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Elsa Artadi, princesa rebelde a sueldo del 155
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De doctorada en Harvard a nueva musa del independentismo

Elsa Artadi, princesa rebelde a sueldo del 155

Renegar en público de la suspensión de la autonomía no le ha impedido percibir un salario bruto anual de 82.209,94 euros como directora general de coordinación interdepartamental

Foto: La directora de campaña de Junts per Catalunya, Elsa Artadi. (EFE)
La directora de campaña de Junts per Catalunya, Elsa Artadi. (EFE)

Todas la princesas tienen un padre. Es uno de los mantras que recoge el trabajo sobre el valor simbólico de los cuentos de hadas de Vladimir Propp. La economista y número 10 por Barcelona en la lista de JxCAT, Elsa Artadi, no ha tenido un padre político. Ha tenido tres. Y como en los cuentos, sus padres son importantes y explican muchas cosas. El economista Andreu Mas-Colell la trajo a la Generalitat, el expresidente de la Generalitat, Artur Mas, la llevó al Palau; y el actual candidato en el exilio, Carles Puigdemont, la ha convertido en su mascarón de proa en Cataluña a falta de él mismo, ubicado en Bruselas, con lo que le ha otorgado su bautismo político al darle la dirección de la campaña.

"El caos es una escalera" fue una de las divisas de Lord Baelish, uno de los malos de 'Juego de Tronos'. Cual fiel seguidora de la misma, Elsa Artadi ha sabido aprovechar el caos de los últimos años en Cataluña para ir prosperando. La marcha de Mas-Colell le sirvió para ir a Presidencia, con Mas en 2015. Y que Mas fuera ajusticiado de forma inesperada por la CUP le permitió entrar en el grupo de altos cargos que el expresidente dejó blindados en la administración tras su marcha. De ahí a ganarse un hueco a la derecha de Puigdemont solo había un paso. Cada vez que cambiaba de padre se perdía nivel en el currículum académico del protector político, no en vano ha pasado en pocos años de ser la estrecha colaborada de Mas-Colell, candidato al premio Nobel de Economía, a la persona de confianza de Carles Puigdemont, que ni siquiera acabó la carrera de Periodismo. Pero a más menguaba el nivel académico de sus mentores, más se disparaba su carrera política.

Erró el poeta Gil Scott Heron asegurando que "la revolución no será televisada". La 'revolució del somriures' –revolución de la sonrisas– de Cataluña lo ha sido. Y en el caso catalán, la revolución será subvencionada o no será. Elsa Artadi es un buen ejemplo de ello. En la precampaña Artadi ha mostrado el convencimiento de que el 21-D hará evidente "con mucha claridad" que la sociedad catalana no está con el 155 ni con Mariano Rajoy. Es curioso, porque ella está cobrando del 155. Según consta en el portal de Transparencia de la Generalitat, Elsa Artadi percibe un salario bruto anual de 82.209,94 euros en calidad de directora general de coordinación interdepartamental adscrita al departamento de Presidencia.

placeholder Sueldo de Elsa Artadi. (EC)
Sueldo de Elsa Artadi. (EC)

Aunque el objetivo de su programa es que Puigdemont vuelva a Palau y que se levante la aplicación del 155, Artadi no ha dimitido. "Basta al 155 y a los recortes de la libertad" y defiende "la democracia, la legitimidad y la dignidad que nos han querido quitar y robar", tal y como clamó la candidata desde el canal 3/24. Habla de dignidad pero ella no ha dejado el puesto. Ahora bien, no se le puede exigir a Artadi la coherencia de la que carece todo el mundo en esta campaña. Si su cabeza de lista, Puigdemont, se considera el 'president' legítimo pero se presenta a unas elecciones presuntamente ilegítimas, si Carme Forcadell asume el 155 y luego acaba de número 4 de lista de ERC… pues solo se puede decir que Elsa Artadi está en línea.

Quién esconde a quién

Detrás de un extremista se esconde un oportunista, según le gustaba decir a Lenin. En el caso de Artadi resulta difícil saber si la extremista esconde a la oportunista o es al contrario. Dicen que cuando llegó a la conselleria de Economía con Mas-Colell no era independentista o no lo era tanto, pero se fue radicalizando con el tiempo. Antes del verano Artadi se hizo militante del PDeCAT. En aquel momento, a las puertas del 1-O parecía la mejor opción para su carrera política. Cinco meses después abandonó la militancia para integrarse como independiente en la lista de Puigdemont. Un breve paso que no ha sentado bien nada bien en el PDeCAT. Y menos después de que Artur Mas le hubiese encargado la ponencia política del último congreso. Fuentes cercanas al presidente del partido aseguran que Mas todavía tiene pendiente una conversación con Elsa Artadi. Hay temor también por el puesto que se le ha otorgado como directora de campaña, posición y encargo para los que carece de experiencia.

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Artadi y el responsable de imagen, Ramon Maria Piqué, presentan la imagen de Junts per Catalunya. (EFE)

Oscar Wilde escribió que le gustaban las mujeres con pasado y los hombres con futuro. El pasado de Artadi, a sus 46 años, es brillante. Doctora en Economía por Harvard, fue directora general de Tributos con Mas-Colell. Allí se le encargó lanzar 'la Grossa', la lotería navideña que tenía que competir con el Gordo de Navidad, uno de los imaginarios simbólicos que todavía mantiene España unida, incluso para los catalanes. El éxito de la experiencia fue discutible ya que el Gordo de Navidad sigue siendo mucho más mayoritario. Pero el independentismo y el simbolismo van de la mano en la política de hoy en Cataluña. Su pareja es Heribert Padrol, exdiputado de CiU en Madrid entre los años 2000 y 2002 y una de las personas de confianza de Artur Mas para temas fiscales.

Problemas con ERC

Como en el libro 'Como perder amigos', de Toby Young, esta trayectoria política ha tenido un precio. Elsa Artadi nunca ha gustado en ERC. Así, los pinchazos telefónicos a Lluís Salvadó, secretario de Hacienda con Oriol Junqueras, desvelaron que engañaban a Elsa Artadi sobre la verdadera situación de las estructuras de Estado, en relación a la independencia. Las mismas que el primer valedor de Artadi, Mas-Colell, anunciaba aquellos días que no estaban listas.

No es su único fracaso. También intentó que el operador chino Melco participara en BCN World. Pero los republicanos sabotearon su iniciativa y fue al final Hard Rock Café el que se llevó el gato al agua. Si ahora Elsa Artadi logra que Puigdemont sea la lista más votada, algo muy difícil, la princesa rebelde le podrá devolver a Junqueras todas estas afrentas. Pese a sus discretas intervenciones, esta campaña, que se prevé agria, puede despertar a la bella durmiente.

Todas la princesas tienen un padre. Es uno de los mantras que recoge el trabajo sobre el valor simbólico de los cuentos de hadas de Vladimir Propp. La economista y número 10 por Barcelona en la lista de JxCAT, Elsa Artadi, no ha tenido un padre político. Ha tenido tres. Y como en los cuentos, sus padres son importantes y explican muchas cosas. El economista Andreu Mas-Colell la trajo a la Generalitat, el expresidente de la Generalitat, Artur Mas, la llevó al Palau; y el actual candidato en el exilio, Carles Puigdemont, la ha convertido en su mascarón de proa en Cataluña a falta de él mismo, ubicado en Bruselas, con lo que le ha otorgado su bautismo político al darle la dirección de la campaña.

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