La ANC convoca una manifestación ante el Parlament contra el 'tripartito lingüístico'

La ANC ha convocado una manifestación ante el Parlament para los próximos días 26 y 28 de abril. En esas fechas son los dos plenos en que se puede votar la reforma de la Ley de Política Lingüística. Este cambio intenta proteger la escuela catalana de la sentencia del TSJC sobre el 25% de castellano como lengua vehicular. El acuerdo ha sido calificado por sectores del independentismo como una claudicación, si bien solo reconoce que el castellano también será lengua vehicular en la enseñanza catalana. JxCAT se ha descolgado del mismo después de haberlo firmado, así que solo lo respaldan en este momento ERC, los comunes y el PSC: el tripartito lingüístico, justo lo contrario de lo que quiere la coalición que gobierna en la Generalitat.

La Assemblea se posiciona así con el sector de JxCAT que está en contra del acuerdo y que encabezan Carles Puigdemont desde Waterloo y Laura Borràs desde la presidencia del Parlament. La manifestación se convoca con dos semanas de antelación. La presidenta de la ANC ha calificado el acuerdo de la siguiente manera: “Hacer vehicular el castellano es un autogol intolerable”.

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Marcos Lamelas. Barcelona

La convocatoria oficial se ha hecho por redes sociales. En teoría, es para presionar a la Generalitat. En la práctica, solo presiona a JxCAT, ya que el propio presidente de la Generalitat, Pere Aragonès, ha defendido las bondades del acuerdo. “La Generalitat ha querido responder renovando el consenso lingüístico y es normal que esta respuesta pueda generar dudas porque la salud del catalán no es tan buena como nos gustaría”, manifestó el presidente catalán la pasada semana. Por tanto, ERC no se va a bajar del burro. El problema lo tiene JxCAT.

La oposición blanda del PSC, ofrecer pactos y desestabilizar al independentismo, está resultando devastadora para el movimiento catalán. La CUP se ha colocado fuera de cualquier acuerdo y en la práctica ha pasado a la oposición. JxCAT está enviando mensajes confusos. Primero firma, luego se descuelga, luego supedita el acuerdo a un indeterminado “consenso social”. Un consenso que ahora rompe la principal entidad independentista intentando que la presión en la calle se sitúe por encima de lo pactado por grupos parlamentarios elegidos de manera legítima.

Posiciones enfrentadas

Tal como se está planteando la situación, las posiciones son imposibles. JxCAT pretende que el reconocimiento del castellano desaparezca del acuerdo, lo que supondría de hecho la expulsión del pacto de los socialistas catalanes. Los de Salvador Illa, por su parte, quieren sumar al PP en las dos semanas que quedan hasta la votación. En cambio, Aragonès, según ha explicado él mismo, pretende repescar no solo a JxCAT, sino también a la CUP, para dejar al constitucionalismo en minoría. La apuesta de cada lado anula la otra.

La ANC impulsa su opción electoral y así también interfiere en la vida parlamentaria

En este contexto, la ANC se radicaliza. No solo impulsa su propia alternativa electoral. También intenta interferir en la vida parlamentaria. Y no solo con la manifestación. También ha impulsado un manifiesto en el que más de 200 personas destacadas de los ámbitos de la Justicia, la pedagogía, la sociolingüística, la filología, la política, la cultura, la universidad o la investigación han firmado contra la modificación de la Ley de Política Lingüística.

Despedida de Paluzie

La ANC se encuentra a las puertas de unas elecciones. Paluzie ya no puede volver a presentarse. Dinamitar el acuerdo es parte de su despedida y de su legado, igual que intentar una candidatura contra los partidos políticos. Apostar por el esencialismo y mantener la política de bloques en el escenario catalán: constitucionalistas contra independentistas. El acuerdo no es que sea malo para el catalán. Es malo para el independentismo, porque supera esos bloques. Por eso todos los que dependen de mantener vivo el 'procés' necesitan que se prolongue esa tensión entre los ejes nacionales.