Cuando el hip hop llegó a Valencia: 40 años de chándales, grafitis y concursos de baile

En mayo de 1954, Bill Haley publicó la canción Rock Around The Clock. Hoy considerada el punto fundacional del rock 'n' roll en la historia de la música, el tema pasó desapercibido en las listas de éxitos y en la sociedad civil estadounidense hasta que, en marzo de 1955, el director cinematográfico Richard Brooks la utilizó como tema de inicio de su película Semilla de maldad. El cine ejerció como difusor del nuevo estilo musical y amplificó su mensaje para convertirlo en un fenómeno de masas.

De los cuatro elementos que en el Bronx neoyorquino de los años setenta conformaron la cultura afroamericana del hip hop: la música de los deejays, el rap de los cantantes (MC'S), el breakdance y los grafitis, el baile fue el primero que llegó al territorio valenciano, y español, como moda fulgurante entre la juventud autóctona en los primeros años ochenta. Entre 1983 y 1986, el estreno en los cines valencianos de los films estadounidenses Beat Street y Breakdance la presencia en el programa televisivo Un, dos, tres del grupo de baile South City Breakers, y los concursos de breakdance en el musical Tocata propulsaron la cultura hip hop entre una nueva generación.

Sito Rueda nació en 1970 y se crio entre el Pont de Fusta, la calle Bilbao y la avenida Primado Reig de Valencia. "Iba a la explanada de Viveros a bailar breakdance en 1983 y el resto no se atrevía a hacerlo y miraba. Ahí empezó todo para mí, aunque entiendo que en otros barrios de la ciudad más chavales hacían lo mismo que yo. En Alicante y Castellón, en aquel mismo instante, hubo otros bailando. Al tiempo, empezaron a congregarse a mi alrededor, unos amigos me siguieron y se fueron uniendo otros chavales, hasta que al cabo de unos meses la pista de Viveros se llenó. Haciendo amigos en la pista formamos los grupos de baile para presentarnos al concurso de 'Tocata', bien uniformados con los chándales, las gorras y la coreografía".

La finca Iturbi, en el sureño barrio valenciano de Malilla, separada de las líneas ferroviarias por un muro, que a partir de la segunda mitad de los años ochenta se colmaría de grafitis, fue otro punto fundacional del hip hop local. "Un grupo de chavales de Iturbi, en el barrio de Malilla, llamados Break Ground, y yo empezamos esta movida, también andaban por allí un dúo de chicas de Iturbi, llamadas Terpsícore, que mezclaban break con danza al estilo de la película Flashdance. A los 13 o 14 años me interesé por la música negra, compraba vinilos, los amigos mayores me colaban en Dream's Village de Pinedo para bailar. En Valencia había poca cosa, así que me busqué la vida para conocer mejor la cultura: viajaba a Alicante, donde sí había jaleo de verdad y un grupo de breakers suizos movían bien el asunto, o me iba a Plaza Universidad en Barcelona o a bailar con los Madrid City Breakers. Claro, después volvía a Valencia y era el único que hacía molinos olímpicos bailando", recuerda el pionero valenciano.

Las conexiones con el turismo internacional y el madrileño, y las inquietudes de la juventud de los barrios obreros de Alicante convirtieron a la urbe en un potente foco para el ascenso de la cultura hip hop en España, quizá solo superada en relevancia por Madrid y Barcelona en los años ochenta. El precursor Rachid Baggasse Kamikaze, después miembro de El Club de Los Poetas Violentos, bailaba break en los alicantinos Grazy Beat. Loco 13 y Tom Rock pintaban los primeros grafitis y MC Lee aparecía como uno de los primeros raperos de todo el país. Mientras, en la capital, Hamo, Verso, Tomy G. y Sr. Sito fundaban el colectivo Parnaso Posse, en 1986: el primer grupo de escritores, breakers, mc's y deejays de la cultura hip hop en la ciudad de Valencia.

Pese a que las comarcas de la provincia de Castellón pudieran aparecer como focos secundarios en el relato autonómico sobre los orígenes de la cultura hiphopera, son el único punto del territorio valenciano que ha sido objeto de un estudio historiográfico riguroso hasta la fecha. En 2023, MC Alberto y Sergio Esteve publicaron Un viatge per les parets de Borriana a Vinaròs: Orígens del Grafiti a Castelló, obra fundamental para comprender el movimiento cultural castellonense y su importancia global en el conjunto valenciano.

MC Alberto (Castelló de La Plana, 1976) es un histórico del hip hop y coautor de un proyecto de cuarenta años de investigación y recopilación de material que se recoge en más de 400 páginas. “La irrupción en Castellón, tanto del graffiti como del hip hop, fue de manera espontánea, inocente, y creamos cultura hip hop de la nada. En la capital teníamos los extintos Cine Azul y Cines Casalta, donde se estrenaron en 1984 las películas Beat Street y Breakdance, también en Burriana el Cine Payà, que, junto a la música de importación de Discos Ritmo, Discos Medicinales o Zic Zac Import Records, fueron nuestra mayor vía de acceso al hip hop, al igual que las clases que ya impartía Francis Monferrer en 1983 en la escuela de baile Castellón Bougis, o las sesiones que realizaba Freddy Modu en diferentes discotecas de la provincia”.

En A todo break, la sección del programa Tocata dedicada al concurso de bailar breakdance, Castellón también tuvo a sus representantes, Electric Bougis Breakers, que además ganaron y fueron los campeones a nivel estatal. "Los orígenes tanto del grafiti como de la cultura hip hop en la provincia de Castellón, se sitúan en una tríada, principalmente destacando tres focos, empezando por la capital de La Plana Baixa, Borriana, pasando por Castellón de la Plana, hasta llegar a Vinaròs", concluye el escritor.