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Ganaderos y agricultores explotan por la sequía: "El turismo gasta más agua que nosotros"
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CRISIS EN CATALUÑA

Ganaderos y agricultores explotan por la sequía: "El turismo gasta más agua que nosotros"

El sector primario se rebela contra las restricciones de la Generalitat por la sequía y asegura que el uso para regadíos solo supone el 2% del total. Muchos se han adelantado a este escenario y buscado recursos propios

Foto: Un millar de tractores participan en marchas convocadas en Lleida y Vic. (EFE/Óscar Cabrerizo)
Un millar de tractores participan en marchas convocadas en Lleida y Vic. (EFE/Óscar Cabrerizo)
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Cataluña ha llegado a la fase de emergencia por la sequía extrema. Desde esta semana, por imposición de la Generalitat, más de 200 municipios deberán aplicar restricciones que afectarán a más de seis millones de personas. Las nuevas directivas suponen la limitación de la dotación de agua a todos los aspectos de la sociedad: agua de boca, industria, ocio, y, como siempre, agricultura y ganadería.

El nuevo decreto de la Generalitat llega en unos días marcados por las protestas de los agricultores en Europa, que se han movilizado para bloquear carreteras, por ejemplo, en el sur de Francia. Un clima de frustración que en Cataluña se agrava por el problema de la sequía. Restricciones más duras e incertidumbre siguen presionando y tensionando al campo catalán, que mira al cielo con reproches.

El responsable de Organización de Unió de Pagesos (UP), Josep Carles Vicente, insiste en que el "gran ahorro" reside en el consumo humano, la industria y el turismo. "Los payeses están muy inquietos porque es una situación en la que no hemos estado nunca, esperamos poder salir y que no se complique", ha añadido.

En la fase 1 de la emergencia por sequía se reduce el consumo un 80% y a la ganadería un 50%. El representante de UP insiste en que la ganadería solo supone el 2% del total y que esta reducción que proponen supondría únicamente un 1% de ahorro total. "La gente debe ser consciente de que la ganadería no es la que genera el problema, es muy frágil y económicamente puede tener un impacto muy grande", explica Vicente.

Pozos privados para conseguir más agua

Las nuevas restricciones no han pillado por sorpresa al sector primario. Desde que se declaró la excepcionalidad por la sequía extrema que vive Cataluña, siempre han estado en el punto de mira de las restricciones. Por ello, muchos han decidido buscar recursos propios para poder mantener su producción ante la constante amenaza de quedarse sin agua de la red pública.

Según han explicado a El Confidencial, en los últimos meses los granjeros han ido tomando medidas para conseguir ahorrar agua, puesto que, antes de estas restricciones, muchos de ellos ya tenían problemas de abastecimiento. Josep Carles Vicente insiste en que, en cierto punto, el sector puede estar preparado, pero es muy probable que no todo el mundo haya podido conseguir otros medios. Una de las medidas que se ha popularizado entre los ganaderos en estos últimos meses es la habilitación de pozos privados para bajar la intensidad de agua de la red pública baja. Asimismo, si uno tiene un pozo, o ha podido generar un pozo o una forma alternativa de abastecimiento no vinculado a la red pública, podría tener acceso a más agua.

Foto: Vista actual del embalse de Sau, en Barcelona, prácticamente vacío de agua. (Jose Luis Gallego)

Más presión al sector primario

El decreto supondrá ciertas exigencias y presiones al sector primario que hasta ahora no eran más que recomendaciones. En el caso de la ganadería, que deberá reducir el consumo del agua un 50%, la patronal Unió de Pagesos (UP) insiste en que en ningún caso se habla de reducir el consumo del agua de los animales, sino del agua de limpieza de las instalaciones, de las fosas, etc.

Una de las principales preocupaciones dentro del sector es la pérdida del potencial productivo, es decir, las madres que crían. En caso de perder estos animales, se tardarían años en poder recuperar esta capacidad. Por este motivo, el sindicato ya ha pedido que, en caso de llegar a las fases 2 y 3 de la emergencia, estos animales queden fuera del decreto.

En cambio, la agricultura lo tiene peor. Josep Carles Vicente es claro y escueto: "si no hay agua, no se puede regar". Las cosechas catalanas llevan años con muchísima presión y una reducción continua de la producción.

Foto: Los agricultores franceses cortan la frontera por la autopista AP-7 en La Jonquera. (EFE/David Borrat)

En l’Empordà (Girona), que esta semana han entrado en la fase 1 de la emergencia, llevan años sufriendo la falta de lluvias. Desde 2021 han visto reducidas las dotaciones de agua anualmente y muchos agricultores han decidido sembrar cosechas de invierno.

Este año, según Unió de Pagesos, habrá escasos cultivos de maíz, ya que es un cereal demasiado exigente para el que "no hay suficiente agua". Desde la patronal denuncian que, además de las zonas que entran en emergencia, hay otras muchas en las que los agricultores no disponen de agua para regar, como por ejemplo en el Camp de Tarragona, y que no tienen un decreto aplicado porque "el uso de boca está garantizado".

Un 'software' para repartir el agua del campo

En las comarcas de Lleida, en el canal de Urgell, se ha iniciado la formación a los agricultores para que puedan aprender a usar un nuevo sistema informático que fijará el riego por cada finca en función del agua disponible.

El programa informático que asignará los litros de agua en función a la superficie de cada finca busca ser el seguro de un reparto proporcional y equitativo para la agricultura que debe abastecerse del Canal d’Urgell. La comunidad de regantes del Canal d’Urgell ha acogido favorablemente la medida, que piensan que ha llegado para quedarse, ya que es lo mejor para todos.

Foto: Aspecto del parque agrario del Baix Llobregat en El Prat del Llobregat. (EFE/Quique García)

Esta medida es una respuesta a la mala gestión del año pasado, cuando el canal cerró el regadío con la incertidumbre de si pudiese reanudarse o no. Esta decisión in extremis dejó en un limbo a los agricultores sin saber si podrían salvar o no sus cosechas.

Josep Carles Vicente insiste en que se trata de una buena iniciativa, sobre todo porque es una señal de intentar mejorar la gestión del año pasado y que las limitaciones no les pillen desprevenidos. "Puede haber un sistema informático y lo que quieras, pero al final es una gestión tan sencilla como admitir la realidad de un mosaico agrario", ha explicado Vicente, que propone adaptar los cultivos a la cantidad de agua disponible: "No es lo mismo regar el 100% del maíz que únicamente el 50% y luego aprovechar la superficie para un cereal de invierno que se pueda sembrar ahora y que con alguna lluvia puede tirar adelante".

"Si no riegas, como el año pasado, o no siembras, el valor de la cosecha es cero", insiste Vicente y añade: "quizás no es una cosecha al 100%, pero sí que será una cosecha". Aun así, el representante de Unió de Pagesos ha insistido en que se debe trabajar en las dos líneas, adaptar el cultivo y gestionar el agua. Según Vicente, una cosa es consecuencia de la otra, ya que la reducción de la dotación obligará a los agricultores a tomar decisiones sobre lo que siembran. "Si quieres seguir haciendo exactamente lo mismo que cuando tenías agua, no lo conseguirás”.

Cataluña ha llegado a la fase de emergencia por la sequía extrema. Desde esta semana, por imposición de la Generalitat, más de 200 municipios deberán aplicar restricciones que afectarán a más de seis millones de personas. Las nuevas directivas suponen la limitación de la dotación de agua a todos los aspectos de la sociedad: agua de boca, industria, ocio, y, como siempre, agricultura y ganadería.

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