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Míriam Nogueras, olfato para el poder: de protegida de Turull a terminal de Puigdemont
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Perfil de la nueva estrella de Junts

Míriam Nogueras, olfato para el poder: de protegida de Turull a terminal de Puigdemont

La portavoz en el Congreso de JxCAT asume el siempre sufrido rol de musa del independentismo, solo que ella es de otra pasta que predecesoras como Elsa Artadi

Foto: Míriam Nogueras, en el Congreso en la última votación de la amnistía. (Reuters)
Míriam Nogueras, en el Congreso en la última votación de la amnistía. (Reuters)

"Usted no es el presidente del Gobierno, la presidenta del Gobierno es Míriam Nogueras, de Junts, la correveidile de Puigdemont", le espetó el presidente de Vox, Santiago Abascal, a Pedro Sánchez en la sesión de control de esta semana. Sobre la aseveración del líder de Vox, se podría decir aquello que replicó Mark Twain cuando la prensa publicó por error su fallecimiento: "Las noticias sobre mi muerte son exageradas".

El independentismo necesita tener una musa. Retirada Elsa Artadi, inhabilitada Laura Borràs, quien asume este rol ahora es Míriam Nogueras, portavoz en el Congreso de JxCAT. Pasar de Artadi a Nogueras en siete años dice mucho de cómo le ha ido al movimiento tras la debacle de 2017. De la niña bien del upper side barcelonés a una pija de provincias. De Harvard a no haber acabado la carrera de Comunicación Audiovisual. Porque la principal cualidad de Nogueras ha sido y es su olfato. En el inicio de su carrera detectó a Jordi Turull como foco de poder orgánico y luego acabó virando hacia Carles Puigdemont, convirtiéndose en su terminal en los Cortes. Nogueras es más que la representante de JxCAT, es la voz de Waterloo en Madrid. Puro olfato político.

El peso de Nogueras es tal que incluso cuando está ausente, como pasó en el último pleno del Congreso el pasado mes de febrero, su ausencia se hace notar. Alberto Núñez Feijóo hizo referencia a ella, cuyo escaño había quedado vacío, hace más de un mes, ahondando en el mito Nogueras. "Usted solo mostraría interés por el campo si Nogueras fuera agricultora o Puigdemont llevara un tractor" y otra, insistir hasta la saciedad que Sánchez es un presidente teledirigido desde Waterloo", clamó el líder de la oposición desde la tribuna. Nogueras, situada al mismísimo nivel que el expresidente catalán huido.

Hay voces que aseguran que Nogueras optará a presidir la Generalitat, pero Nogueras aguanta mal la presión. Hizo la campaña de las generales a medio gas. Y redujo su presencia en los medios incapaz de asumir el juego de réplicas y discursos articulados al que siempre obligan a un candidato los 15 días previos a una votación. Además, Puigdemont se lo jugará todo el 12 de mayo.

Foto: Santos Cerdán en Suiza en una imagen de archivo. (EFE)

Nogueras se fogueó en el movimiento antipeajes. El “No vull pagar”. Si los catalanes tenemos convertida ahora una infraestructura básica como la AP-7 en un carril bici gigante plagado de accidentes mortales es gracias a las buenas intenciones de gente como Míriam Nogueras. Su carrera es el resumen perfecto de la política catalana: a ella le va bien y al conjunto del país cada vez peor. Su virtud es su dureza. En Artadi y Borràs primaban siempre aspectos sentimentales. Nogueras, en cambio, nunca duda.

Como activista antipeajes consiguió que Jordi Turull la recibiese en el Parlament. Y ahí se inició su carrera política. Turull la colocó en la lista que encabezaba Francesc Homs en 2015 para las generales en un partido que necesitaba cumplir con la paridad. Es decir, Nogueras ya sabe lo que es la política en Madrid. Es su tercera legislatura. Sus recientes críticas a los jueces desde la tribuna de oradores no es por bisoñez, sino porque opera como altavoz directo de lo que dicta Puigdemont desde Bruselas.

placeholder Miriam Nogueras (c) celebra con las diputadas de ERC Pilar Vallugera (i) y Teresa Jordá (d) la aprobación de la ley de amnistía, en el Congreso. (EFE/Zipi)
Miriam Nogueras (c) celebra con las diputadas de ERC Pilar Vallugera (i) y Teresa Jordá (d) la aprobación de la ley de amnistía, en el Congreso. (EFE/Zipi)

Nogueras ha sabido leer todos los momentos del procés. Su origen político viene de estar con Joan Canadell en el Centre Català de Negocis, la agrupación de empresarios independentistas que hoy está más cerca de la alcaldesa de Ripoll. Nogueras se curtió en el activismo y el nacionalismo más esencialista. Además, hija de empresarios textiles de Dosrius (Maresme), había iniciado diversos negocios como emprendedora. Por eso se mostraba tan cómoda en campaña cuando Puigdemont prometía que iba a bloquear la elección de cualquier presidente de España. Pero no hay que dejarse engañar. El sentido que prima es el olfato. Así, si un día toca votar amnistía, se vota. Si otro día toca tumbar la misma amnistía, se tumba.

Nogueras cumplió con todos los pasos del vía crucis indepe tras 2017. Empezó en el PDeCAT, pasó por la Crida y acabó en JxCAT, siempre alineada con el verdadero poder del partido. Al principio Turull y ahora con Puigdemont.

Defensa y Economía

No se le conocen ideas propias en política, más allá de una inexplicable pasión por Armenia, que demostró en diversas mociones en el Congreso. En todo caso, su enfoque por los temas internacionales pasa por la óptica de Defensa y la geopolítica. En 2020 hizo un curso en el Centro Superior de Estudios de la Defensa Nacional (Ceseden) y al que se accedía por invitación del jefe del Estado mayor de la Defensa (JEMAD), Miguel Ángel Villarroya. Entre sus compañeros de curso, Javier Ortega Smith (Vox), Miguel Gutiérrez (Ciudadanos) y militares y agentes de la Guardia Civil. Habla buen inglés.

Esta legislatura lleva los temas económicos del Congreso. Su iniciativa de una reforma de la Ley de Sociedades de Capital para incentivar en materia fiscal a las empresas que tengan su sede en Cataluña ha sido muy mal recibida tanto por los empresarios catalanes como por el propio Gobierno. No parece que vaya a prosperar. Su propio partido ha dejado de hacer bandera de la cuestión.

Foto: El expresident de la Generalitat Carles Puigdemont busca garantizar su posibilidad de ocupar un cargo público. (EFE/David Borrat)

Pero una vez más esto no va de leyes ni de proyectos. Madrid ha detectado su olfato y ha centrado su mirada en Míriam Nogueras para descifrar las idas y venidas de Puigdemont. Primero bloqueo, luego pacto, ahora ruptura. Nogueras se ha convertido en la veleta que escruta la política española para saber de dónde sopla el viento en Cataluña. Den el giro que den en Waterloo, ella ejerce de fiel correa de transmisión.

Nogueras no pertenece al núcleo decisorio de Junts, limitado a Puigdemont, Turull y el abogado Gonzalo Boye. Pero ejerce de sibila de ese poder que Madrid no entiende y, en los últimos días tras el estrambótico trámite parlamentario de la amnistía, buena parte de Cataluña tampoco.

Madrid es Babilonia

Casada con un piloto de helicóptero, con dos hijos, Nogueras vive en Cardedeu, de donde fue concejal, y juega al futbol con un equipo de veteranas de esa localidad. También esquía en Baqueira. Es esa Cataluña a 43 kilómetros de Barcelona. Que desconfía de Madrid porque tampoco se ha fiado nunca del mundo capitalino barcelonés. En muchos sentidos, su vida es un cliché del independentismo. Chalet de ruralidad impostada porque la ciudad es Babilonia. Resulta fácil imaginarse a Nogueras cada viernes volviendo de Madrid como una Lot en versión femenina, convencida de que lo mejor es no mirar atrás.

Su relación con ERC es mala, aunque mantiene puentes con Teresa Jordà, la exconsellera de Agricultura que ahora también es diputada en Madrid. Además de olfato tuvo fortuna. La caída de Borràs le dejó todo el campo libre en el Congreso. Nogueras nunca se creyó las palabras de Puigdemont sobre su retirada. Su instinto no la engañó entonces y le ha servido para convertirse en la nueva estrella al alza de su partido. Lo mejor es que no tiene que justificar sus idas y venidas ideológicas. Ha sido el destino de las musas independentistas, pasar de la inspiración a la obediencia ciega.

"Usted no es el presidente del Gobierno, la presidenta del Gobierno es Míriam Nogueras, de Junts, la correveidile de Puigdemont", le espetó el presidente de Vox, Santiago Abascal, a Pedro Sánchez en la sesión de control de esta semana. Sobre la aseveración del líder de Vox, se podría decir aquello que replicó Mark Twain cuando la prensa publicó por error su fallecimiento: "Las noticias sobre mi muerte son exageradas".

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