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Los recursos hídricos serán menos predecibles por culpa del cambio climático
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CRISIS CLIMÁTICA

Los recursos hídricos serán menos predecibles por culpa del cambio climático

La fluctuación de estos recursos será la norma, advierten los científicos. La disminución de la capa de nieve provocará una mayor variabilidad en la escorrentía, un proceso clave

Foto: La mayoría de las proyecciones sobre el cambio climático predicen que el aumento de las temperaturas provocará una menor acumulación de nieve (Pexels).
La mayoría de las proyecciones sobre el cambio climático predicen que el aumento de las temperaturas provocará una menor acumulación de nieve (Pexels).

Las consecuencias de la crisis climática son cada vez más evidentes y nadie duda que está afectando gravemente al planeta. Casi la mitad de la población mundial está en un lugar altamente vulnerable al cambio climático pero entre las consecuencias de esta inacción para hacer frente a esta apisonadora climática de la que somos conscientes desde hace muchas décadas, se encuentra también la afección a los recursos hídricos del planeta.

Nueva alerta

Estos recursos fluctuarán cada vez más y serán más difíciles de predecir en las regiones dominadas por la nieve en todo el hemisferio norte a finales de este siglo, según ha concluido un nuevo estudio sobre el tema que nos ocupa: el cambio climático. Incluso las regiones que siguen recibiendo la misma cantidad de precipitaciones experimentarán un flujo de corriente mucho más inestable a medida que, poco a poco, vaya retrocediendo la capa de nieve.

Para determinar de qué forma la reducción de la capa de nieve afectaría a la variabilidad de los recursos hídricos, los investigadores recurrieron a un poderoso modelo climático basado en NCAR: el Modelo del Sistema Terrestre Comunitario, versión 2. Contaron con una base de datos creada recientemente con Simulaciones, conocida como CESM2 para comparar un período de tiempo pasado (1940-1969) con un período de tiempo futuro (2070-2099). Las simulaciones se realizaron en el superordenador Aleph del Instituto de Ciencias Básicas en Busan, Corea del Sur, complementado con un sistema de almacenamiento de Big Data con objeto de mejorar la investigación climática, la física y las matemáticas.

Foto: Científicos belgas detectaron que hasta el 30% del déficit de lluvia puede ser autoproducido por el mismo fenómeno. (EFE/Brais Lorenzo)

¿Qué consecuencias puede tener esto para nosotros?

A mayor fluctuación y menor acumulación de nieve a causa del aumento de las temperaturas (por el cambio climático), habrá menos agua disponible en los ecosistemas que actualmente dependen del derretimiento lento del agua congelada durante la primavera y el verano.

La investigación, publicada en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences y desarrollada por científicos del Centro Nacional de Investigación Atmosférica (NCAR), exponen, además, que incluso si estas regiones del norte siguieran recibiendo la misma cantidad de precipitación anual, el caudal de las corrientes se volverá más variable e impredecible.

“Los administradores del agua estarán al antojo de los eventos de precipitación individuales en lugar de tener un tiempo de anticipación de cuatro a seis meses para tomar la delantera al deshielo y a la escorrentía”, comentó Will Wieder, científico de NCAR y autor principal del trabajo. “Los sistemas de gestión del agua en las regiones dominadas por la nieve se basan en la previsibilidad de la capa de nieve y la escorrentía, y gran parte de esa previsibilidad podría desaparecer con el cambio climático”.

placeholder La disminución de la capa de nieve conducirá a un flujo de corriente más variable e impredecible (EFE).
La disminución de la capa de nieve conducirá a un flujo de corriente más variable e impredecible (EFE).

Adiós a la escorrentía confiable

Según el estudio, la reducción de la capa de nieve, ya visible con rotundidad en algunas zonas del planeta, será tan pronunciada hacia finales de este siglo que la cantidad de agua contenida en la capa de nieve al final de un invierno promedio podría caer hasta un salvaje 80 por ciento en partes de las Montañas Rocosas de Estados Unidos, por ejemplo.

Los resultados muestran que habrá un promedio de unos 45 días más sin nieve al año en el hemisferio norte para el año 2100, en un escenario de alto nivel de emisiones de gases de efecto invernadero (lógicamente este promedio aumentaría si las emisiones se redujeran). Los mayores aumentos ocurrirán en latitudes medias que son regiones marítimas relativamente cálidas y de latitudes altas que están influenciadas por cambios en el hielo marino.

"Los sistemas de gestión del agua en zonas de nieve se basan en la previsibilidad de la capa de nieve y la escorrentía: esto podría desaparecer con el cambio climático"

Efecto cascada

El impacto de esta falta de nieve y el consecuente cambio en la escorrentía y el flujo de corriente tendrán un efecto bola de nieve en los ecosistemas que precisamente dependen del agua que deriva de la nieve, advierten los científicos. Si bien los cambios no serán uniformes en todas las zonas del planeta, cuantos más días haya sin nieve, más presión habrá sobre los recursos hídricos, conduciendo a que muchos suelos acaben secos y con mayor riesgo de sufrir incendios.

“Estamos en una carrera con la previsibilidad en lo que respecta al flujo de la corriente porque estamos tratando de mejorar nuestros pronósticos a través de mejores datos, modelos y comprensión física, pero estos esfuerzos están siendo cancelados por la rápida desaparición de nuestro mejor predictor: la nieve”, aclaró Flavio Lehner, profesor de ciencias de la tierra y la atmósfera en la Universidad de Cornell y coautor del estudio. “Podría ser una carrera que perderemos, pero estamos tratando de ganarla, y es por eso que necesitamos estudiar estos temas”.

Los expertos afirman que comprender la variabilidad de los recursos hídricos en el futuro también es fundamental para evaluar la probabilidad de eventos extremos como inundaciones y sequías, e identificar cuándo se pueden alcanzar puntos de inflexión que alteran significativamente el funcionamiento de los ecosistemas.

Las consecuencias de la crisis climática son cada vez más evidentes y nadie duda que está afectando gravemente al planeta. Casi la mitad de la población mundial está en un lugar altamente vulnerable al cambio climático pero entre las consecuencias de esta inacción para hacer frente a esta apisonadora climática de la que somos conscientes desde hace muchas décadas, se encuentra también la afección a los recursos hídricos del planeta.

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