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Salvar 118 árboles de un parque emblemático: los vecinos de Barcelona que piden ayuda a Ribera
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CONFLICTO VECINAL

Salvar 118 árboles de un parque emblemático: los vecinos de Barcelona que piden ayuda a Ribera

Las asociaciones piden a la ministra "coherencia con el criterio que ha aplicado en Madrid" para salvar el único gran parque del Eixample Izquierdo, afectado por las obras de prolongación de los ferrocarriles

Foto: Vista aérea del barrio residencial del Eixample, en Barcelona. (Cedida)
Vista aérea del barrio residencial del Eixample, en Barcelona. (Cedida)

El Joan Miró de Barcelona es el último gran parque que queda en el barrio del Eixample Izquierdo. Se trata de un gran espacio verde formado por cuatro manzanas en las que viven árboles de más de 40 años. Es el pulmón del barrio en el que vecinos hacen deporte y actividades al aire libre. Pero una amenaza se cierne sobre él y los más de un centenar de árboles que lo habitan. Los vecinos se han movilizado y apuntan al Ministerio de Transición Ecológica, que dirige Teresa Ribera.

El antiguo matadero de Barcelona, hoy trasladado a Mercabarna, se transformó en parque en 1983 y poco después se colocó una gran escultura de Joan Miró, Mujer y pájaro, una de las más emblemáticas de la ciudad. Los árboles plantados entonces ya han sufrido talas a causa de la construcción de uno de los grandes depósitos pluviales de la capital catalana y la edificación del nuevo parque de bomberos. Ahora, 118 ejemplares de más de 40 años están sentenciados a muerte por las inminentes obras de prolongación de los Ferrocarriles de la Generalitat.

La Administración catalana y el ayuntamiento de la ciudad han acordado almacenar todos los escombros y arena de esta macro obra en el parque y convertirlo en la zona logística de los trabajos. El presidente de la asociación vecinal del barrio, Xavier Riu, es muy contundente: "No se trata de que los vecinos seamos egoístas, es un criterio de sostenibilidad". En su opinión, en una atmósfera de contaminación y altas temperaturas como la que existe en Barcelona, renunciar a un refugio climático como este es una "auténtica barbaridad".

Foto: Mossos d'esquadra desalojan la plaza Bonanova de Barcelona. (EFE/Alejandro García)

Las entidades defensoras del parque han firmado un manifiesto en el que reclaman "la ayuda de la ministra socialista de Transición Ecológica, Teresa Ribera, para evitar un despropósito irremediable". Piden que Ribera se involucre de igual manera que con las obras de la L11 del metro de Madrid, aunque en este caso no se trata de una zona protegida. Sin embargo, confían poco en que su solicitud prospere, ya que la ministra y el alcalde Jaume Collboni comparten militancia en el PSOE.

Los vecinos piden amparo

El presidente de la asociación de vecinos del Eixample Izquierda, Xavier Riu, sentencia: "Si no existiese el parque, se buscaría otra solución, no se pararían las obras". Desde la Plataforma son positivos, aunque las obras ya han empezado, los trabajos con la tuneladora no se prevén hasta 2025, lo que les da un margen suficiente hasta este verano para conseguir un cambio en la localización de la zona logística.

Luca Telloli, representante de la asociación ecologista Eixample Respira, explica que se han visto obligados a reclamar ayuda al Ministerio de Transición Ecológica ante la inacción de las instituciones catalanas: "A nivel regional no conseguimos soluciones, vamos a ver si queda un poco de coherencia en el Gobierno", explica Telloli e insiste que han intentado “hacerlo bien” pero ha sido imposible porque Generalitat y Ayuntamiento "no hace más que pasarse la pelota de unos a otros".

Las asociaciones denuncian que la decisión sobre el uso del parque la tomaron Generalitat y Ayuntamiento en 2014, pero de manera muy "silenciosa" y sin los criterios de sostenibilidad actuales. Insisten en que cuando se firmó el proyecto Barcelona no se encontraba en este estado de emergencia climática y que, por tanto, el proyecto está desactualizado.

La alternativa: ocupar Fira de Barcelona

La plataforma Salvemos el Parque Joan Miró insiste en que se han presentado diversas alternativas para poder mantener toda la arbolada del parque. Marta Miguel, representante de la AFA de la escuela Joan Miró situada en el perímetro del parque, explica que "no están en contra de la prolongación de la L8 de Ferrocarriles, sino de que se utilice el parque como escombrera, descartando cualquier otra opción".

Foto: La alcaldesa de Barcelona, Ada Colau (EFE)

La apuesta de las entidades, que han desarrollado junto a un equipo de arquitectos, es el uso del pabellón 2 de Fira de Barcelona, que se encuentra a la misma distancia que el parque de las obras y que consideran "un espacio poco utilizado que solo tiene eventos un par de fines de semana al año". Xavier Riu insiste en que Fira de Barcelona y el Ayuntamiento ya pactaron el uso de ese pabellón para la ciudad, puesto que la entidad "ha renunciado a ese espacio porque no tiene futuro".

El pabellón, de casi doce metros de altura, es muy diáfano y presenta pocas columnas, por lo que permitiría "encapsular todo el movimiento de tierras en un sitio cerrado, evitando contaminación acústica y, sobre todo, de partículas en suspensión", explica Riu. "Además, no necesitaría casi cambios, puesto que no haría falta ni quitar el techo". El representante vecinal insiste en que está convencido de que esta opción podría ser más barata y cómoda para la obra. "Cuando hablan de dinero, claro que el parque es la opción más económica, pero es porque no contabiliza los costes derivados en salud física y mental de los vecinos. Eso tiene un valor incalculable, pero como no son euros, no los tienen en cuenta".

Un lustro

El parque Joan Miró está situado a pocos metros de la Gran Vía, calle en la que empezará a actuar la gran maquinaria que debe abrir el túnel para prolongar la L8 de ferrocarriles que unirá las dos líneas actuales: la Llobregat-Anoia y la del Vallès-Barcelona. Las obras implican la construcción de un túnel de cuatro kilómetros que conectaría las estaciones de Plaza España y Gracia, además de crear tres nuevas estaciones y remodelar dos de las existentes.

Todo ello con un presupuesto de 300 millones de euros, sin contar los gastos de tareas de desvío de tráfico, servicios, etc. Con todo ello, el precio final de las obras ascendería hasta los 400 millones. La obra está prevista que dure 58 meses, casi cinco años, lo que implicaría que estuviesen acabadas en 2028. Una vez llegados a ese punto, faltará incorporar las infraestructuras ferroviarias al túnel y equipar las estaciones, por lo que en 2028 aún no estará en funcionamiento.

La Plataforma Salvem el Parc Joan Miró insiste en que los árboles son necesarios, puesto que se trata del distrito "más contaminado" y "más densamente poblado de la ciudad", ya que solo dispone de 2 metros cuadrados de verde por habitante, muy por debajo de la media de Barcelona, y a años luz de los 10 metros cuadrados por habitante que recomienda la Organización Mundial de la Salud.

El Joan Miró de Barcelona es el último gran parque que queda en el barrio del Eixample Izquierdo. Se trata de un gran espacio verde formado por cuatro manzanas en las que viven árboles de más de 40 años. Es el pulmón del barrio en el que vecinos hacen deporte y actividades al aire libre. Pero una amenaza se cierne sobre él y los más de un centenar de árboles que lo habitan. Los vecinos se han movilizado y apuntan al Ministerio de Transición Ecológica, que dirige Teresa Ribera.

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