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La íntima relación de Joan Miró y los objetos
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a partir de mañana en la fundación miró

La íntima relación de Joan Miró y los objetos

Una exposición, con piezas nunca antes vistas en España, investiga la relación del artista catalán con los objetos y cómo los utilizó para romper con la pintura

Foto: Dos mujeres ante la obra 'Mujeres, pájaros' (Efe)
Dos mujeres ante la obra 'Mujeres, pájaros' (Efe)

¿Cómo era la relación de Joan Miró con los objetos y por qué fueron adquiriendo cada vez más presencia en su obra? Esas son las preguntas que busca responder la Fundación Miró, que este año celebra su cuadragésimo aniversario, con la muestra 'Miró y el objeto', que se inaugura mañana jueves y estará abierta hasta el próximo 17 de enero. Para ello, la exposición presenta más de 100 obras que el autor realizó desde 1916 hasta 1981, algunas de ellas cedidas por museos como el Pompidou de París o por coleccionistas particulares, como la propia familia del artista.

De alguna manera, coleccionar objetos construyó su propio museo imaginario basado en las culturas populares

Rosa María Malet, directora de la fundación, afirmó que la idea de la muestra surge de la observación de cómo la obra del artista evoluciona a través de su relación con elementos cotidianos. “Nos pareció que esta personal manera de tratar el objeto era lo suficientemente importante como para montar una exposición sobre el tema”. Asimismo remarcó que “también es un elemento fundamental para muchos otros artistas y movimientos del siglo XX, momento en el que Miró llevó a cabo su trabajo. Sobre todo en el surrealismo, del cual Miró se sintió tan próximo y en el que artistas tan importantes como Magritte, Man Ray o Meret Oppenheim también lo utilizaron a través de su visión personal”.

La exposición, patrocinada por la Fundación BBVA, está comisariada por William Jeffet, doctor en Historia del Arte cuya tesis se centró precisamente en la escultura de Miró. Las pinturas, esculturas y cerámicas que componen la exposición están divididas en seis ámbitos de estudio que recorren la transformación del objeto en la obra del artista. Así, el visitante comienza el itinerario por la sección 'Un mundo de objetos', en la que puede observar las cosas que el artista fue coleccionando durante años en su taller, piezas cotidianas en las que se inspiraba para sus primeras pinturas como los siurells (silbatos) mallorquines o una bola del mundo. Jeffet explicó que "de alguna manera al coleccionar objetos construyó su propio museo imaginario basado en las culturas populares”.

placeholder 'La lámpara de carburo', 1922-1923. (Museum of Modern Art)
'La lámpara de carburo', 1922-1923. (Museum of Modern Art)

Miró empezó plasmando esos elementos en sus bodegones, de los cuales cuatro cuelgan en las paredes de la Fundación, como 'La espiga de trigo' (1922) y 'La lámpara de carburo' (1922-1923), que han sido cedidos para la ocasión por el Museo de Arte Moderno de Nueva York. No se habían visto en España desde 1993. “Hemos tenido la suerte de poder contar con piezas que no se habían visto nunca en España o en los últimos años”, apostilló el comisario. 'El asesinato de la pintura', segunda parada del recorrido, hace referencia a la frase que Miró pronunció en 1927 durante su fase de vinculación al surrealismo. A partir de ese momento el artista comienza a experimentar con técnicas como el collage y el assemblage, pasando de plasmar el objeto en la pintura a darle protagonismo dentro de la representación. Cabe destacar la presencia de una de las cuatro 'Bailarinas Españolas de Miró', realizada en 1928 y que se expone por primera vez en el país. Actualmente forma parte de la colección del Pompidou, aunque originalmente fue propiedad de André Bretón.

En 'Del collage' a la escultura se puede ver cómo el autor sigue desarrollando su idea del asesinato de la pintura, con obras que tienen como base materiales opuestos a la superficie plana que proporciona el lienzo como la madera o trozos de metal. Jeffet explica que, en aquel momento, Miró declaraba que “la pintura está en decadencia después de la época de la cuevas prehistóricas”. De ahí su fijación en buscar superficies rugosas en las que pintar. Dos décadas después, en su fase centrada exclusivamente en la cerámica y la escultura, viajará con Josep Llorens Artigas a las cuevas de Altamira en busca de inspiración para construir una pared fabricada en cerámica en París.

placeholder 'Dona i ocell', 1967
'Dona i ocell', 1967

'Cerámicas y primeras esculturas' y 'Escultura en bronce' son las siguientes secciones de la muestra, que recogen figuras como un collage en tres dimensiones formado a partir de objetos fundidos en bronce, pensando como una forma de poesía visual. “Muchas cosas en el trabajo de Miró parecen casuales pero en realidad están mucho más pensadas de lo que parece”. 'Femme et oiseau' (Mujer y pájaro) y 'Sa majesté' (Su majestad), ambas de 1967, son dos de las obras en las que se puede apreciar esa idea de metáfora óptica que el artista pretendía presentar al espectador sin una distancia física, compartiendo el espacio.

El recorrido termina con 'La antipintura', un concepto vinculado a la retrospectiva que le dedicó el Grand Palais de París en el año 1974, en la que presentó más de 20 obras nuevas con la intención de completar la panorámica dedicada a su trabajo anterior. Miró era ya octogenario en ese momento, pero Jeffet justificó su intención de aportar esas creaciones porque "quiso durante toda su vida romper con la pintura y también romper con sí mismo, no quería entrar en fases de repetición sino evolucionar constantemente como artista”.

placeholder 'Cuadre-objet', 1972
'Cuadre-objet', 1972

Esta es la sección más llamativa de la exposición. En ella pueden verse algunos de los métodos que el artista utilizó para cuestionar las ideas tradicionales acerca de la pintura como lienzos rasgados con cuchillos, soportes como el cartón o clavos en la superficie de la pintura. Por ejemplo, 'Tela quemada 1' (1973) cuelga del techo de la sala que la acoge, causando un impacto visual en el espectador que puede observar la pared a través de los huecos que el fuego ha dejado en el lienzo. O 'Cuadre-objet' (Cuadro-objeto) (1972), que está compuesta por un marco de madera, una anilla metálica y un plomo que pende de una cuerda jugando con la comprensión del espectador.

Además de las obras de Miró, la exposición también ofrece la oportunidad de observar dos series de fotografías de Claude Gaspari y Planas Montañá, que sirven como documentación de los procesos de trabajo del artista. Asimismo, también se muestran dos piezas audiovisuales: un documental de Francesc Català-Roca sobre el proceso de cremación de las telas llevado a cabo por Miró y una película de 1939 sobre el ballet Jeux d’enfants de Bizet para el que el artista realizó partes del escenario y el vestuario.

La Fundación ha programado un calendario de actividades complementarios a la muestra, como un programa educativo en el que se incluye una representación teatral 'Menut cabaret', de la compañía Sola & Tulli, o una actuación de danza contemporánea en el interior de las salas a cargo de Lali Ayguadé. Tras su paso por Barcelona, 'Miró y el objeto' podrá verse en CaixaForum Madrid en la primavera de 2016.

¿Cómo era la relación de Joan Miró con los objetos y por qué fueron adquiriendo cada vez más presencia en su obra? Esas son las preguntas que busca responder la Fundación Miró, que este año celebra su cuadragésimo aniversario, con la muestra 'Miró y el objeto', que se inaugura mañana jueves y estará abierta hasta el próximo 17 de enero. Para ello, la exposición presenta más de 100 obras que el autor realizó desde 1916 hasta 1981, algunas de ellas cedidas por museos como el Pompidou de París o por coleccionistas particulares, como la propia familia del artista.

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