Todos temen a Sílvia Orriols: la tercera vía independentista que mete miedo en Cataluña

La alcaldesa de Ripoll y líder de Aliança Catalana, Sílvia Orriols, se ha convertido en la diana de todos los partidos independentistas. Por una razón u otra, todos la temen, mientras ella se deja querer por unos y alienta el rechazo de otros para marcar perfil propio y visualizar una nueva línea ideológica del soberanismo. Desde la izquierda catalanista, se le tilda de ser de extrema derecha, con un discurso antiinmigración (y marcadamente antiislamista) muy radical. Pero, desde la derecha indepe, ha crecido el temor de que pueda articular en torno suyo un movimiento que abra una brecha en el statu quo soberanista y dinamite el mapa político actual.

Orriols no se anda con paños calientes para denostar las costumbres islamistas y demonizar el velo islámico, por ejemplo. El pasado mes de octubre, levantó una agria polémica al criticar la sharía y decir que "el islamismo radical va en contra de los valores occidentales". El ideario de Aliança Catalana con la inmigración es radical: "Cataluña primero: no regalaremos Cataluña".

Y detalla en su web que el partido "promoverá aquellas políticas inmigratorias que benefician a los ciudadanos de Cataluña, no a los extranjeros. En este sentido, promoverá una política inmigratoria restrictiva hasta que el nivel de paro baje y los salarios aumenten a niveles europeos. Los ciudadanos franceses tienen el mismo PIB per cápita que los catalanes, pero tienen un sueldo medio un 28% más elevado".

Además, Aliança Catalana quiere obligar a los inmigrantes a que lleguen a Cataluña solo con un contrato de trabajo en origen, "que puedan acreditar suficiente dinero para mantenerse y no representar una carga social, así como para poder regresar a su país si se quedan sin trabajo". También "reconducirá las ayudas y servicios públicos a los ciudadanos de Cataluña, no a los extranjeros". Destaca que el 80% de los inmigrantes que llegan a esta comunidad son extracomunitarios y tienen una renta de media un 40% inferior a los catalanes. "Esta inmigración supone una carga social y provoca que la red de protección pública sea inaccesible para la mayoría de los catalanes, que ven cómo su Gobierno los deja desamparados cuando más lo necesitan".

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Por último, indica que aplicará la Ley de Extranjería "deportando a los inmigrantes violentos y repatriando a los ilegales. Se pondrá fin a la criminalidad y al malgasto de recursos públicos con el fenómeno de los MENA (menores extranjeros no acompañados), donde la Generalitat de Cataluña ha malgastado más de 150 millones de euros y no ha podido impedir que el 18% delinquiese. Casi la mitad de los reclusos de Cataluña es de origen extranjero, cuando representan menos del 20% de la población".

Este discurso incendiario contra la inmigración le permitió acceder a la Alcaldía de Ripoll, al ser el partido más votado en las últimas municipales, desbancando a JxCAT (que tenía la alcaldía) y a ERC. En parte, ese discurso ha prendido también en las filas de Junts: varios de sus alcaldes pidieron hace pocos días endurecer el discurso antiinmigración debido al aumento de la inseguridad ciudadana. Cierto es que esa petición hay que buscarla en el interés de Junts de desgastar al Govern, en manos de ERC. Pero también es cierto que la cúpula del partido cerró filas con sus peticiones y pasó de pedir el cierre de los centros de internamiento de extranjeros (Cies) hace poco tiempo a exigir la expulsión de los inmigrantes. "Aquellos que ahora se plantean hablar de inmigración son los mismos que me han criminalizado y arrinconado por haber tenido la valentía de llamar a las cosas por su nombre. Ellos se mueven por votos; yo, por convicción", acusó la alcaldesa de Ripoll ante los movimientos de los alcaldes posconvergentes.

El exlíder parlamentario de la CUP Antonio Baños la llegó a calificar de "detritus infrahumano"

Las alarmas han saltado hace apenas dos semanas, cuando Orriols comenzó una gira por varios pueblos catalanes para explicar el programa con el que ganó las municipales en Ripoll. "La reconquista de Cataluña comienza en Ripoll", se vanaglorió la lideresa. Salas atestadas de gente evidencian que el independentismo tiene una brecha por la que colar otro discurso. Orriols habla en esos encuentros directamente de "invasión demográfica" y apunta a que España y Francia promueven esa invasión para diluir la identidad catalana.

En Ripoll, los cinco partidos de la oposición (JxCAT, ERC, PSC, CUP y Som-hi Ripoll) firmaron a finales de octubre un comunicado conjunto en el que se mostraban "muy preocupados por el aumento de la crispación y la rabia entre la población", por el "discurso del odio que puede conducir a una situación de violencia y discriminación". El exlíder parlamentario de la CUP Antonio Baños la llegó a calificar hace pocos días de "detritus infrahumano", y en ocasiones ha lanzado la exclamación "Fuck Orriols". "Que un procesista como Baños te diga eso, es una medalla. ¡Enhorabuena!", la animó Jordi Aragonès, uno de sus puntales en Aliança Catalana, secretario de Estudios y Programas de su partido y primo del presidente de la Generalitat, Pere Aragonès.

La alcaldesa había tuiteado hacía solo unos días una frase controvertida: "Tenemos más posibilidades de que nos pelen con un machetazo por la calle que no que nos toque el Gordo de Navidad". Y, poco después, aseguraba: "Esta tarde, mi marido y yo hemos padecido una agresión a manos de un marroquí, que al ser detenido ha comenzado a repetir: 'Esto es solo el principio'. Sacad vuestras propias conclusiones".

"Le tienen pánico"

El discurso de Orriols se ha convertido en un referente, aunque desde determinados sectores del independentismo es rechazado por xenófobo. Pero lo cierto es que hay sectores desprendidos de JxCAT, del Consell de la República e incluso de la Asamblea Nacional catalana (ANC) que han comenzado a ver con buenos ojos la irrupción de una nueva formación independentista radical y sin complejos. Un ex alto dirigente miembro del Consell de la República señala a El Confidencial que diferentes pesos pesados críticos con la deriva autoritaria de Carles Puigdemont han comenzado a mirar con simpatía el movimiento de Orriols, a quien consideran una buena lideresa para romper el autonomismo de los grandes partidos soberanistas.

"En el Consell y en la ANC tienen pánico a Orriols, porque si se presenta les restará muchos votos", dice este dirigente. La intención de la ANC de presentar una lista propia en las próximas autonómicas sería la opción más perjudicada. "Si Orriols se presenta, ellos no se comerán ni un rosco", insisten las fuentes. De hecho, a Orriols le han hecho llegar el ofrecimiento de estudiar un discurso más mesurado y equilibrado para preparar su eventual asalto a la política autonómica.

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"Orriols tiene en su contra dos peligros: el primero, el discurso eminentemente antiinmigratorio. Debería reconducirlo y que tenga más peso el tema nacional y menos en el tema de la inmigración. Muchos de los mensajes que Orriols y los suyos lanzan por las redes llegan pasados de forma. Han de ser mensajes más racionales, compaginando el tema independentista con el migratorio. El otro peligro es la falta de una estructura territorial potente. Aunque existen las condiciones para que Orriols se convierta en una lideresa, no va a funcionar su candidatura sin una estructura territorial. Y, si delega la formación de esa estructura, se le meterán indeseables. Lo que ha de hacer es contar con un núcleo duro de confianza que se haga cargo de controlar la estructura del partido y armar una red territorial fuerte y bien controlada desde la cúpula. Estas reflexiones se le han hecho llegar a ella", añaden las fuentes consultadas.

Algunos de los activistas que se han ido alejando de la ANC y del Consell se encuentran en estos momentos huérfanos, políticamente hablando. "El nacimiento de una nueva formación que sin complejos apueste por la unilateralidad y la independencia es una gran oportunidad. Solo falta ver cómo se desarrolla —explican desde estos círculos—. Si Sílvia deja el tema de la inmigración y pone más énfasis en el tema nacional, tendrá éxito. Tiene una autopista para crecer y puede sacar un puñado de diputados. Pero es imprescindible que coja la perspectiva nacional. Y, si hace esto, la ANC ya puede presentar la lista que quiera, porque no va a conseguir nada".

"Cautivos de un Estado que no controla sus fronteras (...), la independencia no es una opción, ¡es una necesidad!", ha dicho recientemente

El cambio ha comenzado a vislumbrarse en algunos de los mensajes lanzados por Orriols. El pasado viernes opinaba lo siguiente: "Cautivos de un Estado que no controla sus fronteras, que permite la entrada masiva de inmigrantes ilegales, que se rinde a las exigencias de las comisiones islámicas y que es indulgente con los delincuentes y malhechores. La independencia no es una opción, ¡es una necesidad!".

Desde esa perspectiva, se comprende la demonización de los círculos independentistas contra Sílvia Orriols y Aliança Catalana, que no deja de ser una escisión del Front Nacional de Catalunya (FNC), "con quien nadie se mete porque no tiene opciones de conseguir buenos resultados. En cambio, ven a Orriols como un peligro, al tener posibilidades de entrar en el Parlament a lo grande". Y, mientras sus oponentes intentan ponerle palos en las ruedas, la lideresa sigue adelante con su estrategia, ajena a lo que hacen los demás: "Como rehúyo el protocolo y lo digo tal y como me sale, un amigo siempre me dice riendo que soy la peor política que ha conocido nunca. Y siempre le respondo: 'Gracias".