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Dejad que los niños valencianos se acerquen al rock y el teatro: el auge de la cultura para la infancia
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Dejad que los niños valencianos se acerquen al rock y el teatro: el auge de la cultura para la infancia

Los espectáculos creados para el público familiar se consolidan como parte relevante de la cartelera y la escena cultural de Valencia. El teatro y el rock triunfan entre los más pequeños

Foto: Festival Menut Palau. (Palau de la Música de Valencia)
Festival Menut Palau. (Palau de la Música de Valencia)

Es complicado enfocar con objetividad acerca de las virtudes y los logros de las sociedades civiles contemporáneas para con la infancia, mientras las pantallas reflejan diariamente las atrocidades sufridas por los menores en Gaza. Sin embargo, pese a Hiroshima, Dresde, el genocidio armenio, el Holocausto judío, Etiopía, Srebrenica, Ruanda, Palestina o Ucrania, la contemporaneidad es el momento menos malo para nacer desde el inicio de la humanidad.

El trabajo de niños en minería, industria, talleres, fundiciones, servicio doméstico, pesca y agricultura fue algo usual y aceptado hasta bien entrado el siglo XX en España. La primera ley del trabajo, promulgada por el ministro Eduardo Benot en 1873, durante la I República Española, hizo hincapié en la protección del menor. Su incumplimiento fue la norma tanto por patronos como por los propios familiares.

La ley Dato, de 1900, tampoco mejoró en exceso la calidad de vida infantil. Durante la II República se prohibió todo el trabajo infantil hasta los 14 años, aunque la falta de inspectores hizo inviable su abolición real. La ley de Contrato de Trabajo del gobierno franquista de 1944 anuló el decreto republicano y, aunque mantuvo la prohibición de trabajar a los menores de 14 años, sí lo permitía en el sector agrario y en los talleres familiares, según expone la obra del historiador José María Borrás, El trabajo infantil en España (1750-1950).

Foto: Sito Rueda, en los Viveros de Valencia, en una imagen de 1984. (Cedida)

En la actualidad, exceptuando la amenaza real a la vivienda digna y la evidente necesidad de inversión en los servicios sociales, la infancia valenciana y estatal gozan de la protección y los derechos conquistados por los ciudadanos de las democracias europeas plenas desde la segunda mitad del siglo XX. La cultura creada y dirigida a la infancia desde la iniciativa privada valenciana y con el apoyo de la administración pública y de la industria cultural experimenta un momento de expansión.

La flamante música familiar valenciana

La música familiar valenciana tiene en Carraixet, grupo no estrictamente de música infantil, pero con niñas cantando temas tradicionales, en los años 70, y en Paco Muñoz, durante los años ochenta, sus antecedentes necesarios. Durante la última década, los nombres se han multiplicado de tal modo que los Premios Carles Santos de la Música Valenciana crearon una categoría para este género por donde han desfilado Dani Miquel, Canta Canalla, Ramonets, Marcel El Marcià, Trobadorets, La POP, Sedajazz Kids Band o Èlia Casanova, entre otros.

placeholder Beatles for Kids. (Cedida)
Beatles for Kids. (Cedida)

El grupo de rock valenciano Tin Robots comenzó su andadura musical alrededor del año 2016. Hicieron carrera gracias a los concursos para bandas noveles como Sona La Dipu o Emergents al Palau, lo que les permitió mantenerse como agitadores de la escena local durante algún tiempo. Al tener familia y cambiar de vida, sus miembros vieron la posibilidad de educar con la música; hace un lustro, el fundador del combo, Emili Gascón (Valencia, 1974), dio un giro al proyecto para rebautizarlo como Tin Robots play Beatles for Kids, y actualmente se les conoce sencillamente como Beatles for Kids.

"Intentamos aportar calidad y profesionalidad al ocio infantil. Esto no es un cantajuegos haciendo karaoke; aquí trabajamos el nivel escenográfico, el vestuario, la logística y apostamos fuerte: los nanos y las familias reciben calidad. Yo soy profesor, hay pedagogos en la banda, por lo que la vertiente educativa viene de serie. El ocio en familia está de moda. Se está posicionando bien en todas las carteleras, en casi todos los festivales de música se incluye ya programación familiar por el día para que las familias puedan asistir con los nanos. De hecho, ya estamos contratando fechas para este verano".

Foto: Claustro de La Nau. (Cedida)

Beatles for Kids es un espectáculo que ha llegado a diversos institutos de educación secundaria, salas de concierto valencianas y festivales especializados en música familiar como Menut Palau, del Palau de la Música de Valencia. En 2016, Glòria Tello, entonces concejal de Cultura del Ayuntamiento de Valencia, dio una vuelta al concepto de música infantil en las políticas del consistorio, hasta entonces volcadas en los espectáculos Disney, y abrió las puertas del gran contenedor cultural de la ciudad a los artistas locales especializados en ofrecer música a los valencianos más pequeños. "Se nos trata muy bien en el negocio, a las bandas de música familiar que ofrecemos este tipo de espectáculos se nos contrata habitualmente en mejores condiciones técnicas y administrativas que en el entorno del ocio nocturno: mediante contrato y con la legalidad vigente, debido a que los contratantes suelen ser corporaciones, ayuntamientos y administraciones. Es una vertiente musical que va a crecer mucho en los próximos años", indica Emili.

Foto: Napo Beltrán, de Arena Auditorium Valencia, BB King y Julio Martí. (Cedida: Flaco García Poveda)

Al igual que los carismáticos Ramonets, ídolos de padres e hijos desde hace casi una década realizando versiones libérrimas del grupo punk estadounidense Ramones, Beatles for Kids tampoco es un tributo al uso. "No nos dedicamos a copiar la imagen del grupo de Liverpool ni a interpretar sus canciones miméticamente sino que usamos su vasta discografía para moldearla. Lo que hacemos es utilizar como pretexto el repertorio de una enorme banda que tiene una estética y una escenografía muy adaptables al mundo infantil, para montar un show muy completo", concluye Gascón.

El nuevo teatro valenciano para primera infancia

La dramaturga Kika Garcelán (Puçol, 1982) estrenará este mes en la sala L'Horta su obra para primera infancia Toca, toca. Un proyecto escénico para bebés de 0 a 3 años. La idea surge de la compañía L’Horta Teatre que observa cómo crecen las propuestas para este tipo de público específico. "Como compañía que dedica gran parte de su creación al teatro familiar, se sienten apelados a investigar este terreno. Ellos mismos cuentan en su programación con espectáculos con el mismo carácter. Bola fue la primera propuesta para primera infancia de la compañía y dada la buena acogida, enseguida surgió el impulso de continuar esta línea de investigación".

La oferta cultural para niños es un campo en expansión, cada vez se crea más para este público y los espacios programan más actividades. Valencia siempre ha sido referente en la creación para la infancia, pero en los últimos años se ha afianzado el interés por los más pequeños. "En este tipo de proyectos, donde no se parte de un texto, se trabaja desde la investigación en la sala de ensayo. En la primera fase trabajamos el tacto como sentido a explorar, los tejidos como materia con la que relacionarse y el proceso de verticalización de los primeros años de vida como inspiración para el movimiento", argumenta Garcelán.

placeholder Concierto de Ramonets. (Feretes i cançonetes)
Concierto de Ramonets. (Feretes i cançonetes)

Es así como la sala de ensayo se convierte en un espacio de juego y de propuesta. La participación de Pau Blanco, ayudante de dirección, Sara Espinar, asistente coreográfica y David Alarcón, compositor musical, en las propuestas de juego es fundamental para encaminar la propuesta. "Mediante la observación del resultado de esta investigación, comienza el proceso de escritura, de creación de una partitura de juego que los intérpretes, Glòria Roman y Francesc Romeu, reproducen en escena", comenta la autora, "esta partitura se va trabajando hasta llegar a la propuesta final teniendo en cuenta las impresiones del equipo".

La interacción con los niños y las niñas se da en el proceso de creación, en donde generan diferentes encuentros para observar los intereses, dinámicas de juego y reacciones a las escenas que les proponen. "Durante la representación existen varios momentos de participación y cada día son diferentes, como en cualquier representación. Tenemos previstas diferentes posibilidades sobre lo que puede suceder en este momento, pero este público tan especial siempre nos sorprende", concluye Kika.

Es complicado enfocar con objetividad acerca de las virtudes y los logros de las sociedades civiles contemporáneas para con la infancia, mientras las pantallas reflejan diariamente las atrocidades sufridas por los menores en Gaza. Sin embargo, pese a Hiroshima, Dresde, el genocidio armenio, el Holocausto judío, Etiopía, Srebrenica, Ruanda, Palestina o Ucrania, la contemporaneidad es el momento menos malo para nacer desde el inicio de la humanidad.

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