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Los ricos disparan la creación de sociedades de capital riesgo para pagar menos impuestos
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PARA REBAJAR EL IMPUESTO AL PATRIMONIO

Los ricos disparan la creación de sociedades de capital riesgo para pagar menos impuestos

Bancas privadas y despachos de abogados están lanzando de forma masiva sociedades preparadas para grandes fortunas que invierten con vocación de rebajar la carga fiscal

Foto: María Jesús Montero, ministra de Hacienda. (EFE/Sergio Pérez)
María Jesús Montero, ministra de Hacienda. (EFE/Sergio Pérez)
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Las grandes fortunas se han lanzado a la inversión en private equity para reducir la factura fiscal. La industria de activos bajo gestión, en colaboración con los asesores fiscales de los grandes patrimonios, han puesto encima de la mesa un aluvión creciente de sociedades de capital riesgo (SCR).

La conversación más frecuente en los últimos meses entre los grandes patrimonios y sus asesores financieros y fiscales se centra en capital riesgo. Una vez que se asume que no se van a librar de tributar por su patrimonio, se buscan fórmulas para aliviar la carga, y una de ellas es la inversión en sociedades de capital riesgo, con participaciones de más del 5%.

De hecho, esto ha condicionado a la industria de banca privada. Todas las entidades se han visto forzadas a potenciar su oferta de capital riesgo, con vehículos propios o a través de acuerdos con terceras firmas, y a lanzar sociedades de capital riesgo. En caso contrario, se exponen a una desbandada de clientes hacia la competencia.

Durante el último año, según datos recopilados de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), se han registrado en el mercado español 106 SCR, de las 415 que hay actualmente. El año pasado se registraron otras 79. Fuentes financieras y jurídicas coinciden en que en 2024 la cifra será mayor.

Foto: Sede de Allen & Overy en Madrid. (Cedida)

La inversión que se realiza en una sociedad de capital riesgo es deducible en la base imponible de patrimonio o del impuesto temporal de solidaridad a las grandes fortunas (IGF). Hay que cumplir varios requisitos para ello. Entre otros, que la inversión sea superior al 5% de la sociedad, igual que si fuera una empresa familiar, donde se deducen los activos afectos a la actividad económica.

Así, si una gran fortuna tiene un patrimonio de 30 millones computable a efectos de patrimonio o IGF, con 10 millones de ellos invertidos en renta variable o renta fija —ya sea directamente o a través de fondos—, esta última cifra se integraría completamente a la base imponible de patrimonio. Pero si dedica un 30% de la inversión al capital riesgo a través de una SCR, en la que posee más del 5%, esos tres millones se los deduce de la base imponible. Solo tributaría por siete millones. Como el tipo es del 3,5%, se ahorra una tributación de 105.000 euros.

Las gestoras internacionales tienen entre sus líneas de negocio subir la oferta de activos de capital riesgo que sean invertibles por las SCR

Las gestoras internacionales tienen entre sus principales líneas de negocio en España incrementar la oferta de activos de capital riesgo que sean invertibles por las SCR. Preferentemente, las SCR buscan vehículos españoles o europeos para que sea fácilmente demostrar, bajo el paraguas de una directiva comunitaria, que cumplen los requisitos.

"Vemos muchas empresas familiares que invierten en sociedades de capital riesgo. Hay mucho interés", explica Carlos Saldaña, abogado Zadal. El experto recuerda que es necesario contar con más del 5% de la sociedad. Además, para las personas físicas que invierten en una SCR, se debe tener funciones de dirección en la sociedad y que el sueldo por las mismas sea superior al 50% de los rendimientos recibidos. Por ello, es más común ver que la inversión se realiza desde grupos empresariales familiares.

Foto: María Jesús Montero, ministra de Hacienda. (EP/Alejandro Martínez Vélez)

La inversión en SCR se está produciendo, principalmente, a través de hóldings de grupos empresariales familiares. Es típico que se cree una filial en el hólding del grupo familiar para tomar una participación superior al 5% en una SCR o en varias.

Desde hace varios años hay interés por ofrecer capital riesgo y otras inversiones alternativas en banca privada. Hasta el año pasado, por tener un activo descorrelacionado de la renta fija y la renta variable y con rentabilidades más altas en un mundo de tipos al 0%. Además, en un entorno de márgenes decrecientes en banca privada, estas inversiones permiten comisiones más altas. Con la subida de tipos y los cupones más atractivos en la deuda cotizada, la inversión alternativa ha perdido brillo en términos financieros, pero ha ganado atractivo por fiscalidad.

La inversión alternativa ha perdido brillo en términos financieros, pero ha ganado atractivo por fiscalidad

La norma exige que más del 60% de los activos de la SCR estén invertidos en capital riesgo. En teoría, el inversor solo debería deducirse la parte proporcional que está invertida en capital riesgo. La CNMV es quien registra y supervisa estos productos, pero la Hacienda estatal o las autonómicas pueden inspeccionar las declaraciones de patrimonio o del IGF de los inversores, comprobando que las deducciones se adecúan a la norma.

Normalmente, casi toda la SCR invierte únicamente en capital riesgo, salvo una parte que está en caja, ya sea a la espera de oportunidades o por el funcionamiento típico por añadas de estas inversiones. En este caso, explica Saldaña, se podría argumentar que la caja es necesaria para el funcionamiento de la sociedad y que toda la inversión es deducible. Lo único que podría discutir la Inspección es la parte proporcional que no es capital riesgo.

Foto: Isabel Díaz Ayuso, presidenta de la Comunidad de Madrid. (Europa Press/Gustavo Valiente)

La mayoría de sociedades que se ha creado están registradas en Madrid, donde ha cobrado especial importancia la estructura patrimonial de las grandes fortunas. Hasta el año pasado, no se tributa por patrimonio, por una bonificación del 100% en la comunidad. Pero el Gobierno creó el IGF para patrimonios de más de tres millones y, tras recibir el respaldo del Constitucional, el Gobierno de Ayuso ha optado por recuperar el impuesto sobre el patrimonio para quedarse la recaudación.

De esta forma, no hay escapatoria, y los grandes patrimonios están buscando alternativas con sus asesores para pagar menos, tanto con la deducción de la empresa familiar como con las SCR, con un aluvión de oferta en la banca privada y en firmas de inversiones alternativas.

También se opta por el escudo fiscal que supone el límite conjunto entre IRPF y las cuotas de patrimonio y del IGF

También se opta por el escudo fiscal que supone el límite conjunto entre IRPF y las cuotas de patrimonio y del IGF, que implica que la suma no puede pasar del 60% de la base imponible de la renta, con una reducción máxima del 80%. Por ello, se prioriza minimizar las rentas sobre el patrimonio total. En algunos casos, las SCR se lanzan para inversiones del 5% por parte de diferentes inversores, y también las hay para un único grupo familiar. Por ejemplo, una de las últimas SCR registradas ha sido Sancor Capital Inversiones SCR, del grupo familiar propietario de la empresa industrial Nicolás Correa.

Los dueños de Nicolás Correa han lanzado la SCR con Renta 4. Otras firmas como Altamar, Mutuactivos, Abante, Actius Private Equity (Andbank), Arcano o Welzia también han lanzado sociedades de capital riesgo en las últimas semanas del año.

Las grandes fortunas se han lanzado a la inversión en private equity para reducir la factura fiscal. La industria de activos bajo gestión, en colaboración con los asesores fiscales de los grandes patrimonios, han puesto encima de la mesa un aluvión creciente de sociedades de capital riesgo (SCR).

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