El plan más arriesgado de Puigdemont: cruzar la frontera escoltado por cientos de fieles

A Carles Puigdemont le gusta la épica. Cada una de sus decisiones obedece a una obsesión, para algunos desmedida, de pasar a la historia. Lo hizo con su huida agazapado en un coche el 30 de octubre de 2017 tras haber declarado la independencia de Cataluña durante unos minutos. En las próximas horas anunciará desde el Ayuntamiento de Elna en la frontera de Francia que será el candidato de Junts a las elecciones del 12 de mayo. Desde que ERC formalizase el adelanto electoral su equipo ha estado trabajando en el retorno a España. Se han medido los riesgos de una previsible detención dado que la amnistía no estará en vigor, pero con igual intensidad se prepara la puesta en escena de su “Ja torno a ser aquí” ("Ya vuelvo a estar aquí").

El expresident catalán quiere emular a Francesc Macià. Su plan pasaría por cruzar la frontera escoltado por centenares de fieles, según ha podido saber El Confidencial de fuentes cercanas al prófugo. Columnas de independentistas que le arroparan como en el conocido complot de Prats de Molló cuando Macià intentó una invasión militar de Cataluña en 1926. Recrear sin armas aquel golpe fallido. La performance busca no solo acaparar titulares y amenazar el liderazgo independentista a ERC, sino lanzar un órdago al Gobierno de Pedro Sánchez en particular y al Estado en general. ¿Serán capaces de detener a un candidato cuya amnistía ha promovido el Ejecutivo? La pregunta que lanzan desde Waterloo a priori no tiene matices jurídicos, pero sí políticos.

Con la amnistía estancada en el Senado, la orden de detención contra Puigdemont que cursó el juez Pablo Llarena sigue vigente. Su intención es estar en España el primer día de la campaña que arranca el 26 de abril, aunque desde su equipo puntualizan que lo único seguro es que “volverá”, dejando abierto que lo haga en cualquier momento de los quince días previos a la fecha de la votación. Con esta decisión, que adelantó su abogado Gonzalo Boye, asume el riesgo de ser detenido. Su cálculo es que estaría en prisión un máximo de dos meses hasta que se publicase en el Boletín Oficial del Estado la ley de amnistía. Desde el Tribunal Supremo recuerdan que está pendiente la causa por terrorismo del caso Tsunami, lo que podría “trastocar” las cábalas del líder de Junts.

Pese a que la medida de gracia aún no está en vigor, el expresidente puede concurrir a los comicios como ya hizo en las de 2021, cuando lideró la lista de los neoconvergentes acompañado de la presidenta del partido, Laura Borràs, que fue finalmente la candidata efectiva. La entonces número dos está condenada a cuatro años y medio de cárcel y a nueve de inhabilitación por falsedad documental y prevaricación cuando estaba al frente del departamento de Cultura de la Generalitat. Pese a que estuvo en las negociaciones con el PSOE para la investidura, Borràs ya no cuenta con el respaldo de Puigdemont. La nueva mujer fuerte es la portavoz en el Congreso, Míriam Nogueras.

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Puigdemont también parece dispuesto a renunciar a repetir como cabeza de lista a las europeas del 9 de junio. Su planteamiento inicial era seguir en Bruselas, pero las presiones a nivel interno de Junts le han llevado a asumir el papel de “mártir de la causa”. El 16 se oficializará su candidatura. En la lista le acompañarán todo tipo de perfiles. Pretende integrar a exconvergentes, ex-Unió, empresarios procedentes del FemCat e, incluso, alguna estrella televisiva de TV3. El nombre que más suena en estos momentos es el de Antoni Bassas. En clave política se especula con que el expresidente, Artur Mas, pueda estar presente de alguna forma para arropar el proyecto. Desde su entorno han venido señalando que no quiere volver a la política.

La estrategia de Junts pasa por exprimir el denominado “efecto Puigdemont” para sacudir unas encuestas que en este momento le colocan en tercera posición por detrás del PSC y ERC. El último CEO de noviembre disparaba hasta los 42 diputados a Salvador Illa con ERC en 32 y Junts en 21. Los junteros ven factible colocarse como primera fuerza si finalmente el líder es encarcelado. “Viene para ser detenido”, predican los suyos como ya hicieron en 2017. ¿Puede ser nuevamente un órdago el anunciado retorno? En Waterloo mantiene que “es la única salida” e insisten en que será president “sí o sí”. Aquí entra la presión a Sánchez. Como ya publicó este periódico, entre los escenarios que baraja el prófugo está exigir al presidente del Gobierno que le dé sus votos para volver a ocupar la Generalitat. En ningún caso permitirá que el PSC y ERC le dejen fuera de la ecuación.

Opinión

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Bajo el brazo se guardan los asesores de Puigdemont la baza de la presión internacional. Una imagen del líder de Junts detenido entre multitud de seguidores y siendo aún eurodiputado tendría un fuerte impacto. Desde el Supremo siempre han reconocido una cierta “incomprensión” por parte de sus compañeros europeos en la lucha contra el procés. La batalla mediática está perdida y desde el alto tribunal consideran que la judicial también, aunque recurrirán la amnistía ante el Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE). En Waterloo no hay margen para la improvisación. No en vano, el anuncio de la candidatura se hace en Elna donde se imprimieron millones de papeletas y las urnas se escondieron en un almacén de una localidad cercana para el 1-O.