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Puigdemont planea un nuevo órdago a Sánchez: que el PSC le haga president
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ELECCIONES EN CATALUÑA

Puigdemont planea un nuevo órdago a Sánchez: que el PSC le haga president

El líder de Junts usará como arma electoral una posible detención. Espera remontar en los sondeos y desde su entorno ya deslizan que exigirá "investidura por investidura" en las elecciones catalanas

Foto: Carles Puigdemont, en un acto político este sábado. (EFE/David Borrat)
Carles Puigdemont, en un acto político este sábado. (EFE/David Borrat)
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"Asumo la responsabilidad del bloqueo", solemnizaba el pasado martes Pere Aragonés, para anunciar el adelanto electoral en Cataluña. La convocatoria para el 12 de mayo ha sorprendido y soliviantado a Carles Puigdemont, según reconocen en su círculo más cercano. En la particular guerra entre el prófugo y Oriol Junqueras, el último se anotaba esta vez un tanto. En política el factor sorpresa es siempre una ventaja. La primera reacción de los exconvergentes fue en clave conspiranoica: Moncloa y ERC habían pactado trastocar el calendario para evitar que el expresidente pudiera ser candidato. El cálculo es que la amnistía no estará publicada en el Boletín Oficial del Estado hasta finales de mayo o junio. La campaña electoral arranca el 26 de abril. ¿Se atrevería a regresar a España a riesgo de ser detenido? La respuesta es sí e incluso plantea el horizonte de intercambiar "investidura por investidura".

Lo adelantaba su abogado Gonzalo Boye. Será candidato y, supuestamente, hará mítines en Cataluña pese a exponerse a ser arrestado. La inmunidad como eurodiputado no le blinda dentro de nuestras fronteras, donde sigue activa la orden de busca y captura del juez Pablo Llarena. Detrás de esta declaración de intenciones hay una estrategia que pasa por convertir la adversidad en una oportunidad electoral. "Aragonés ha calculado la fecha electoral para perjudicar a Puigdemont, pero ha cometido el error de su vida", advierten fuentes cercanas al líder de Junts, que ven incluso en su posible detención una baza para aglutinar al votante independentista y "hundir" a ERC.

Hasta este momento, Puigdemont ha tenido dudas sobre si encabezar la lista a las catalanas. En Junts le pedían que diese el paso al frente, pero con la carta de candidatos alternativos que pasaban desde Jordi Turull a la portavoz en el Congreso, Miriam Nogueras, en función de la situación judicial del primero. Lo más inmediato eran las elecciones al Parlamento Europeo. Manejaba sus propios tiempos. Tras superar la crisis de la amnistía con Moncloa tocaba elevar el tono con el referéndum y las exigencias de cara a la negociación de los Presupuestos. La previsión era volver en julio con la seguridad de que la medida de gracia le garantizaba la libre circulación. Incluso en caso de ser recurrida ante el Tribunal Europeo de Justicia (TJUE) las medidas cautelares decaerían, según reconocían desde el Supremo.

"Viene para ser detenido", explican quienes conocen al de Waterloo y su "obsesión" por recuperar la Generalitat. Los sondeos colocan a Junts como tercera fuerza, muy por detrás de ERC y el PSC, que volvería a ganar. Los junteros ven en la vuelta del "mártir" un revulsivo para su electorado que puede acabar colocándoles por encima de los republicanos. El estudio de noviembre del CEO catalán daba 42 escaños a los socialistas, 32 a ERC y 21 a Junts. A priori, Salvador Illa intentaría reeditar un tripartito de izquierdas con los republicanos y los comunes, que pese a caer por debajo del PP aportarían 12 diputados.

Aunque Illa tenga una victoria holgada, cualquier movimiento que deje al margen a Puigdemont supondrá una amenaza para Sánchez

Si Puigdemont se coloca como segunda fuerza o rompe el tablero y gana los comicios, hay quienes vaticinan que exigirá a Pedro Sánchez un quid pro quo para que los socialistas le apoyen en el Parlamento catalán como pago por los siete votos en la investidura del socialista. En este momento la ecuación suena imposible, pero quienes hablan a diario con él argumentan este órdago desde una cuestión casi vital: "¿Qué otro camino tiene?". Para Moncloa la situación es endiablada. Aunque Salvador Illa tenga una victoria holgada, cualquier movimiento que deje al margen a Puigdemont supondrá una amenaza para la mayoría socialista en Madrid. "Si tiene que sacrificar a Illa para mantenerse en el poder, lo hará", ironizan desde Waterloo, donde insisten en que "sólo Sánchez sabe cómo juega Puigdemont".

El presidente del Gobierno necesitará los voto de Junts y ERC para aprobar los Presupuestos de 2025 y atar una legislatura que se complica cada vez más. La amnistía que era la vía para que "Junts vuelva a hacer política" está ya amortizada. El resultado del 12 de mayo lo condicionará todo pese a que el argumentario oficial de los ministros sea que el Gobierno agotará los cuatro años. La certeza a día de hoy es la misma que tenían cuando el fin de semana adelantaban que habría cuentas este año.

El equipo jurídico de Puigdemont ya está trabajando en todos los escenarios. Si es arrestado al entrar en España volverán al discurso del "Estado represor" y las miradas se volverán hacia Sánchez, que ha venido defendiendo que la "judicialización" del procés había sido un error. La base del discurso alrededor del que se ha sustentado la amnistía quedaría en entredicho. El prófugo es consciente de estas contradicciones y del choque de poderes que podría desencadenar su regreso. Él también hará de la necesidad virtud.

"Asumo la responsabilidad del bloqueo", solemnizaba el pasado martes Pere Aragonés, para anunciar el adelanto electoral en Cataluña. La convocatoria para el 12 de mayo ha sorprendido y soliviantado a Carles Puigdemont, según reconocen en su círculo más cercano. En la particular guerra entre el prófugo y Oriol Junqueras, el último se anotaba esta vez un tanto. En política el factor sorpresa es siempre una ventaja. La primera reacción de los exconvergentes fue en clave conspiranoica: Moncloa y ERC habían pactado trastocar el calendario para evitar que el expresidente pudiera ser candidato. El cálculo es que la amnistía no estará publicada en el Boletín Oficial del Estado hasta finales de mayo o junio. La campaña electoral arranca el 26 de abril. ¿Se atrevería a regresar a España a riesgo de ser detenido? La respuesta es sí e incluso plantea el horizonte de intercambiar "investidura por investidura".

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