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Cartera de inversión 50/30/20: ofensiva para vender capital riesgo con el incentivo fiscal
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CAMPAÑA DE LAS GESTORAS INTERNACIONALES

Cartera de inversión 50/30/20: ofensiva para vender capital riesgo con el incentivo fiscal

Las gestoras internacionales están enfocadas en distribuir inversiones alternativas disponibles para las SCR, el nuevo vehículo estrella en banca privada

Foto: Cartera de inversión 50/30/20. (EFE/Justin Lane)
Cartera de inversión 50/30/20. (EFE/Justin Lane)
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Las gestoras internacionales modifican sus estrategias en España después de dos años para olvidar, en los que han sufrido reembolsos por el giro comercial de la banca hacia productos propios. Ahora, los responsables de ventas ponen encima de la mesa opciones de inversión alternativa que se devoran en banca privada por el incentivo fiscal.

El mensaje que trasladan es que de la cartera tradicional 60/40 hay que pasar hacia otra 50/30/20. En el primer caso, se trata de un 60% en renta variable y de un 40% en renta fija para una cartera moderada con perfil de largo plazo. El objetivo es ganar rentabilidad con la bolsa y reducir la volatilidad con la deuda. Pero en 2022 ambos activos se correlacionaron para mal, con pérdidas abultadas, y el modelo entró en crisis.

Las grandes gestoras han virado en su mensaje hacia la propuesta de 50/30/20, que consiste en un 50% en renta variable, un 30% en renta fija, y un 20% en inversiones alternativas, como capital riesgo, deuda no cotizada, infraestructuras o renovables. Este modelo cumple tres requisitos.

El primero es que ofrece descorrelación a las carteras, además de un extra de rentabilidad potencial, si las inversiones son acertadas —en alternativos hay más heterogeneidad entre las inversiones—. El segundo, que asegura comisiones más elevadas que en renta variable y, sobre todo, en renta fija, ya que hay una presión a la baja en los activos cotizados. Y el tercero, que es un activo que difícilmente puede ofrecer la banca a los clientes, sino que casi siempre debe apoyarse en terceros.

Foto: María Jesús Montero, ministra de Hacienda. (EFE/Sergio Pérez)

Por ello, las gestoras de fondos están incrementando la oferta de activos alternativos. Las que ya tienen en su gama de productos inversiones ilíquidas están explotando esta ventaja. Y las que no, están incorporando rápidamente vehículos para ofrecer a los distribuidores. O tratando de llegar a acuerdos, como hizo BlackRock con Bestinver.

Los bancos son los grandes compradores para las gestoras internacionales, tanto por los fondos que distribuyen de forma asesorada en banca privada como para llenar los fondos de fondos y las carteras de gestión discrecional. Sin embargo, en los dos últimos años la banca se ha centrado en colocar fondos de renta fija fabricados por ellos mismos, dejando de lado a las gestoras internacionales.

En los dos últimos años la banca se ha centrado en colocar fondos de renta fija fabricados por ellos mismos

Por ello, el mercado ibérico es en el que los fondos domésticos registran más suscripciones netas en 2024, según datos recopilados por LuminAM hasta octubre, por un volumen de 14.036 millones. Sin embargo, los fondos activos de gestoras internacionales sufren salidas netas de 12.064 millones.

Pero si cala el mensaje de que las carteras deben dirigirse hacia el modelo 50/30/20, la oportunidad de venta de vehículos, mandatos y acuerdos comerciales es enorme para las gestoras internacionales. Por eso, han redirigido sus esfuerzos comerciales en España.

Foto: Jaime Botín, accionista de Bankinter. (EFE/Paco Campos)

Se trata de una oportunidad global, especialmente en Europa. "A lo largo del mundo, actualmente, los promedios oscilan entre el 0% y el 5% en inversión alternativa, con lo que hay que hacer mucho más. Estamos pensando en una cartera que debería tener más o menos 50% en acciones, 30% en bonos y 20% en alternativos. Así que estamos hablando de pasar, en el mejor de los casos, del 5% al 20%. Es un flujo de capital enorme", señaló recientemente Edwin Conway, jefe global de inversiones alternativas de BlackRock, en una entrevista con El Confidencial.

El elemento fiscal también es clave en esta ofensiva comercial en España, porque Hacienda incentiva que los grandes patrimonios inviertan en alternativos. Bajo ciertas condiciones, la inversión en capital riesgo se deduce del Impuesto al Patrimonio o del nuevo Impuesto temporal de Solidaridad para las Grandes Fortunas.

Es decir, fiscalmente hay un incentivo en invertir en fondos de Blackstone en vez de en fondos UCIT de renta variable o de renta fija de cualquier gestora española. La razón es que se busca incentivar la inversión en sociedades de nueva creación y en capital riesgo para dinamizar la economía, pero como han mostrado muchas sentencias, Hacienda no puede excluir a las inversiones en el extranjero de una ventaja fiscal local por la norma europea de la libre circulación de capitales.

Foto: Isabel Díaz Ayuso, presidenta de la Comunidad de Madrid. (Europa Press/Gustavo Valiente)

Por ello, está habiendo un boom de sociedades de capital riesgo (SCR) registradas en la Comisión Nacional de los Mercados de Valores (CNMV). Este año se han dado de alta 106 SCR, de las 415 que hay actualmente. El año pasado se registraron otras 79. Fuentes financieras y jurídicas coinciden en que en 2024 la cifra será mayor.

La inversión que se realiza en una sociedad de capital riesgo es deducible en la base imponible de patrimonio o del impuesto temporal de solidaridad a las grandes fortunas (IGF). Hay que cumplir varios requisitos para ello. Entre otros, que la inversión sea superior al 5% de la sociedad, igual que si fuera una empresa familiar, donde se deducen los activos afectos a la actividad económica.

Estas SCR hay que rellenarlas, al menos en un 60%, de inversión en alternativos. Esta es la razón por la que ven demanda en las gestoras internacionales, y quieren aprovecharla. Preferentemente, las SCR buscan vehículos españoles o europeos para que sea fácilmente demostrar, bajo el paraguas de una directiva comunitaria, que cumplen los requisitos.

Las gestoras internacionales modifican sus estrategias en España después de dos años para olvidar, en los que han sufrido reembolsos por el giro comercial de la banca hacia productos propios. Ahora, los responsables de ventas ponen encima de la mesa opciones de inversión alternativa que se devoran en banca privada por el incentivo fiscal.

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