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El 'tripartito lingüístico' de ERC, PSC y comunes avanza gracias a las dudas de JxCAT
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Votación en el Parlament el 26 de abril

El 'tripartito lingüístico' de ERC, PSC y comunes avanza gracias a las dudas de JxCAT

La cúpula del partido de Puigdemont espera poder vender a sus bases que se suma a un acuerdo que reconoce el castellano como lengua vehicular. Los más radicales se oponen

Foto: La imagen del pacto por el catalán antes de que JxCAT se descolgase. (EFE/Q. G.)
La imagen del pacto por el catalán antes de que JxCAT se descolgase. (EFE/Q. G.)

El reloj empieza a presionar a JxCAT. El partido duda del pacto sobre la educación en catalán, pero la reforma de la Ley de Política Lingüística sigue su tramitación. Se vota el día 26 de abril y cuenta con el apoyo de ERC, el PSC y los comunes. Una mayoría suficiente para que se apruebe. Por eso, Junts sopesa plegarse a sus bases y sus sectores más exaltados o sumarse para no regalar a Salvador Illa otra victoria más. Mientras, el independentismo de a pie está convocando manifestaciones ante el Parlament para rechazar una actuación que el único cambio que supone es el reconocimiento del castellano como lengua vehicular.

JxCAT afronta el reto del todo dividido. No se sabe qué es lo que quieren hacer. En su última rueda de prensa antes de Semana Santa, el portavoz de la formación, Josep Rius, declaró de manera solemne: "La decisión de Junts de frenar la reforma para mejorarla y conseguir más consenso, que en su momento fue criticada, la han terminado secundando el resto de los partidos políticos y servirá para que la reforma de la ley se haga con el consenso político y social que requiere".

Foto: Elisenda Paluzie, en una reciente protesta de la ANC. (EFE/Enric Fontcuberta)

"Junts es el partido que garantiza que la reforma de la Ley de Política Lingüística sirve para reforzar la inmersión. No habrá ningún paso atrás en lo que se refiere a la inmersión", añadió Rius. Pero esa no es la realidad. La realidad es que el 26 de abril, en el Parlament se acabará votando la reforma, que puede salir adelante sin JxCAT, lo que volverá a tirar por tierra, una vez más, la teoría de la mayoría del 52% independentista.

En la formación hay división. El sector Borràs, con gran peso en el grupo parlamentario, no quiere ni oír hablar del pacto. El frente orgánico, que lidera Jordi Turull, prefiere el pacto a que sea la Justicia quien marque el paso con los planes de Educación en las escuelas. Pero quieren evitar las críticas de los alineados con Carles Puigdemont, que se ha mostrado siempre muy crítico con el acuerdo.

El sector orgánico espera poder vender a sus bases que se suma a un acuerdo que reconoce el castellano como lengua vehicular. Por eso, JxCAT pide más tiempo. Si la votación se retrasase, les daría más tiempo para rectificar sin que sus bases lo notasen mucho o le pasaran factura electoral. Tienen aliados, como Òmnium Cultural, que no han criticado el acuerdo en público y que también está buscando la manera de respaldarlo sin que se les acuse de traidores.

Manifestación convocada

Sin embargo, será difícil. La ANC ha convocado dos manifestaciones, el 26 y el 28 de abril, ante el Parlament para protestar contra el acuerdo que se opone a la inmersión lingüística. Las movilizaciones coinciden con el Pleno, en el que está previsto que se debata y se vote la modificación de la Ley de Política Lingüística y el objetivo no es tanto presionar a la Generalitat, sino a JxCAT, para que no se acabe sumando en el último momento.

La ANC dice presionar a la Generalitat, pero le basta con que JxCAT siga al margen

Por eso, es la Generalitat la que está intentando hacer algo de pedagogía con rondas de conversaciones con colectivos como 'Som Escola' para vender las bondades del acuerdo. En cambio, JxCAT permanece en un segundo plano, pero sabe que toda la presión recae sobre su formación.

De hecho, es muy posible que Junts no tome la decisión final hasta el propio día 26. Dependerá de la asistencia a la manifestación, de si la respalda la 'Plataforma per la Llengua' y si otros colectivos se suman a la protesta, según explican fuentes de la formación de Puigdemont. Como en los grandes partidos de fútbol, lo importante serán los detalles. Hasta el último minuto no se puede dar por hecho el resultado.

El reloj empieza a presionar a JxCAT. El partido duda del pacto sobre la educación en catalán, pero la reforma de la Ley de Política Lingüística sigue su tramitación. Se vota el día 26 de abril y cuenta con el apoyo de ERC, el PSC y los comunes. Una mayoría suficiente para que se apruebe. Por eso, Junts sopesa plegarse a sus bases y sus sectores más exaltados o sumarse para no regalar a Salvador Illa otra victoria más. Mientras, el independentismo de a pie está convocando manifestaciones ante el Parlament para rechazar una actuación que el único cambio que supone es el reconocimiento del castellano como lengua vehicular.

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