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"Todo el mundo debería ver esto": crónica desde la zona cero de la sequía en Cataluña
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El Govern declara la emergencia

"Todo el mundo debería ver esto": crónica desde la zona cero de la sequía en Cataluña

El embalse de Sau, que abastece de agua potable a la gran Área Metropolitana de Barcelona (3,3 millones de habitantes) se encuentra al 4% de su capacidad. Sus imágenes reflejan la situación de emergencia que vive Cataluña

Foto: Vista actual del embalse de Sau, en Barcelona, prácticamente vacío de agua. (Jose Luis Gallego)
Vista actual del embalse de Sau, en Barcelona, prácticamente vacío de agua. (Jose Luis Gallego)

"El mes que viene cumplo 85 años, siempre he vivido aquí, y nunca lo había visto así". Andreu está apoyado en la barandilla de la carretera que cruza la presa de Sau. Ha bajado desde el pueblo para ver de cerca las imágenes del pantano vacío. "La gente no es consciente de la gravedad de la situación. Como abren el grifo y sigue saliendo agua, eso de la sequía les pilla muy lejos. Pero se equivocan", me comenta. Con la mirada extraviada en las compuertas resecas, y tras soltar un par de reniegos, insiste en resaltar la gravedad de la situación: "A todos los que piensan así les pediría que viniesen aquí, porque el agua de sus grifos viene de aquí, ¿sabes? Y mira: mira lo que queda; ¿lo ves?, eso que queda es nada, fango verde". "Todo el mundo debería ver esto", sentencia finalmente entre más reniegos.

placeholder El agua apenas cubre ya el pie de la presa de Sau. (Jose Luis Gallego)
El agua apenas cubre ya el pie de la presa de Sau. (Jose Luis Gallego)

La Generalitat ha declarado este jueves la emergencia por sequía en Barcelona y su área metropolitana, y en Girona y su entorno, ante la situación de los embalses que abastecen estas zonas por la falta de lluvias, y se verán afectados 202 municipios que estaban en preemergencia. Lo han anunciado el presidente, Pere Aragonès, y el conseller de Acción Climática, David Mascort, en rueda de prensa tras la reunión extraordinaria de la Comisión Interdepartamental de la Sequía, donde se ha decidido declarar la emergencia en el sistema Ter-Llobregat después de que las reservas de estos embalses hayan bajado de los 100 hectómetros cúbicos, el umbral para entrar en emergencia.

Situado en la comarca barcelonesa de Osona, al pie del macizo de les Guillerires, y con una capacidad de 165 hectómetros cúbicos (hm³), el embalse de Sau retiene las aguas del río Ter un poco antes de que lo vuelva a hacer el cercano embalse de Susqueda (233 hm³). Entre ambos conforman la mayor reserva de agua del sistema Ter-Llobregat, que es, a su vez, el más importante de Cataluña, pues abastece a 5,5 millones de habitantes. Por eso el campanario de la iglesia románica de San Román de Sau (S. XI), en el pequeño pueblo del mismo nombre sumergido bajo las aguas del pantano, viene actuando desde hace sesenta años como el gran pluviómetro de Cataluña. Y nunca, en los 61 años que lleva sumergido, había señalado un nivel de escasez tan extremo: no solo se ve toda la iglesia, sino el pueblo entero.

placeholder Turistas recorriendo estos días el pueblo de Sant Romà de Sau. (Jose Luis Gallego)
Turistas recorriendo estos días el pueblo de Sant Romà de Sau. (Jose Luis Gallego)

Hace 15 años tuve la oportunidad de presentar y dirigir la serie de televisión Terra verda para el circuito catalán de RTVE. Y para el arranque del programa elegí precisamente ese famoso testimonio, esa señal de volumen acumulado que marca la iglesia de Sau. El propósito era poner en valor el alto privilegio que supone tener un acceso cómodo y garantizado al agua potable, y concienciar al espectador sobre la necesidad de conservarlo.

Con el embalse a rebosar, a bordo de una lancha neumática, la escena mostraba un pantano colmado hasta los topes y en todo su esplendor. Una inmensa masa de agua azul por la que sobrevolaban las aves acuáticas (cormoranes, somormujos, archibebes y muchas otras especies) y de la que apenas sobresalía la punta del campanario, con la veleta en lo alto, a modo de tope. En aquellos momentos (primavera de 2009) las reservas de Sau rondaban el 90% y el fantasma de la sequía se había alejado por completo.

En cambio, vean las imágenes que nos acompañan. Están realizadas esta misma semana, en ellas se ve el embalse prácticamente vacío, con la exigua masa de agua que le queda de color verde eutrófico y las reservas al 4%. Aunque soy de los que siguen pensando que mil palabras valen más que una imagen, en este caso lo cierto es que sobraría añadir cualquier texto explicativo.

Según la media de la última década, por estas mismas fechas, el pantano de Sau debería estar al 64%. Incluso el año pasado, clasificado como muy seco por la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet), especialmente en Cataluña, sus reservas rondaban por estas mismas fechas el 20%. Releyendo los artículos publicados entonces, nadie era capaz de prever que, un año después, llegaríamos a verlo prácticamente vacío. La pregunta que todos nos hacemos es ¿y si volvemos a sufrir un año sin lluvias?

placeholder El embalse de Sau se encuentra al 4% de su capacidad. (Jose Luis Gallego)
El embalse de Sau se encuentra al 4% de su capacidad. (Jose Luis Gallego)

El prestigioso climatólogo Javier Martín Vide, catedrático de Geografía Física de la Universidad de Barcelona, donde ha dirigido el Instituto de Investigación del Agua, está considerado como uno de los máximos expertos en cambio climático de nuestro país. Cuando le muestro algunas de las fotos, coincide en destacar la amenaza que señalan. “La sequía que estamos atravesando en Cataluña es la más severa que he conocido. En el área metropolitana de Barcelona y sus alrededores, donde vive más de la mitad de la población catalana, la lluvia en los tres últimos años ha sido la más escasa de cualquier trienio desde, por lo menos, los últimos 110 años”. Tanto él como el resto de los expertos que siguen la evolución de la sequía, no dudan en asociarla a los efectos que está teniendo el calentamiento global en nuestro país.

Sin lluvias abundantes a corto plazo

Con todo, a pesar de la gravedad del escenario actual, lo más inquietante, lo que más preocupa a los expertos es que nadie es capaz de ponerle fin. “Como vengo diciendo desde hace tres años —señala el profesor Martin Vide— no veo el final de la sequía en Cataluña, por lo que podríamos decir que nos adentramos en un territorio desconocido". Un nuevo escenario en el que vamos a tener que afrontar un contexto marcadamente hostil que va a exigir grandes esfuerzos por parte de todos y a todos los niveles”.

placeholder El nivel de la presa de Sau apenas llega ya al agua. (Jose Luis Gallego)
El nivel de la presa de Sau apenas llega ya al agua. (Jose Luis Gallego)

Como bien señala Martin Vide y otros expertos consultados, nunca como hasta ahora se había dispuesto de tantos medios instrumentales y tecnológicos para avanzar en el conocimiento del tiempo meteorológico. Y, con los datos monitorizados que nos ofrecen todos esos recursos, lo cierto es que, como apunta el profesor, a corto y medio plazo no se vislumbran lluvias que igualen o superen la media.

Francesc Mauri es el hombre del tiempo de TV3 y uno de los más reconocidos en Cataluña. Su diagnóstico coincide con el del catedrático de la UB. “El déficit que arrastramos no se solventa con la llegada de un par de tormentas, como algunos se atreven a anunciar. Lo que necesitaríamos es el paso de un tren de borrascas que nos deje abundantes precipitaciones de manera continuada, y esa situación no aparece en las previsiones a corto y medio plazo”.

placeholder Vista general del embalse de Sau, esta misma semana. (Jose Luis Gallego)
Vista general del embalse de Sau, esta misma semana. (Jose Luis Gallego)

“Es cierto que, pese a estar bien fundamentadas, las predicciones meteorológicas realizadas con base en datos científicos siempre tienen un nivel de confianza limitado —apunta el profesor Martin Vide—. Evidentemente, son mucho más confiables que las cabañuelas y otros métodos sin ninguna clase de rigor ni base científica, pero no hay que descartar posibles cambios a medida que se aproxime la llegada de la primavera”.

De hecho, superadas ya una tras otra todas las fases previstas en el Plan de Sequía aprobado por el Gobierno de la Generalitat en 2020 (alerta, excepcionalidad y emergencia), las últimas esperanzas del Govern están en que tengamos una primavera lluviosa. “Esa es la última posibilidad que nos queda —apunta Mauri— y no hay que descartarla. Si atendemos a las estadísticas de anteriores sequías, así es como suelen acabar: con meses de abril y mayo muy lluviosos que recargan los acuíferos y llenan los pantanos. En la cabecera del Ter (el río que abastece a Sau), por ejemplo, el mes más lluvioso de la serie histórica es junio”.

Turismo de sequía

Entre tanto, la fama del lugar y su simbolismo como máximo exponente de la situación de emergencia que vive Cataluña atraen cada día a más turistas llegados de todas partes de la comunidad que bloquean los accesos al aparcamiento para desesperación de los vigilantes. Es lo que ya se ha dado en llamar turismo de sequía, una modalidad al auge que, como algunos visitantes comentan con acertada retranca, a este paso le va a tomar el relevo al sol y playa.

placeholder La iglesia de Sau atrae al ya conocido como turismo de sequía. (Jose Luis Gallego)
La iglesia de Sau atrae al ya conocido como turismo de sequía. (Jose Luis Gallego)

Ana María ha venido desde Figueres, capital del Alt Empordà, a más de hora y media por carretera. "Ayer vimos las imágenes por televisión y no nos lo creíamos: la verdad es que todo el mundo debería visitar este lugar, porque esto es terrible”. Mientras pasea con su esposo por las antiguas calles del pueblo inundado, no deja de llevarse las manos a la cabeza. “No somos conscientes de la que se nos viene encima —replica Quim, el marido—; si nos pegamos otro año sin llover, no sé de dónde vamos a sacar el agua, porque de los acuíferos está claro que no, porque dónde vivimos nosotros están todos contaminados”. Y en Osona, la comarca del pantano, también.

En el restaurante de la carretera, todas las mesas están ocupadas y, así como las fotos de los móviles van de mano en mano, una frase hecha va también de boca en boca: “Para que luego digan que lo del cambio climático es un cuento chino”. Ese es un efecto colateral de la gravedad de la situación: que la gente está empezando a ser consciente de que la crisis climática nos afecta ya de lleno. ¡Ah! y que los expertos del IPCC no eran unos agoreros, sino meros transmisores de una nueva realidad climática a la que, nos guste o no, lo aceptemos o no, vamos a tener que adaptarnos.

Y la primera fase de esa adaptación al cambio climático pasa por gestionar de manera más responsable los recursos hídricos. Algo que incluye relacionarnos de otra manera con el agua potable. Desde el respeto y la responsabilidad. Practicando un consumo basado en la eficacia y el ahorro. Evitando el derroche y aceptando que las cosas han cambiado definitivamente y que, si queremos mantener el acceso cómodo y seguro a ella, un privilegio del que la mitad de la población mundial no dispone, vamos a tener que cambiar algunos hábitos e incorporar algunas costumbres.

Todos sabemos de lo que se trata: evitar el derroche en el hogar, reutilizar las aguas grises, recoger y reaprovechar las pluviales, mejorar la eficiencia de los sistemas de riego, interesarnos por la huella hídrica de los productos de consumo, reducir el derroche alimentario, respetar y conservar el agua de la naturaleza

Nunca como hasta ahora habíamos sido tan conscientes de hasta qué punto toda gota cuenta. Ahora toca aplicarnos en el ahorro y adaptarnos a la escasez: todos, en todos los sectores y en cada acto de nuestro día a día.

"El mes que viene cumplo 85 años, siempre he vivido aquí, y nunca lo había visto así". Andreu está apoyado en la barandilla de la carretera que cruza la presa de Sau. Ha bajado desde el pueblo para ver de cerca las imágenes del pantano vacío. "La gente no es consciente de la gravedad de la situación. Como abren el grifo y sigue saliendo agua, eso de la sequía les pilla muy lejos. Pero se equivocan", me comenta. Con la mirada extraviada en las compuertas resecas, y tras soltar un par de reniegos, insiste en resaltar la gravedad de la situación: "A todos los que piensan así les pediría que viniesen aquí, porque el agua de sus grifos viene de aquí, ¿sabes? Y mira: mira lo que queda; ¿lo ves?, eso que queda es nada, fango verde". "Todo el mundo debería ver esto", sentencia finalmente entre más reniegos.

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