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Hablan los profesores de matemáticas tras el descalabro de PISA: "El problema no está en el instituto"
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LA EDUCACIÓN ESPAÑOLA EN 2023

Hablan los profesores de matemáticas tras el descalabro de PISA: "El problema no está en el instituto"

La educación española vuelve a resentirse por las bajas calificaciones del informe de la OCDE. ¿Por qué los malos resultados no son causa tanto de los profesionales y alumnos como del propio sistema?

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"Caos", "ciclón", "descontrol". Estas son las palabras que más usan los profesores españoles para referirse a la que seguramente sea la época más difícil de su vida desde el punto de vista profesional: la pandemia. Ahora, a pocos días de que termine el año, el nuevo informe PISA 2022, presentado este mismo martes en la sede del Ministerio de Educación, recoge el resultado del rendimiento escolar que tuvieron los alumnos que en aquella época tuvieron que desalojar los institutos y mover el aula a su propia habitación. Como viene siendo la tónica general, volvemos a encabezar la zona media-baja de la tabla, sobre todo a raíz de la caída libre en Matemáticas (de 481 a 473 puntos, respecto al informe de 2018) y pese a la tímida mejora en Ciencias de tan solo dos puntos (485).

Era de esperar, y no es casualidad que Matemáticas sea la asignatura troncal más afectada, debido a su idiosincrásica forma de enseñar, tan dependiente de la presencialidad del estudiante en el aula y de la cercanía con su profesor. Esta rama de las ciencias, a pesar de su "belleza fría y austera", como decía el filósofo Bertrand Russell, es imposible de transmitir por otro medio que no sea la pizarra y a viva voz. O al menos así lo certifican quienes la enseñan y conviven con las matrices, teoremas y derivadas en su vida cotidiana. Y que, como cada año, se sorprenden y lamentan de que al final esta clase de informes acaben causando la sensación en la población de que el problema sea del profesor y sus métodos educativos; cuando no achacan los malos resultados a los estudiantes y a su ya generacional falta de atención, alterada por el uso y abuso de las pantallas.

"La mejor forma de enseñar matemáticas es la motivación constante", afirma a este diario Rocío López Ramos, profesora del I.E.S. Doñana de Almonte, Huelva. "Tienen una parte creativa que muy pocas veces se tiene en cuenta, y que se despliega cuando el alumno siente emoción al resolver un problema. Tienes que despertar la curiosidad y el espíritu crítico para poner en tela de juicio enunciados que pueden ser falsos o verdaderos. Y la experiencia me dice que al final lo que aprendes y se te queda es lo que te emociona".

La motivación y la atención

Precisamente, Daniel González de Vega, fundador de Smartick, advierte en conversación telefónica que "un 38% de los niños y adolescentes españoles no es capaz de atender en Matemáticas", dejando claro que hay "un problema de disciplina que otros países europeos no tienen, como Reino Unido, que ha conseguido mantener sus buenos resultados en la materia poniendo en marcha toda una serie de actividades colectivas entre distintos colegios y universidades, como círculos de matemáticas, además de evaluaciones externas e independientes a PISA".

"Yo creo que en el próximo informe PISA vamos a mejorar nuestra posición, sobre todo debido al descalabro del resto de países"

Tampoco hay que rasgarse las vestiduras ni mirar con envidia a otros países europeos que siempre han despuntado en este tipo de informes. Hay zonas de nuestro territorio donde los resultados en Matemáticas se han mantenido buenos, al nivel de esas otras potencias que siempre copan los primeros puestos de esta clase de ránkings. En concreto, Asturias, Cantabria y Castilla y León.

Alfonso González, del colegio Nuestra Señora del Carmen, en Valladolid, reconoce que el método que sigue para enseñar matemáticas es "el de toda la vida". No hay trampa ni cartón en su secreto, tan solo evitar "desanimar y desmotivar al estudiante", puesto que ser ducho con los números no implica tener una gran capacidad de memoria o concentración, a veces basta tan solo con "tener un mal día o estar comido por los nervios" para suspender.

"Lo peor es cuando se les coge manía o miedo a las matemáticas. Muchos acaban sufriendo un trauma que afecta a toda su vida escolar"

Para González, el fin de curso de 2020 fue más un simulacro que un fin de curso normal. "Hacía videollamadas con los alumnos para hablar con ellos y animarles, más que para seguir avanzando en el temario", admite a El Confidencial. "Había que mantenerles distraídos, conseguir que retuvieran los conocimientos de todo el año, fueron tiempos muy duros. Luego, cuando volvieron a las aulas el curso siguiente, les vi muy atentos en clase, creo que hasta tenían ganas de volver al instituto, por lo que me sorprende el resultado tan malo obtenido en el informe".

Un dato positivo

Uno de los puntos positivos del informe PISA en el que no se suele recalar es, precisamente, la mejoría en lo que se refiere al funcionamiento social de los colegios e institutos: los niños y adolescentes españoles tienen un sentido de pertenencia más alto que los de otros países europeos, además de menores casos de acoso escolar y sentimientos de soledad. Un dato que celebra Lucas Gortazar, matemático y especialista en políticas educativas. "Los resultados académicos son preocupantes, sí, pero yo creo que es entendible debido al contexto social de la pandemia", valora. "Yo creo que en el próximo informe PISA vamos a mejorar nuestra posición significativamente, sobre todo debido al descalabro del resto de países".

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El funcionamiento social de los colegios que señala Gortazar es otra de las claves del éxito educativo de los alumnos castellanoleoneses. También para González. "Somos un colegio de barrio, aquí lo que prima es la cercanía del alumno con el profesor y generar buen ambiente en el aula, creo que eso es más importante que saber transmitir bien los conocimientos", recalca.

Una opinión que comparte con López Ramos, quien vuelve a incidir en la necesidad de despertar la creatividad y motivación del alumnado para instruir en los saberes matemáticos, por muy formalmente lógicos que parezcan. Ella usa canciones pop, sevillanas, poemas o reglas mnemotécnicas para conseguir que los teoremas, ecuaciones y matrices se les queden en la cabeza a los estudiantes. "Lo peor es cuando se les coge manía o miedo a las matemáticas", señala. "Muchos acaban sufriendo un trauma que afecta a toda su vida escolar posterior, por lo que es necesario que vean la asignatura como una adquisición de herramientas que les permita sortear una dificultad".

Políticas educativas incoherentes

En lo que todos coinciden es que los malos resultados académicos no son consecuencia tanto de las prácticas docentes de los profesores ni de la falta de atención de los alumnos, sino de las políticas educativas, a veces poco coherentes, contradictorias y cambiantes al capricho de los distintos partidos políticos y gobiernos. "Hay poca coherencia y determinación", asevera González.

"Estos informes deberían centrarse en la forma en la que se enseña y no en los resultados de un examen. No es coherente evaluar de una forma y enseñar de otra"

Algo en lo que coincide también Juan Francisco Hernández, del Colegio Hispano Inglés de Tenerife, quien señala que hay que priorizar "el trabajo cooperativo", para que luego acaben evaluando en Primaria a los alumnos "por contenidos y de manera individual, en vez de por proyectos". También ha ocurrido con el bilingüismo, dando bandazos entre lo que se exige un día y lo que deja de exigirse al día siguiente. "Lo que me gustaría es que hubiera un criterio único y que se cumpliera", asegura el docente a este diario.

"Nos dan las directrices, pero no las herramientas", concluye López Ramos. "Yo creo que estos informes deberían centrarse en la forma en la que se enseña y no en los resultados de un examen, porque no es coherente evaluar de una forma y enseñar de otra. Entonces, si cambiamos la evaluación, habría que cambiar el sistema entero para que sea coherente. Los resultados siempre serán malos porque trabajamos sobre una cosa y evaluamos otra. El sistema educativo debe estar por encima de los cambios políticos, porque al final nuestro trabajo es humano: la producción de nosotros, los profesores, es que el alumno aprenda y sepa desenvolverse en la vida, no que apruebe un examen a gusto de una institución".

"Caos", "ciclón", "descontrol". Estas son las palabras que más usan los profesores españoles para referirse a la que seguramente sea la época más difícil de su vida desde el punto de vista profesional: la pandemia. Ahora, a pocos días de que termine el año, el nuevo informe PISA 2022, presentado este mismo martes en la sede del Ministerio de Educación, recoge el resultado del rendimiento escolar que tuvieron los alumnos que en aquella época tuvieron que desalojar los institutos y mover el aula a su propia habitación. Como viene siendo la tónica general, volvemos a encabezar la zona media-baja de la tabla, sobre todo a raíz de la caída libre en Matemáticas (de 481 a 473 puntos, respecto al informe de 2018) y pese a la tímida mejora en Ciencias de tan solo dos puntos (485).

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