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Puig consigue pista para renovar su Gobierno con la 'incógnita Oltra' sin resolver
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PERCEPCIÓN DE CAMBIO DE CICLO

Puig consigue pista para renovar su Gobierno con la 'incógnita Oltra' sin resolver

La vicepresidenta no se da por aludida por la renuncia de Marzà y mantiene su plan de resistir aunque sea investigada por el TSJ. La salida alimenta la tesis del cambio de ciclo valenciano

Foto: Ximo Puig y Mónica Oltra. (EFE/Kai Försterling)
Ximo Puig y Mónica Oltra. (EFE/Kai Försterling)

La renuncia de Vicent Marzà (Compromís) como 'conseller' de Educación y la casi seguridad de que el 'president' valenciano, Ximo Puig, podría dar continuidad a una sucesión de relevos en su Gobierno a partir de este mismo viernes han acrecentado la percepción de que el Consell del Botànic ha entrado en el último año de legislatura consciente de que se está cerrando un ciclo político en la Comunidad Valenciana. Siete años después del cambio que se produjo en 2015, el barón socialista afronta la que podría ser la única remodelación amplia del gabinete premeditada y no forzada por situaciones individuales. La decisión de Marzà da la oportunidad a Puig de sumar en breve más cambios en el flanco socialista, con Sanidad, Innovación y Hacienda en el punto de mira y, quizá, también el área de Política Territorial.

Sin embargo, la operación de 'lifting' con que se pretende dar la imagen de nuevo impulso de gestión, a la vez que resituar cuadros en clave electoral, como el caso de la actual titular de Sanidad, Ana Barceló, como hipotética alcaldable de Alicante, corre el riesgo de tener un alcance relativo. El Botànic sigue pendiente de despejar la 'incógnita Oltra', el futuro judicial de la vicepresidenta, portavoz y 'consellera' de Igualdad, Mónica Oltra. El Tribunal Superior de Justicia de la Comunidad Valenciana debe resolver la exposición razonada del juez instructor Vicente Ríos, en la que pide que se la cite como investigada en la causa sobre la gestión de su departamento del caso de abusos a una menor tutelada por el que ha sido condenado su exmarido.

Foto: Vicent Marzà. (EFE)

Al igual que cada vez que le ponen un micrófono delante, Oltra insistía este miércoles en que no tiene ninguna intención de dar un paso atrás aunque resulte imputada. La estrategia es resistir. Su entorno traslada el convencimiento de que la causa terminará siendo archivada y que la lideresa de Compromís está dispuesta a hacer el 'paseíllo' de la declaración judicial. La vicepresidenta ha arrancado a su coalición, incluida la pata nacionalista y mayoritaria de Més Compromís, el respaldo para darle autonomía sobre su futuro. "Se lo ha ganado por derecho, por lo que representa", dicen. Nadie en el universo valencianista osa levantar una voz en sentido contrario. Aunque su caso ha cogido vuelo con el auto del instructor, que entre los denunciantes figuren Vox, Cristina Seguí o el asesoramiento a la víctima del líder ultraderechista José Luis Roberto, contribuye al cierre de filas. La consigna es aguantar la tormenta y denunciar una operación de la extrema derecha para derribar a la que ha sido el principal activo de los valencianistas.

Sin embargo, la percepción no es la misma en todo el Botànic. Fuentes socialistas no esconden la incomodidad que les supone la posible imputación. Y creen que el movimiento de Marzà, que ha decidido abandonar las tareas de gestión para centrarse en el partido, enseña la vía de poder dar un paso atrás en lo institucional con la posibilidad de regresar a la primera línea si el capítulo judicial se cierra de forma positiva. El ya 'exconseller' no descartó incluso convertirse en cartel electoral si es producto de una decisión colectiva y no de una "ambición personal". Es el sueño indisimulado en la cúpula del PSPV-PSOE: que Oltra pudiera refugiarse en las Cortes como diputada hasta resolver su situación personal y rebajar la segura presión política que se va a producir. Un escenario que la vicepresidenta descarta de plano por entender que implica un reconocimiento de culpabilidad. Mientras tanto, el Partido Popular y Vox afilan los cuchillos para reclamar responsabilidades, también a Ximo Puig.

El Botànic se ha convertido en una confluencia de intereses estructurada en compartimentos estancos. El diálogo es prácticamente inexistente

El Botànic se ha convertido en una confluencia de intereses estructurada en compartimentos estancos. El diálogo entre sus dos principales patas es prácticamente inexistente cuando se trata de pisar el jardín ajeno en la toma de decisiones internas. Esto da lugar a muchos malentendidos y mucha desconfianza. Pero la tensión se palpa y encuentra vías de descompresión. La 'consellera' de Justicia, Gabriela Bravo, provocaba un terremoto este martes en una entrevista en la COPE al ser preguntada por una posible renuncia de Oltra. "Yo desde luego en una situación, más allá de responsabilidades penales, en la que pudiera comprometer la credibilidad de la institución a la que represento, me lo plantearía".

Foto: Marzà se abraza a Tamarit este miércoles. (EFE/Biel Aliño)

La frase no tardó en tener respuesta de la secretaria general de Més Compromís, Àgueda Micó. "De aquí a unos años, cuando se hable del Gobierno del Botànic y de la labor que ha realizado Oltra, se verá el impulso y la trasformación que se ha conseguido en la Comunidad Valenciana y que ha sido reconocido incluso con premios de la Unión Europa. De otros miembros del Consell, lo único que podremos recordar es que han bloqueado la igualdad lingüística de los valencianos", asestaba. Está caliente el desencuentro de Compromís con Bravo por su veto a exigir a los funcionarios de formación superior el certificado C1 de valenciano.

Perfil bajo o perfil alto

Pero la 'patata caliente' de Oltra no es el único factor que puede diluir el efecto de la amplia renovación gubernamental, nuevo impulso y nueva etapa que busca Ximo Puig. El perfil de los nuevos 'consellers' también se va a mirar con lupa. En el caso del Botànic, Marzà habló de preparar y fortalecer el partido para conseguir un "tercer Consell del Botànic" tras las elecciones de mayo. Pero el primer gesto del nuevo proyecto ha sido optar por la continuidad con la elección de Raquel Tamarit como sucesora en Educación, hasta ahora secretaria autonómica de Cultura en el mismo departamento. La solución a la sorpresiva salida del 'conseller' ha sido elevar a su número dos, una persona cercana al diputado en el Congreso Joan Baldoví.

El perfil de los nuevos 'consellers' enseñará si es el amago de un tercer Botànic o un parche

Está por ver cuál es la naturaleza política en el caso de la renovación de 'consellers' socialistas. Puig baraja relevar a la 'consellera' de Innovación, Carolina Pascual, con un perfil más político en un departamento con sede en Alicante. La provincia, donde el Partido Popular es mayoritario y gobierna ayuntamiento y Diputación, es una de las obsesiones del barón socialista. Uno de los nombres que se manejan es el de la senadora por designación territorial Josefa Bueno, que ya fue directora general de Universidades. Fue también vicerrectora en la Universidad de Alicante.

La probable salida de Ana Barceló a la portavocía de las Cortes valencianas para sustituir a Manuel Mata abre la incógnita del nuevo o nueva titular de la Conselleria de Sanidad. Igualmente, un posible traslado del 'conseller' de Hacienda, Vicent Soler, a la plaza liberada en el Senado abre la vía a un perfil de gestión en el departamento que tiene las competencias en fondos europeos. Hay consenso en que la directora general de Presupuestos, Eva Martínez, es un perfil idóneo para ascender a 'consellera'. Se trata de una persona con las cuentas autonómicas en la cabeza, bien relacionada con el Ministerio de Hacienda. La cuestión es que su elevación, y ampliación de competencias de gestión y políticas, obliga a buscarle un relevo. Puig agota su tiempo para resolver el sudoku. Este viernes debería tenerlo resuelto, antes de sentarse en el pleno del Consell.

La renuncia de Vicent Marzà (Compromís) como 'conseller' de Educación y la casi seguridad de que el 'president' valenciano, Ximo Puig, podría dar continuidad a una sucesión de relevos en su Gobierno a partir de este mismo viernes han acrecentado la percepción de que el Consell del Botànic ha entrado en el último año de legislatura consciente de que se está cerrando un ciclo político en la Comunidad Valenciana. Siete años después del cambio que se produjo en 2015, el barón socialista afronta la que podría ser la única remodelación amplia del gabinete premeditada y no forzada por situaciones individuales. La decisión de Marzà da la oportunidad a Puig de sumar en breve más cambios en el flanco socialista, con Sanidad, Innovación y Hacienda en el punto de mira y, quizá, también el área de Política Territorial.

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