Rumbo a lo desconocido: los científicos alertan de los puntos de no retorno del cambio climático

Las delegaciones presentes en la cumbre del clima que se está celebrando en Dubái (COP28) conocerán hoy el resultado de la revisión científica más exhaustiva del mundo sobre los puntos de inflexión o puntos de no retorno (tipping points) a los que nos está conduciendo la crisis climática.

Elaborado por un equipo internacional formado por más de doscientos investigadores de alrededor de un centenar de organizaciones de 26 países diferentes, el informe Global Tipping Points (Report 2023) ha sido coordinado por la Universidad de Exeter, en Inglaterra, con el apoyo financiero del Bezos Earth Found y constituye la evaluación más completa jamás realizada sobre los niveles de riesgo a los que nos vamos a ver expuestos si atravesamos determinados umbrales.

A partir de datos procedentes de registros paleoclimáticos, observaciones directas y complejos modelos informáticos, los investigadores han logrado identificar y analizar los puntos de inflexión negativos hacia los que nos dirigimos de manera directa. Algunos de estos puntos de no retorno atañen a los soportes básicos de nuestra vida en el planeta y su traspaso afectaría gravemente la estabilidad de nuestras sociedades y pondría en riesgo el futuro de la especie.

Un ejemplo claro de punto de inflexión negativo sería la hasta ahora lejana posibilidad de que la famosa corriente del golfo llegase a colapsar. Esta corriente se inicia en las aguas templadas del golfo de México (de ahí su nombre) y sube hacia el norte doblando la península de La Florida y resiguiendo la costa este de los Estados Unidos hasta alcanzar el cabo de Hateras. Desde allí se adentra en el Atlántico para iniciar su singladura rumbo a Europa, convertida en un inmenso río de agua caliente que atempera nuestro clima y lo hace mucho más confortable.

Al llegar al Atlántico Norte, la Gulf Stream empieza a enfriarse, se ramifica por las costas de Portugal, Francia y Gran Bretaña y sigue ascendiendo por Escandinavia y Groenlandia hasta que, con una mayor carga salina, se planta frente al hielo del Ártico. Una vez allí, la temperatura media de la corriente cae en picado y al aumentar de densidad se hunde y empieza a retroceder cediendo el paso a la que llega por detrás, como si fuera una gigantesca polea de agua marina.

Pero el deshielo del Ártico está provocando que esa enorme cinta deslizante de agua templada, esa corriente que caracteriza y modela nuestro clima, se esté ralentizando año tras año. Hasta el punto que, si las aguas del Atlántico Norte se siguen recalentando y el hielo ártico se sigue fundiendo, lo que era una lejana posibilidad acabe por convertirse en realidad y la Corriente del Golfo colapse por completo.

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Si ello llegase a ocurrir, si la corriente del golfo colapsara, se daría un rápido enfriamiento de las temperaturas medias en España y el resto de Europa. Un descenso de los termómetros que algunos expertos sitúan entre los 10 y 20 grados por debajo de las mínimas invernales actuales.

Según este informe cinco de los puntos de inflexión más relevantes están en riesgo de ser superados en los próximos años debido al nivel de calentamiento global que ya hemos alcanzado (1,2 grados centígrados), mientras que otros tres se podrían rebasar a partir de 2030, cuando el planeta llegue a superar los 1,5 grados de calentamiento global. El resto se irían sucediendo a partir de mediados de siglo en función del aumento al que conduzcamos las temperaturas.

Cada vez más cerca del desastre

Desde hace años, los puntos negativos de no retorno representaban una amenaza lo suficientemente grave como para que los científicos instaran a los líderes mundiales a reducir urgentemente las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) causadas por la quema de combustibles fósiles. Sin embargo, se consideraban acontecimientos de "alto impacto y baja probabilidad".

En cambio, ahora este nuevo análisis sugiere que las cosas están cambiando a una velocidad más rápida de lo previsto y nos estamos aproximándonos peligrosamente a ellos, como lo demuestra la sucesión de récords de altas temperaturas y fenómenos meteorológicos extremos que están dándose en algunas regiones del globo y que, según los autores del informe que se presenta hoy en Dubái, “podrían propagarse en cascada por todo el planeta”.

En la introducción al informe, que ha sido editado por el profesor Tim Lenton, catedrático de ciencias de la tierra de la Universidad de Exeter y director del Global Systems Institute (GSI) de dicha institución, se señala que actualmente no existe una gobernanza global capaz de hacer frente a la escala de las amenazas que plantean los puntos de inflexión negativos. “El mundo está en una trayectoria desastrosa —señala el informe—, ya que cruzar un punto de no retorno podría llevarnos a cruzar otros, provocando un efecto dominó de cambios acelerados e inmanejables en los sistemas que constituyen la base de nuestro soporte vital en el planeta”.

Por todo ello, añade que “para prevenir esta situación de manera justa y equitativa, la lógica debería llevarnos a fijarnos como objetivo central alcanzar ese marco de gobernanza global. La prevención solo es posible si las sociedades y los sistemas económicos se transforman para reducir rápidamente las emisiones de GEI y restaurar la naturaleza”.

No obstante, a pesar del inquietante contenido del informe sobre la aceleración hacia los tipping points, los investigadores también han identificado puntos de inflexión positivos en el camino, algunos de los cuales podrían contribuir de manera sustancial, no ya a detener, sino a revertir dicho avance para hacerlo en sentido contrario.

Todavía estamos a tiempo

Para lograrlos, para propiciar ese cambio transformacional, es crucial aprovechar las oportunidades que nos ofrecen esos puntos de inflexión positivos, mediante acciones concertadas a escala global que nos lleven a alcanzarlos de manera rápida, incluido el abandono de la producción y consumo de combustibles fósiles, y crear así las condiciones propicias para desencadenar una transformación de nuestro actual modelo de desarrollo a gran escala.

Como señala el propio informe, la historia de la humanidad está repleta de ejemplos de cambios sociales y tecnológicos que han provocado un giro radical en la dirección de avance de nuestras sociedades. Y como ejemplos más recientes se podrían citar el rápido y exponencial aumento que están teniendo las fuentes de energía renovable, el alcance global de los movimientos a favor de la justicia ambiental, con los más jóvenes al frente, o el crecimiento actual de la movilidad eléctrica y el previsto en los próximos años en todo el mundo, entre otros.

Por todo ello, la esperanza está ahora en unir esfuerzos y establecer grandes alianzas para desencadenar y aprovechar más oportunidades de puntos de inflexión positivos, lo que nos permitiría eludir o mitigar las amenazas que representan los puntos de inflexión negativos hacia los que avanzamos.

En todo caso, como indican los expertos que han realizado este chequeo al planeta desafortunadamente, en el lapso durante el cual se puedan implementar una gobernanza global que promueva una acción climática apropiada, aún seguiríamos alcanzando algunos de ellos, por lo que resulta urgente adaptar nuestras sociedades para que sean más resilientes, en solidaridad con aquellas regiones y países más vulnerables al cambio climático y que se enfrenten a las mayores pérdidas y daños.

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El informe Global Tipping Points (Report 2023) acaba exhortando a una reacción urgente del mundo, puesto que la existencia de puntos de inflexión significa que la fase de emergencia ya ha empezado. Actualmente, se están produciendo cambios muy rápidos en la naturaleza, y se avecinan más. Si no revisamos nuestro sistema de gobernanza, a medida que el mundo natural se desmorone dichos cambios superarán la capacidad de adaptación de nuestras sociedades y las soluciones dejarán de estar en nuestras manos.

Pero más allá de exponer las conclusiones de sus investigaciones, los autores de este trabajo científico también nos transmiten un mensaje de esperanza al señalar que, con una respuesta global a la emergencia climática basada en una gobernanza adecuada, una mayor responsabilidad de las empresas y la suma de acciones individuales y colectivas, podrían multiplicarse los puntos de inflexión positivos, lo que nos permitiría retomar el rumbo hacia un futuro próspero y sostenible.

El informe al completo puede consultarse aquí.