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Colau, dispuesta a tirar por tierra los presupuestos de su exsocio Jaume Collboni
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Colau, dispuesta a tirar por tierra los presupuestos de su exsocio Jaume Collboni

La negociación de sillas se ha colado en las conversaciones sobre los presupuestos y pone en un brete al alcalde de Barcelona: "Colau es una ambiciosa"

Foto: Ada Colau junto a aume Collboni, en una imagen de archivo. (EFE/Alejandro García)
Ada Colau junto a aume Collboni, en una imagen de archivo. (EFE/Alejandro García)

La exalcaldesa de Barcelona, Ada Colau (Barcelona en Comú), aprieta al actual regidor de la ciudad condal, el socialista Jaume Collboni. Colau le amenaza con tumbar sus presupuestos para 2024 si este no accede a incorporar a los comunes a su equipo de Gobierno y a mantener algunos de los proyectos estrella o estrategias que Barcelona en Comú ya había puesto en marcha en la pasada legislatura. Collboni tiene de plazo hasta el próximo martes, cuando ha convocado una comisión extraordinaria para aprobar los presupuestos. Mientras tanto, sigue negociando con Junts per Catalunya (JxCat), con los comunes y con ERC. De esas negociaciones pueden llegar dos soluciones: o gobierno en solitario, con el apoyo externo de Xavier Trias (JxCat), o forma un tripartito para que comunes y republicanos entren en el equipo de gobierno.

“La pelota está en su tejado. Hay puentes tendidos con todos y saben lo que hay. Pero no podemos esperar más y Barcelona no puede estar parada. Estamos despegando, y ahora necesitamos unos presupuestos expansivos. Si los rechazan, ya explicarán a los ciudadanos por qué se han paralizado las inversiones en los barrios”, señalan fuentes del PSC a El Confidencial.

Admiten que la iniciativa de Collboni planteando de una semana para otra la aprobación de los presupuestos (para los que, dicho sea de paso, llevan tres meses de negociaciones) es un órdago a sus rivales. “En estos momentos, hay que tener valentía. De momento, pese a que unos matizan más que otros, nadie ha dicho rotundamente que no va a aprobar los presupuestos”, subrayan las fuentes, alentando una mínima esperanza de que los números de Collboni puedan salir adelante pese a tener solo 10 de 41 concejales.

Foto: El alcalde de Barcelona, Jaume Collboni. (Europa Press/David Zorrakino)

JxCat, el partido que tiene más concejales (11 frente a los 10 de Collboni) se mantiene impertérrita ante el órdago. “No nos impresiona. De hecho, Collboni siempre tuvo en mente que no iba a aprobar los presupuestos. Deberá ir a una cuestión de confianza”, afirman fuentes de Junts. Este mecanismo se pone en macha cuando los números que presenta el alcalde son rechazados. En ese momento, puede poner en marcha la cuestión de confianza, por la que los presupuestos van a exposición pública y luego a pleno. Si la oposición se une y tiene una mayoría absoluta, puede rechazarlos y aprobar otros, pero eso es improbable que ocurra en Barcelona, por lo que si no hay ninguna propuesta con una mayoría absoluta sus números. Son automáticamente aprobados.

Una jugada política

Desde las filas de los posconvergente se critica que el alcalde exija responsabilidad a la oposición. “El otro día, cuando anunció que planteaba otros presupuestos, pecó de arrogancia y fue un poco petulante. Habló dos veces de humildad, pero eso es lo que le falta a él. Vino a decir que si no le aprueban sus presupuestos es que los grupos de la oposición han abandonado a Barcelona. Un alcalde serio no puede poner el futuro de la ciudad en manos de la oposición. A Collboni le falta determinación y con esta jugada ha querido demostrar que tiene autoridad y visibilizar que tiene iniciativa”.

En sus reuniones bilaterales, Collboni manifestó a Ada Colau que sus preferencias se decantan por un tripartito de izquierdas en la capital catalana. Curiosamente, esa es la idea con la que Colau machaca casi a diario a su cordial enemigo. Pero también por ello es el mayor inconveniente que tienen los presupuestos. Los comunes advierten que los presupuestos que presenta ahora Collboni son los mismos que mostró el otoño pasado y retiró antes de la votación, porque no iban a salir adelante.

Foto: El alcalde de Barcelona, Jaume Collboni, y el exalcalde Xavier Trías. (EFE/Archivo/Enric Fontcuberta)

Los comunes son inflexibles y duros con su exsocio de gobierno. La concejala Janet Sanz, segunda de Colau en el consistorio, aseguró, tras conocer la decisión de Collboni de presentar unas nuevas cuentas, que es imprescindible un “gobierno de izquierdas, estable y sólido para aprobar los presupuestos”. Y lanza un aviso a navegantes: un pacto de izquierdas "es lo que la ciudad necesita".

El alcalde vive de la herencia y el buen trabajo del mandato pasado. Además, nosotros permitimos que Collboni pudiese ser elegido alcalde. Ahora queremos un pacto sólido y estable”. A sus militantes, los comunes les han hecho llegar que “Jaume Collboni no puede basar su gobierno sólo en inaugurar lo que impulsamos durante el gobierno de Colau. En estos momentos, seguimos sin conocer las intenciones del alcalde ni qué modelo de ciudad quiere para Barcelona”.

Según fuentes municipales, los comunes exigen su sitio en la estructura municipal, con parcelas de poder amplias y potentes, además del compromiso de mantener algunos de los proyectos estrella de Colau y de no revertir algunas de sus estrategias, fundamentalmente en materia de vivienda, turismo, medio ambiente, movilidad y planificación urbanística, manteniendo el proyecto del tranvía por la Avenida Diagonal de Barcelona, cortando en dos la ciudad o manteniendo las superillas (manzanas de casas con la peatonalización de las calles y con tráfico muy restringido en otras, erradicando el coche de la urbe planificadas por los comunes.

El problema de las sillas

Pero el problema de base no está ahí, según ha podido conocer El Confidencial. Collboni tiene un conflicto con su antigua socia, Colau, que pide voz y mando. La exalcaldesa reclama parcelas de poder. Fuentes conocedoras de las conversaciones para un pacto de gobierno recalcan a este diario que “se ha hablado mucho de sillas. Y si seguimos hablando de sillas, el pacto corre peligro”. Otra de las fuentes señala que “en un momento determinado, se ha puesto encima de la mesa la contrapartida de entrar en el gobierno municipal para aprobar los presupuestos y eso ha viciado las negociaciones”. Esta demanda apunta directamente a los comunes, que piden concretar el reparto de sillas y de poder antes de dar el visto bueno a los presupuestos.

ERC, en cambio, ha adoptado una postura más pragmática. Fuentes republicanas consultadas por este diario señalan que el órdago de Collboni es comprensible. “Estamos a mediados de febrero. Mientras se lleva a comisión, se realiza la exposición pública y se lleva a votación, ya sea normal o mediante una cuestión de confianza, nos iremos a finales de marzo. Y con ello, el alcalde ya llevará tres meses gobernando sin presupuestos. A nadie puede extrañar que quiera ir avanzando”, dicen las fuentes.

También recuerdan que para dar luz verde a la tramitación de las cuentas no hace falta una negociación profunda, ni tampoco un reparto a priori de sillas. “Esquerra ha dado muchas veces el apoyo a una tramitación, porque para la votación inicial no hace falta entrar en concreciones. Las partidas se negocian después”, matizan desde las filas republicanas.

"Colau es una ambiciosa"

Eso es lo contrario de lo que quiere hacer Colau, que prefiere atar los aspectos formales del pacto antes de entrar en el fondo de la cuestión. Y es lo que, en algunos círculos socialistas le echan en cara. “Colau es una desleal y una ambiciosa. Mientras era alcaldesa, el PSC se mordió muchas veces la lengua para no desautorizarla públicamente, pero ella no para de poner palos en las ruedas”, explica una fuente socialista.

Con Trias, en cambio, las negociaciones son más neutras. El jefe de filas de Junts en Barcelona se entiende bien con el socialista Collboni, porque en asuntos de ciudad sus estrategias están más cercanas. Colau ha intentado en varias ocasiones boicotear las relaciones entre PSC y Junts para hacer decantar al alcalde hacia un tripartito con el que tenerlo controlado. Pero su estrategia ha fallado hasta ahora. El socialista es un rival correoso y cada vez que su antigua socia ataca él realiza una finta y se sale por la tangente.

Foto: Un vecino descansa entre los obreros de las supermanzanas del Eixample. (EFE/Quique García)

“A Colau le parece mal que el alcalde pueda pactar temas con Trias. Pero si va en beneficio de la comunidad y de los vecinos, ¿porqué no se puede pactar?”, preguntan desde el PSC. En los comunes, sin embargo, se contraataca denunciando que Collboni se vende a los lobbies de siempre. Lo dicen “con conocimiento de causa”, porque a los pactos relacionados con la restauración (el pacto de las terrazas, por las que se prolongaban los permisos de las terrazas a la hostelería) se suman otros temas de los que Colau había hecho bandera.

El último es de este miércoles, cuando Collboni se abrió a aceptar la propuesta de Trias de aumentar la aportación municipal al Circuito de Cataluña para garantizar que la Fórmula 1 siga en esta comunidad. Para los comunes, “ese es un modelo de ciudad y de sociedad que rechazamos”. Colau rebajó la aportación de 4 a 1,5 millones en su pimer mandato. Ahora, Collboni se abre a incrementar de nuevo la aportación, ya que el impacto que genera un Gran Premio de F-1 en Barcelona y sus alrededores es de 450 millones de euros anuales. Tanto él como Trias coinciden en una ampliación del aeropuerto de El Prat para reforzar el área de Barcelona como un hub internacional del sur de Europa, proyecto que los comunes rechazan de plano pero que PSC y Junts consideran que se ha de potenciar.

Los posconvergentes se quejan de que “en comisión nos aprueban muchas cosas. También lo hicieron con la retirada de la obligación de destinar el 30% de pisos de obra nueva a pisos de protección oficial, pero hace siete meses y no se ha aplicado, cuando hay muchos constructores esperando a que retiren esa norma de Colau para trabajar. Y nos aprobaron también la petición de un fondo extraordinario para inversiones y material en el transporte público. Pero nada se ha materializado aún”.

placeholder Jaume Collboni, Xavier Trias y Ada Colau. (EFE/Quique García)
Jaume Collboni, Xavier Trias y Ada Colau. (EFE/Quique García)

Los socialistas guardan una carta en la manga: “Hay 715 millones que no llegarán a Barcelona si se empeñan en rechazar los presupuestos. Ellos verán lo que hacen. Y eso va por todos. Nosotros hablamos con Junts, ERC y los comunes. Asumimos que es una postura maximalista, pero la decisión es de ellos. No podemos esperar más”, dicen en el PSC. ¿De dónde viene ese dinero?. “Se trata de inversiones, no de fondos. En una prórroga, no se pueden volver a poner las partidas que ya están ejecutadas y finalizadas.

O sea, no es dinero que llegue nuevo. Pero en cualquier momento, se puede recuperar ese dinero. Sólo tienes que añadir una casilla contable y llevarla al pleno para aprobarla. Lo que sí ha habido de diferencia con los presupuestos de otoño son 70 millones más que aportaría el Gobierno central y que corresponden a la Participación en Ingresos del Estado (PIE), que pasan de 280 a 350 millones. Es la única diferencia con los últimos números que nos presentó Colboni”, dicen desde Junts.

Para los comunes, el asiento contable de los 715 millones es lo de menos. “Lo importante es saber en qué se gastan esos millones, porque si es para permitir que los lobbies de siempre hagan grandes negocios en beneficio de un puñado de bolsillos privados, no nos interesa”. Por tanto, los antiguos socios del PSC son difíciles de saciar. Todo ello trae como consecuencia una máxima que Collboni no debe olvidar: Colau aprieta y, además, está dispuesta a ahogar.

La exalcaldesa de Barcelona, Ada Colau (Barcelona en Comú), aprieta al actual regidor de la ciudad condal, el socialista Jaume Collboni. Colau le amenaza con tumbar sus presupuestos para 2024 si este no accede a incorporar a los comunes a su equipo de Gobierno y a mantener algunos de los proyectos estrella o estrategias que Barcelona en Comú ya había puesto en marcha en la pasada legislatura. Collboni tiene de plazo hasta el próximo martes, cuando ha convocado una comisión extraordinaria para aprobar los presupuestos. Mientras tanto, sigue negociando con Junts per Catalunya (JxCat), con los comunes y con ERC. De esas negociaciones pueden llegar dos soluciones: o gobierno en solitario, con el apoyo externo de Xavier Trias (JxCat), o forma un tripartito para que comunes y republicanos entren en el equipo de gobierno.

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