El pozo negro de Hacienda: un 26% de la recaudación del IRPF se pierde por fraude

El estudio lo ha publicado Hacienda Pública Española, una de las revistas con mayor prestigio en el ámbito fiscal de España, y su principal conclusión es que algo más de la cuarta parte de lo que debería ingresar el fisco por el impuesto sobre la renta se pierde por las diferentes formas de defraudar. Hacienda, en concreto, deja de ingresar el 28,2% de lo que tendría que recaudar en caso de que todos los contribuyentes cumplieran con la ley.

Según ese estudio, publicado en una revista que edita la propia Hacienda, el principal factor que incide en el fraude en el IRPF, el tributo con mayor potencia recaudatoria, es la manipulación del tipo marginal aplicable a cada contribuyente en función de su base imponible. Esto es consecuencia, principalmente, sostiene el trabajo, de la ocultación de ingresos por diferentes fuentes de renta en la base liquidable del impuesto y no por variables relacionadas con las deducciones en la cuota. De esta forma, se asegura, el tipo marginal correspondiente a la declaración resulta inferior al real, "alterando así el resultado de la liquidación". Las cuantías defraudadas por esta causa suelen ser de elevada magnitud, concluye.

Se ha comprobado, en concreto, que el factor principal de fraude es la manipulación del tipo marginal aplicable, con un 36,6% del resultado total. Según el estudio, suele ser habitual la presencia de actividades cuyas rentas eluden la tributación, bien por no ser declaradas o bien por no estar registradas, constituyendo economía sumergida. De esta forma, el tipo marginal correspondiente a la declaración resulta inferior al real, con lo que se consigue manipular el resultado final de la liquidación.

Libros de contabilidad

Las fuentes de renta son el segundo instrumento preferido por los defraudadores para no pagar a Hacienda, lo que corresponde con una incidencia del 17,3%. En este caso, se trata de declaraciones incorrectas de actividades económicas, bien sea por ocultación de sus rentas o bien por el no registro fraudulento de las mismas, lo que las lleva a formar parte también de la economía sumergida. El estudio llama la atención sobre el difícil control de las rentas de autónomos, lo que lleva habitualmente a ingresos no declarados de sus actividades o al indebido tratamiento de algunas de las partidas declaradas. Y todo ello, pese al control exhaustivo de la inspección sobre la declaración de las actividades económicas, pidiendo libros de contabilidad y documentación asociada, "pero [el fraude] no se mitiga lo suficiente".

Junto a estos dos instrumentos para favorecer el fraude se encuentra uno tercero, que tiene que ver con la desgravación de planes de pensiones, que durante un tiempo fueron el refugio de las rentas altas, ya que desgravan de la base y además por cantidades importantes, hasta que se redujo el máximo deducible.

Por último, asegura el estudio, otro factor tiene que ver con el fraude que afecta a las declaraciones del número de hijos y ascendientes y descendientes, que habitualmente eran desgravadas de forma simultánea por los dos padres (separados, divorciados o en otras situaciones) en el caso de los hijos o por diferentes hermanos en el caso de los ascendientes.

A partir de este análisis cualitativo, se puede calcular la evolución del volumen defraudado. Y lo que dice el índice de fraude en IRPF, a partir de la información disponible, tanto en el panel de declarantes como en la Contabilidad Nacional, es que cuando la economía va bien, hay menos fraude, pero en los periodos de crisis se incrementa. Para el año 2009, el fraude estimado en IRPF por la vía de las probabilidades se valoró en un 28,2%, mientras que a través de la evolución de los índices de fraude se valoró en un 27,3%. Actualmente, año 2016, se encontraría en torno al 26%.

Patrones de comportamiento

El estudio ha sido realizado por los hacendistas César Pérez López (Instituto de Estudios Fiscales), María Jesús Delgado (Universidad Rey Juan Carlos) y Sonia de Lucas (Universidad Autónoma de Madrid), y su metodología se basa en crear un modelo que permite predecir el comportamiento de los contribuyentes del impuesto de la renta de las personas físicas (IRPF) con técnicas de minería de datos. Es decir, se utiliza el big data a partir de microdatos aportados por la propia Agencia Tributaria, lo que permite detectar patrones de comportamiento de fraude a partir de la información tributaria disponible.

Se consideran todas las opciones de cometer fraude que se pueden realizar en las declaraciones en el modelo 100 del IRPF

El trabajo ha utilizado información interna de la Agencia Tributaria sobre contribuyentes del IRPF que han sido o son objeto de investigación por parte de Hacienda, que dispone de datos muy precisos sobre contribuyentes defraudadores. El estudio no incluye información del País Vasco y Navarra, por su singular sistema fiscal. Para realizar el análisis, se consideran todas las opciones de cometer fraude que se pueden realizar en las declaraciones en el modelo 100 del IRPF (declaración anual) que la Agencia Tributaria registra, una vez inspeccionadas, en sus bases de datos del impuesto sobre la renta. Otros trabajos incorporan el fraude inmobiliario, pero el estudio publicado por Hacienda Pública Española no lo hace.

Según los autores del trabajo, el modelo alcanza una eficiencia media en las predicciones superior al 89%, lo que permite segmentar a los declarantes por nivel de propensión al fraude. Esta técnica es, precisamente, la que han empezado a utilizar algunas agencias tributarias europeas para detectar el fraude, y entre sus ventajas se encuentra el hecho de que se puede generalizar a todos los impuestos, no solo al IRPF.