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Quemados, pero más unidos: el balance del profesorado español tras dos cursos en pandemia
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Quemados, pero más unidos: el balance del profesorado español tras dos cursos en pandemia

Un nuevo estudio realizado a pocos días de que termine este año lectivo desvela cuáles han sido las mayores ventajas e inconvenientes de estos dos cursos tan raros para la educación española

Foto: Fuente: iStock
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Si hubiera que definir con dos palabras las sensaciones del profesorado español al término de este curso tan atípico, esos dos términos serían 'quemados' y 'unidos'. Por un lado, admiten haberse visto sobrepasados por la situación, sobre todo al inicio del confinamiento en marzo del año pasado, teniendo que adaptar sus métodos de trabajo a la teledocencia; pero por otro también reconocen sentirse más unidos que nunca a las familias y a los alumnos, además de estar preparados para afrontar los retos del mañana, que podrían resumirse en aplicar todo el aprendizaje obtenido de manera obligada en estos dos años lectivos y avanzar hacia un nuevo paradigma basado en la educación híbrida. No sin antes destacar el abandono y desconexión que han sufrido por parte de las instituciones públicas que, según ellos, en ningún momento de esta crisis les han ofrecido la seguridad que necesitaban y que el momento exigía.

Foto: Dos alumnos de quinto de primaria recibiendo sus clases online. (EFE)

Estas son las conclusiones más relevantes que arroja un nuevo estudio realizado por la plataforma digital de búsqueda de colegios Micole en colaboración con el grupo de investigación Fundamentos de la Educación y Responsabilidad Social Educativa (FERSE) de la Universidad Rey Juan Carlos de Madrid. Dicho informe analiza las percepciones generales del profesorado español durante y después del confinamiento, recoge los resultados de 351 encuestas realizadas a profesores diferenciándoles entre titularidad del centro (público o privado/concertado), edad (de menos de 30 años a mayores de 50) y años de experiencia (desde novatos en su primer año hasta aquellos que ya llevan más de 15 años en la profesión).

"El trato individualizado de los profesores a su alumnado ha aumentado y ha posibilitado una mayor conexión entre las familias y el claustro"

Así, se establecieron varios bloques para medir el impacto que ha tenido la crisis sanitaria en el profesorado y en el desempeño de su labor docente. Uno de los más interesantes, tal vez el más importante a la hora de conocer de forma general cómo se han sentido después de haber afrontado una situación tan difícil para su profesión, es el que versa sobre las repercusiones que ha tenido en ellos la crisis a nivel mental y emocional.

Haciendo una media general entre todas las respuestas, seis de cada diez profesores asegura sentirse "quemado" después de haber pasado la crisis, teniendo este 'burnout' una prevalencia mayor en los menores de 30 años frente a los mayores de 50, quienes a pesar de verse más limitados en el uso de las tecnologías parecen haber resistido mejor la dificultad de continuar el curso de manera telemática con sus alumnos.

Los profesores jóvenes, mucho más quemados

"Los docentes más jóvenes se muestran mucho más insatisfechos, críticos y quemados que los de más experiencia", explica Francisco Ortiz, miembro del equipo de investigación FERSE y uno de los principales autores del estudio a El Confidencial. "Además, impera la sensación entre los profesores jóvenes de que su labor está menos reconocida a nivel social que entre los más veteranos. Las expectativas que tienen son muy altas y los recursos que poseen están limitados por la experiencia por muy adaptados que estén a la tecnología: sienten dudas, incertidumbre e inseguridad frente a aquellos que ya saben lidiar con circunstancias problemáticas y tienen más tablas".

"Hay una mayor sensación de bienestar de los padres hacia los profesores de sus hijos"

La otra cara de este dato negativo es que la sensación de compañerismo y solidaridad entre alumnos ha aumentado significativamente. Alrededor de la mitad de los encuestados (un 45% está de acuerdo, teniendo en cuenta que un 42% respondió "indiferente") confirma que ha percibido que la relación entre los escolares ha mejorado durante y después de la crisis sanitaria.

A su vez, otra de las realidades manifiestas es que la relación entre las familias y los profesores ha mejorado de manera sustancial (8 de cada 10 lo expresa así), lo que sin duda resulta llamativo, ya que hasta ahora existía la percepción general de que los padres se mostraban muy negativos o al menos desconfiados en relación a la labor educativa que los profesores desempeñaban con sus hijos.

Una brecha social, no solo digital

Es fácil intuir que al no poder realizar su labor de manera presencial, los profesores han tenido que volcarse con sus alumnos de una manera más personal e individualizada, así como también para sortear las dificultades que tenían para proseguir el curso de manera normal cuando la cuarentena llegó; sobre todo en los estudiantes más vulnerables, pues esta crisis afectó de una manera mucho más severa a los hijos de aquellas familias con un nivel socioeconómico bajo, ya fuera porque no disponían de medios suficientes (ordenadores, conexión a internet...) o porque los padres tuvieron que hacer un esfuerzo extra para conciliar la vida laboral con la familiar para dar el apoyo educativo que sus hijos requerían.

Como decíamos, otro de los resultados más negativos que arrojó la encuesta es que efectivamente la brecha digital desfavoreció "enormemente" a los estudiantes con menos recursos. Algo evidente que también se percibió dentro del profesorado, y en concreto entre los trabajadores de las escuelas públicas, quienes han notado mucho más la desigualdad económica de sus alumnos (y por consiguiente de sus familias) y cómo esta ha puesto más palos en la rueda de la educación de sus alumnos en una época tan excepcional.

placeholder Varios niños hacen cola para entrar en el colegio Millares Carló de Puerto del Rosario, en Fuerteventura. (EFE)
Varios niños hacen cola para entrar en el colegio Millares Carló de Puerto del Rosario, en Fuerteventura. (EFE)

"El trato individualizado por parte de los profesores a su alumnado ha aumentado con la crisis sanitaria y ha sido el responsable de una mayor conexión entre las familias y el claustro", asevera Rubén Sarmiento, cofundador de Micole, a este diario. "La actitud positiva de las familias hacia los profesores aumentó durante el confinamiento y se disparó después, durante este curso lectivo, por lo que hay una mayor sensación de bienestar de los padres con los profesores de sus hijos. Los docentes siempre se han quejado de la falta de reconocimiento que ha tenido su trabajo, y las familias no siempre han estado ahí para reforzarles en su misión, siempre han sido cuestionados", asegura Ortiz por su parte, poniendo especial énfasis en la idea de en los últimos años "la peor pesadilla para un maestro ha sido el grupo de WhatsApp de padres".

Ahora, sin embargo, la crisis ha permitido una relación más cercana entre la comunidad de padres y madres y los profesionales educativos. "Hemos vivido un giro en la percepción de las familias hacia los docentes y centros", admite Ortiz, en referencia al sobresfuerzo que muchos profesores han tenido que hacer durante esta crisis. "Han dado mucho más de lo que les correspondía, incluso a nivel emocional, pues en el momento culmen de la crisis los maestros y maestras también se han preocupado por el estado de salud de las familias y por cómo estaban llevando el confinamiento. La crisis ha posibilitado una especie de reencuentro entre familias y comunidad educativa".

"Nadie en su etapa profesional, aunque tuvieran 20 o 35 años de experiencia, imaginaba que iba a ocurrir una crisis como esta", concluye el investigador y coautor del estudio. "Posiblemente si les preguntáramos al cabo de cinco o diez años todavía se acordaran de una forma muy lúcida de cómo lo vivieron y de las dificultades con las que se encontraron. El docente, por lo general, se queja mucho de la falta de reconocimiento social que tiene su profesión. Pero a partir de ahora todo esto va a cambiar gracias a que han salido muy reforzados de esta crisis. Esto va a ser un antes y un después para el mundo de la educación en España".

Que hablen los docentes

En los anexos del estudio se han incluido algunas de las opiniones directas de los profesores que han participado. Como colofón, aquí van algunas de sus frases sobre todos los aprendizajes que han adquirido a lo largo de esta crisis de su puño y letra:

  • "Lo más acertado y positivo sin duda ha sido el poder desdoblar las clases. Ha permitido atender al alumnado de una forma mucho más personalizada. La llegada de tantos compañeros nuevos al centro ha enriquecido mucho la convivencia". (Educación Infantil y Primaria, Comunidad de Madrid)
  • "En mi opinión, ha sido positiva la toma de contacto con respecto a las nuevas tecnologías. Tanto estudiantes como docentes han tenido que habituarse a realizar videoconferencias con sus alumnos. Corregir y enviar tareas a través de diversas plataformas. Pero sobre todo aprender a comunicarse e intercambiar información entre iguales y con otros docentes". (Educación Primaria, Murcia)
  • "El empeño de los profesores y la actitud para que los alumnos estuvieran acompañados y asistidos emocionalmente. La autonomia que han adquirido los,alumnos y la evolución en cuanto a las tecnologias". (Educación Primaria, Cataluña)
  • "Hemos sido testigos de un cambio existencial en la educacion. Diría que hay muchas cosas que deberían quedarse, para bien. Como mantener las comunicaciones vía online". (Educación Primaria, Comunidad de Madrid)

"La escuela ha de ser una pequeña ciudad donde interactúen miembros de distintos cursos y aprendan unos de otros"

  • "El empuje, las ganas y la voluntad de servicio público de todos los compañeros y trabajadores en pos de un objetivo común; siempre pensando en los alumnos". (Educación Secundaria, Andalucía)
  • "Los docentes se adaptan a cualquier situación. Su aprendizaje online no para, y sus ganas y esfuerzo han conseguido que los colegios funcionen con normalidad en estos tiempos". (Educación Infantil, Comunidad de Madrid)
  • "Las familias y los profesores lo hemos dado todo para salir adelante, y las instituciones no nos lo han puesto muy fácil, con todo el papeleo y las directrices que siempre mandan en el último momento. No ha habido mucha claridad en lo que había que hacer". (Educación Infantil y Primaria, Aragón)
  • "Felicitar a todo el profesorado por el gran esfuerzo que han hecho. La educación está muy poco valorada y tenemos que saber que estamos formando a los protagonistas del mundo de mañana. Han funcionado los grupos burbuja, però hay menos interacción entre distintos compañeros, compartes menos, cierras grupos y no se observa dinamismo en las aulas de poder realizar una clase en el pasillo, desplazarte a otra zona para impartir... En general hemos trabajado mejor el ámbito digital pero hemos vuelto a clases tradicionales y esto por mi parte es un gran error. La escuela ha de ser una pequeña ciudad donde interactuen miembros de distintos cursos y aprendran unos de otros". (Educación Primaria, Cataluña)
  • "Hemos comenzado una época de cambios que vienen para quedarse y que tenemos que aceptar. Siempre será necesario el contacto en la clase y sirviendo todo lo demás de apoyo". (Educación Primaria, Comunidad de Madrid)
  • "Hay que acelerar en el uso de los recursos técnicos como medios importantes en el proceso de aprendizaje con alcance a todos los alumnos por igual". (Educación Secundaria, Aragón)

Si hubiera que definir con dos palabras las sensaciones del profesorado español al término de este curso tan atípico, esos dos términos serían 'quemados' y 'unidos'. Por un lado, admiten haberse visto sobrepasados por la situación, sobre todo al inicio del confinamiento en marzo del año pasado, teniendo que adaptar sus métodos de trabajo a la teledocencia; pero por otro también reconocen sentirse más unidos que nunca a las familias y a los alumnos, además de estar preparados para afrontar los retos del mañana, que podrían resumirse en aplicar todo el aprendizaje obtenido de manera obligada en estos dos años lectivos y avanzar hacia un nuevo paradigma basado en la educación híbrida. No sin antes destacar el abandono y desconexión que han sufrido por parte de las instituciones públicas que, según ellos, en ningún momento de esta crisis les han ofrecido la seguridad que necesitaban y que el momento exigía.

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