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¿Quién repite curso en España? Cuatro veces más si eres pobre, y dos si eres un chico
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La desigualdad de los suspensos

¿Quién repite curso en España? Cuatro veces más si eres pobre, y dos si eres un chico

España es uno de los países que más recurren a la repetición de curso, a pesar de sus numerosos inconvenientes. Para los niños, el riesgo de repetir es el doble que para las niñas

Foto: ¿Quién repite curso en España? (EFE/Ángeles Visdómine)
¿Quién repite curso en España? (EFE/Ángeles Visdómine)
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España es el cuarto país de la OCDE con más niños repitiendo curso escolar, solo por detrás de Colombia, Bélgica y Países Bajos. Sin embargo, no es el país con peores resultados en las pruebas del informe PISA, al contrario, se sitúa en niveles próximos a Francia, Alemania o la media de la OCDE, donde el porcentaje de repeticiones es la mitad o menos. En España, casi el 22% de los niños de 15 años ha repetido al menos un curso, mientras que en la OCDE el porcentaje es del 9%.

España sigue recurriendo a la repetición escolar como una herramienta educativa, aunque la evidencia científica ha demostrado que tiene claros efectos negativos al aumentar el fracaso escolar y desmotivar a los alumnos. Pero la repetición no tiene parámetros fijos, sino que deja un margen importante a la discreción del centro y del equipo docente, lo que provoca que en los casos dudosos los sesgos de ambos (centros y profesores) determinen la trayectoria del alumno. El resultado es que España es uno de los países con mayor desigualdad de repetición de curso. Esto significa que, a iguales notas, unos alumnos repiten y otros pasan curso.

La mayor diferencia se encuentra en el nivel de renta de los padres. Los hijos procedentes de las clases bajas (el 25% más pobre) tienen casi cuatro veces más posibilidades de suspender curso que los hijos de las clases altas (el 25% mejor situado). Así lo muestra un estudio elaborado por EsadeEcPol y Save the Children a partir de los microdatos del informe PISA. En concreto, compara los resultados académicos conseguidos por los alumnos en ciencias y matemáticas con el porcentaje de suspensos y su nivel socioeconómico para analizar quiénes se quedan por el camino de forma injusta.

Se produce así una doble desigualdad entre los niños como consecuencia de su procedencia. Los hijos de las clases altas sacan, de forma habitual, mejores notas. Pero, incluso en los casos en los que las notas son similares, la probabilidad de repetir es mucho mayor en los hijos de las clases bajas. En concreto, 3,73 veces superior. Solo hay un país en toda la OCDE con un resultado peor, Eslovaquia, pero es apenas cuatro centésimas mayor. El riesgo de una repetición económica en la OCDE es de 1,77 veces, esto es, menos de la mitad que en España.

"La repetición es una medida muy injusta", escriben los autores del informe, Lucía Cobreros y Lucas Gortazar, "a igualdad rendimiento, el 25% de los niños y niñas de menor nivel socioeconómico tiene casi cuatro veces más de probabilidad de repetir curso que el 25% de niños y niñas de mayor nivel socioeconómico". Existe, por tanto, un sesgo que se repite en el tiempo y también en los territorios. Es probable que detrás haya una decisión de los propios centros de promocionar a sus alumnos al siguiente curso incluso aunque sus competencias sean inferiores, como ocurre en algunos centros privados o concertados que evitan que sus alumnos suspendan y repitan curso por temor a empeorar sus ratios de resultados o para no perder clientes. Esta diferencia está en la base de la desigualdad de aprobados por clases sociales.

El claustro de profesores también tiene margen para decidir repeticiones discrecionales. En esos casos, la procedencia del niño o la relación que tengan los profesores con sus padres puede determinar su decisión final. En definitiva, la repetición de curso no solo es una política educativa "ineficaz e ineficiente", como señalan los autores del estudio, también es profundamente injusta contra los niños procedentes de las clases populares.

Existen también grandes diferencias entre comunidades autónomas en la desigualdad de los suspensos por nivel de renta. Murcia es la peor de todas, ya que un hijo de las clases bajas tiene nueve veces más probabilidades de repetir, casi el triple que en el conjunto del país. La Rioja, Castilla y León y Navarra también se encuentran en posiciones muy negativas, multiplicando por más de siete el riesgo de repetición. En el extremo opuesto se encuentran Comunidad Valenciana, Extremadura y Castilla-La Mancha, donde el riesgo de repetición económica no llega a ser del triple.

En cualquier caso, todas las CCAA tienen niveles de repetición por causas socioeconómicas muy superiores al resto de países desarrollados. Una diferencia tan amplia supone que la mayor parte de los suspensos se concentran en las rentas bajas. Esto dificulta aún más el proceso formativo de esta parte de la población, ya que las repeticiones aumentan el fracaso escolar, dejando a los hijos de las clases populares en una situación de mayor desventaja. Y con un gran coste para el conjunto del país por la ineficiencia de la inversión educativa realizada en estos alumnos y por generar población sin ningún tipo de cualificación que tendrá complicado entrar en el mercado laboral

Los niños repiten más

La repetición de curso también está íntimamente vinculada al sexo del alumno. A iguales notas, el riesgo de suspenso para un chico es el doble que para una chica. Es el quinto peor dato de toda la OCDE, solo por detrás de México, Islandia, Portugal y Letonia, y por encima de Colombia y Lituania.

Los datos son bastante homogéneos por territorios: en Navarra el riesgo de suspenso es 1,7 veces mayor, mientras que en Baleares es 2,4 veces superior. Esto significa que no solo el componente socioeconómico determina la capacidad para pasar el curso cuando los resultados académicos están ajustados. Los profesores se guían frecuentemente por la conducta de los alumnos en el centro escolar, lo que podría ayudar a las chicas a pasar de curso frente a los chicos. El sistema premia las conductas obedientes y responsables incluso en los casos en los que los resultados sean peores, lo que podría estar detrás de la mejor situación académica de las niñas.

También existe una desigualdad en los aprobados entre los nacionales y los inmigrantes, sin embargo, España no suspende en esta estadística. El riesgo de repetir curso entre los alumnados de origen migrante (inmigrantes, primera o segunda generación) es 1,9 veces superior al de los nacionales a igualdad de rendimiento.

Este dato es negativo, ya que está lejos de la igualdad plena, pero es mejor que el del conjunto de países de la OCDE, donde asciende hasta ser 2,39 veces superior. El peor país de todos es Corea del Sur, donde el riesgo de repetición es casi 10 veces mayor entre los migrantes. En el extremo opuesto se sitúa Chile, que está cerca del equilibrio en riesgo de suspenso entre nacionales y extranjeros.

En las economías desarrolladas, la integración de los inmigrantes es clave para cohesionar la sociedad. Esto pasa por fomentar buenos resultados educativos de los hijos de los migrantes, lo que requiere, inevitablemente, avanzar hacia la igualdad de trato de todos los alumnos en los centros escolares. Sobre todo en decisiones tan relevantes como la decisión de que un alumno repita curso, un hito que es clave para determinar su futuro formativo, laboral y vital.

España es el cuarto país de la OCDE con más niños repitiendo curso escolar, solo por detrás de Colombia, Bélgica y Países Bajos. Sin embargo, no es el país con peores resultados en las pruebas del informe PISA, al contrario, se sitúa en niveles próximos a Francia, Alemania o la media de la OCDE, donde el porcentaje de repeticiones es la mitad o menos. En España, casi el 22% de los niños de 15 años ha repetido al menos un curso, mientras que en la OCDE el porcentaje es del 9%.

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