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España afronta un otoño con precios al alza pero con expectativas de evitar la recesión
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LOS PRÓXIMOS TRIMESTRES SERÁN DIFÍCILES

España afronta un otoño con precios al alza pero con expectativas de evitar la recesión

Los expertos no creen que la economía se contraiga en el tramo final de 2022. Pero hay dudas respecto a la resiliencia de los hogares ante las subidas de la luz y el euríbor

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Nubarrones para la economía, algo que ya empieza a ser repetitivo desde 2008, pasando por la crisis del euro, el covid y, ahora, la inflación disparada y la tensión energética con la guerra de Ucrania. Los expertos ven posible una recesión en la eurozona, de la que escaparía España, que afronta igualmente un escenario de estancamiento con subida de tipos e inflación. Es decir, facturas más caras sin que aumente la renta disponible, con nubarrones para la economía tras el impulso turístico del verano.

Para septiembre se espera un recorte drástico de las previsiones del Banco Central Europeo (BCE), acompañado de una subida de tipos de interés entre 50 y 75 puntos básicos. Las predicciones que manejan en Fráncfort son de julio, con un IPC medio para 2022 del 6,8%, y una expansión del PIB del 2,8%. Pero son estimaciones de julio que ya son papel mojado, y esto es significativo.

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Lo son porque así ha ocurrido con cada ronda de previsiones del BCE desde hace un año, cuando veía la inflación transitoria. Y puede que lo hubiera sido sin la guerra de Ucrania. Pero cada vez que al BCE le toca actualizar sus proyecciones, sube las de inflación y baja las de crecimiento. Miembros del banco central ya han advertido de que se necesita mayor contundencia para frenar el crecimiento de los precios, y que es posible que esto contribuya a la recesión, pero esta no será suficiente por sí sola para mitigar la inflación.

Así, la eurozona se encamina hacia un escenario de recesión, como han reconocido desde el banco central miembros influyentes, como la alemana Isabel Schnabel o el economista jefe, el irlandés Philip Lane. Las previsiones de instituciones como la Comisión Europea o el FMI datan de julio, en línea con el BCE, mostraban una desaceleración y han quedado desactualizadas.

Las últimas proyecciones que se conocen son de casas de inversión, como Goldman Sachs, que espera una contracción de la eurozona tanto en el tercer trimestre como en el cuarto. Se trata de retrocesos de una y dos décimas, pero que son significativos por tumbar la recuperación iniciada tras el covid, sin que el BCE, esta vez, pueda estimular la economía.

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Alemania es el país que más empuja hacia abajo. Por el lado contrario, España sigue en positivo, según estas estimaciones, que apuntan a que el crecimiento aún es sólido este verano gracias al turismo y el comercio minorista. El flujo de datos que maneja Goldman Sachs, (al que denomina CAI), apunta a una expansión de la actividad económica española del 2,3%, frente a un desplome del 1,9% en Alemania.

Goldman espera que la economía española esquive la recesión. Se trata del pronóstico central de los expertos, si no se proyecta un estancamiento del PIB español. Lo cual es mejor que en el caso de otros socios europeos o el conjunto de la eurozona, pero igualmente implica un deterioro de la economía en medio de los continuos picos de inflación. En agosto, el IPC de la eurozona escaló a un nuevo récord, en el 9,1%, y en España bajó al 10,4%, pero con un incremento en la subyacente. El banco de inversión estadounidense pronostica una inflación media del 10,3% en el último trimestre para la eurozona.

"Estamos cambiando nuestras perspectivas, hemos rebajado nuestra previsión de crecimiento para España en 2023 en cuatro décimas, al 1,9%. Es una rebaja inferior a otros países de la eurozona, y es mayor crecimiento, pero España afronta ahora dos trimestres complejos desde varios frentes", advierte Gonzalo de Cadenas-Santiago, director ejecutivo de Mapfre Economics.

"Se agota el motor del turismo y hay un entorno de mayores costes financieros por el endurecimiento de la política monetaria"

El experto indica que "se agota el motor del turismo y hay un entorno de mayores costes financieros por el endurecimiento de la política monetaria y el estrés soberano, pese a los cortafuegos [plan de antifragmentación financiera del BCE], debido a su vulnerabilidad, además del deterioro de la renta variable". A esto se añade, prosigue, una "inflación fuerte, aunque ya hay signos de estabilización, y la incertidumbre, con un parón en el sector manufacturero, afectado por Alemania. Vamos a entrar en un último trimestre muy débil. Esquivamos la parte más seria de la crisis, pero también estábamos más rezagados recuperando la brecha de producción del covid. La parte positiva es el mercado de trabajo, más flexible tras la reforma laboral".

España "no es el país más afectado por la situación geopolítica, en particular por la situación del comportamiento de los mercados energéticos (gas natural). Pero no somos inmunes, las relaciones comerciales y de negocio con economías como la alemana son intensas", expone Juan Luis García Alejo, director general de Andbank Wealth Management, que avisa de que "el cuarto trimestre será peor que el tercero y es posible que a lo largo de estos meses veamos revisiones a la baja de las perspectivas de crecimiento por el mayor impacto de la inflación y las subidas de tipos".

Consumo minorista

La inflación supone un golpe para el poder adquisitivo de los hogares, en la medida en que recorta el valor real de salarios y ahorros. Mientras no se alcanza un pacto de rentas, los convenios firmados en julio, por ejemplo, se revalorizaron al 2,5%, lejos del IPC. El ahorro en depósitos roza el billón de euros, lo que implica que la pérdida de poder adquisitivo a lo largo de 2022 de este montante no estará lejos de los 100.000 millones.

Goldman Sachs apuntó al consumo minorista como un motor de la economía, pero aquí es donde más nubarrones hay para el tramo final de año, una vez que se disipe el impulso turístico del verano. "La incertidumbre es muy alta, hay que trabajar con hipótesis más que con previsiones", avisa Oriol Aspachs, director de economía española de CaixaBank Research. El banco monitoriza el consumo con tarjetas y TPV de la entidad, y está observando un debilitamiento que se espera mayor en los próximos trimestres.

Foto: Vista del embalse de As Portas, en Vilariño de Conso (Ourense). (EFE/Brais Lorenzo)

El economista de CaixaBank destaca el "fuerte" aumento del precio de gas, con los futuros apuntando a mayores incrementos a futuro. "Los últimos acontecimientos han aumentado los riesgos a la baja. Las tensiones alrededor del conflicto de Ucrania aumentan, por las consecuencias económicas y el comportamiento de Rusia con el suministro de gas a Europa", añade. Pese a las medidas del Gobierno, la realidad es que España afronta los mayores precios de la historia en gas y luz, con el megavatio por encima de 300 euros la hora. "No se puede afirmar que vayamos a un escenario de restricciones, pero sí a uno peor del que estábamos antes de las vacaciones", apostilla Aspachs.

"Está claro que habrá un progresivo enfriamiento económico, con menor consumo de las familias (agotamiento del ahorro pospandemia ante la subida de los precios y los costes hipotecarios), menor llegada de turistas (recesión prevista en la Eurozona a partir de final de 2022), y todavía cuellos de botella en la producción", dice Rosa Duce, responsable de estrategia de inversión de Deutsche Bank España, entidad que en su escenario base, con un 70% de probabilidad asignado, descarta un corte total de suministro de gas a Europa. Lo positivo para los próximos trimestres, agrega, es que la política fiscal seguirá siendo relajada por la suspensión de las reglas fiscales de la Unión Europea y los fondos europeos Next Generation.

La credibilidad del BCE, algo que preocupa en Fráncfort, será un punto clave también para el consumo minorista. Está claro que la subida de tipos y la inflación reducen el poder adquisitivo de los hogares. Pero "el efecto agregado puede ser distinto si la población cree que las subidas de precios, especialmente de la energía, son un tema transitorio, en cuyo caso es más probable que se reduzca el ahorro (o incluso se gasten ahorros) en vez de disminuir el consumo discrecional", arguye Ignasi Viladesau, director de inversiones de MyInvestor.

Fortaleza laboral

Para el responsable del análisis de la economía española en CaixaBank Research, "no se puede descartar una contracción del PIB en España, aunque por ahora no vamos a una caída persistente de la actividad". En cualquier caso, también este experto destaca la fortaleza reciente del mercado laboral. "Vamos a ver cómo se frena el crecimiento del empleo desestacionalizado, especialmente en el cuarto trimestre", opina Alejo, desde Andbank.

El escenario central que manejan los expertos es de ralentización en la creación de empleo, que podría llegar a ser nula en los próximos trimestres, pero no anticipa un aumento de la tasa de paro, que en el segundo trimestre se situó en el 12,88%. En agosto, según los datos publicados este viernes por el Ministerio de Trabajo y Economía Social, el paro aumentó por segundo mes consecutivo, en 40.428 personas, un 1,4% más que en julio. Aunque es un incremento más suave que en años anteriores a la pandemia, y en términos desestacionalizados hubo un incremento de 62.135 afiliados.

Aunque por ahora el mercado laboral parece una fortaleza, hay vulnerabilidades de la economía española que no hay que obviar

El mercado de trabajo suele ser "un indicador atrasado", recuerda Viladesau, de MyInvestor. Es decir, reacciona más tarde que los indicadores macro. "Intuitivamente, antes de destruir empleo, las empresas tienen que estar seguras que las condiciones económicas van a empeorar significativamente, dado el coste y el tiempo que se tarda en contratar y entrenar a una plantilla, especialmente si es cualificada. Lo que sí suele ocurrir, y es probable que suceda en los próximos trimestres, es que las empresas frenen la contratación de nuevas personas, disminuyendo la creación de empleo en el país", añade.

Si el mercado laboral se desacelera, puede ser otra razón que, junto al encarecimiento de las hipotecas o la incertidumbre, se retrasen decisiones de compra, haciendo mella en los riesgos a la baja para la economía. En las estadísticas hay que tener en cuenta, comenta Daniel Lacalle, economista jefe de Tressis, que "aunque se disfrace un porcentaje significativo de paro, ya que los indefinidos discontinuos que no estén trabajando cobrarán el paro pero no aparecerán en las listas de parados".

Aunque por ahora el mercado laboral parece una fortaleza, hay vulnerabilidades de la economía española que no hay que obviar. En primer lugar, la subida de tipos de interés al borde de la recesión y en un contexto de alta inflación exacerbará la desigualdad, lo que más allá de que sea algo indeseable para casi todas las corrientes económicas y políticas, la literatura suele mostrar que es un hándicap para el crecimiento a largo plazo.

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El Estado, asimismo, llega muy apalancado. La deuda pública está en el 116,8% del PIB, con dependencia exterior, como es habitual. Eso sí, la posición internacional neta de la economía española ha bajado en dos años desde el 85% del PIB al 70% del PIB. En el terreno privado, también hay mucha deuda en las empresas, después del apoyo financiero durante el coronavirus, incluyendo los préstamos ICO. Cómo funcionen las reestructuraciones y los concursos bajo el nuevo marco concursal a partir de otoño será una de las claves de esta crisis.

Y si en algo tiene experiencia España es en haber sufrido problemas con el mercado de la vivienda, que vive otro calentón con la mayor racha de aumentos del saldo hipotecario desde 2010. "España sufre una burbuja de precios inmobiliarios mayor que en 2006 en términos de años para pagar un piso adquirido, y peor aún en alquiler. En un contexto de estrechez financiera, va a empezar a haber mora, y es algo no lineal, aunque la banca está saneada", avisa Cadenas-Santiago, de Mapfre.

Nubarrones para la economía, algo que ya empieza a ser repetitivo desde 2008, pasando por la crisis del euro, el covid y, ahora, la inflación disparada y la tensión energética con la guerra de Ucrania. Los expertos ven posible una recesión en la eurozona, de la que escaparía España, que afronta igualmente un escenario de estancamiento con subida de tipos e inflación. Es decir, facturas más caras sin que aumente la renta disponible, con nubarrones para la economía tras el impulso turístico del verano.

Inflación Banco Central Europeo (BCE) PIB IPC
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