, que les permitiría remendar parte de las heridas acumuladas desde el estallido de la pandemia.
Ahora, sin embargo, han empezado a filtrarse por el mercado los temores a que ese escenario acabe resultando demasiado optimista. Si desde hace semanas los inversores vienen reaccionando con cierta virulencia a las noticias sobre las restricciones al movimiento de turistas, los acontecimientos más recientes, con nuevos impedimentos a los viajes entre países, han acabado por exacerbar el nerviosismo. En solo dos días, Meliá, IAG, Amadeus y NH han visto esfumarse entre un 8,1 y un 7,5% de su valor, mientras que Aena también ha encajado pérdidas superiores al 6%. Entre los cinco han sufrido pérdidas de capitalización cercanas a los 4.700 millones de euros.
Las nuevas dudas han surgido en un momento crítico para las perspectivas del sector
Tan contundente reacción se puede explicar a partir de dos variables. La primera es que la variante delta del coronavirus se ha erguido como la amenaza más seria hasta la fecha a los planes de reapertura de los países occidentales. Los estragos que viene causando en países como Reino Unido, a pesar de las elevadas tasas de vacunación alcanzadas ya en el país, ha azuzado los miedos a que las mutaciones del virus puedan acabar provocando un sensible retraso en los intentos de retorno a la normalidad.
A esto se añade que este temor surge con fuerza en plena temporada estival, arrojando una sombra de incertidumbre sobre el periodo esencial de negocio de los valores del sector, lo que podría dañar de forma severa sus perspectivas de recuperación. En el último mes, las expectativas de ingresos en 2021 de compañías como IAG o Meliá se han reducido más de un 3%.
"La clave sigue siendo que el ritmo de vacunación avance a buen ritmo, de forma que los contagios y la transmisión bajen y que cada vez más ciudadanos tengan menos restricciones. Creemos que el riesgo sigue estando a la baja, en tanto que aumenta el riesgo de que la evolución de la campaña de verano sea menos favorable de lo esperado", apuntaba Iván San Félix, analista de Renta 4 en una nota publicada este martes.
La recuperación del negocio del sector es un escenario que en el mercado se da por asumido. Y en determinados casos, como los de IAG o Amadeus, existen argumentos para confiar en que sus perspectivas de negocio se vean reforzadas una vez se produzca la vuelta a la normalidad. Sin embargo, que este escenario llegue antes o después no es baladí, ya que la persistencia de la crisis puede acabar por infligir unas heridas muy dolorosas para los propios accionistas. La ampliación de capital aprobada el pasado verano por IAG es una clara advertencia en este sentido.
IAG sufre también por el deterioro del atractivo de la compra de Air Europa
El grupo aéreo hispano-británico se presenta actualmente con una posición financiera aparentemente holgada. Pero un atraso en la recuperación del tráfico aéreo de varios meses puede hacer variar rápidamente esa situación. Sobre todo, porque la matriz de Iberia tiene aún pendiente cerrar la adquisición de Air Europa, cuya situación se ve también, inevitablemente, penalizada por las difíciles condiciones del mercado, lo que le resta atractivo, al menos en el corto plazo.
Problemas de diversa índole, pero no menos serios, encaran el resto de compañías del sector. Si no a ampliaciones de capital, es de prever que un atraso en la recuperación de unas compañías que ya afrontan este nuevo contratiempo con unas métricas de apalancamiento exigentes obligue a medidas difíciles en términos de ventas de activos, suspensiones de dividendos o similares, que sigan ajando las perspectivas de retornos de sus accionistas.
En esas condiciones, tiene poco sentido pararse a echar cuentas sobre la lógica o el exceso de los castigos acumulados por las cotizaciones de las compañías del sector. Del mismo modo que durante los primeros meses del año el mercado se agarró al relato de la recuperación sin hacer mucho caso de los números, es de esperar que, ahora que este se ve seriamente amenazado, las dudas se ceben con el sector hasta que no se produzca un cambio en la situación. Delta ha dejado escasos de argumentos a los inversores dispuestos a confiar en las compañías turísticas. Solo delta (su contención) parece capaz de devolverles la esperanza. Y el problema es que no cuentan con mucho tiempo para ello.
Durante la primera mitad de este año ha sido frecuente ver a las compañías turísticas del mercado español cotizar por encima de los precios objetivos que les confería el mercado. Desde que en el último tramo de 2020 el mercado comenzó a atisbar que las vacunas permitirían un retorno a algo parecido a la normalidad prepandémica en un horizonte más o menos próximo, los inversores se lanzaron a redimir con intensidad a unas compañías que habían sufrido con especial crudeza los efectos de los bloqueos. En menos de cinco meses, compañías como IAG y Meliá registraron ganancias en el entorno del 150%, NH rozó el 100% de subida, mientras que Aena y Amadeus experimentaron avances superiores al 60 y al 30%, respectivamente.