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El vacío legal sobre el uso del velo pone a las escuelas en una encrucijada
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EL DILEMA DEL 'HIYAB'

El vacío legal sobre el uso del velo pone a las escuelas en una encrucijada

El caso de dos niñas en Málaga, que cambiarán de centro para llevarlo, reabre la discusión sobre si el reglamento de conducta de un colegio puede o no prohibir llevar la prenda

Foto: Una niña musulmana viste un velo. (EFE/David Aguilar)
Una niña musulmana viste un velo. (EFE/David Aguilar)

Dos menores de un centro concertado católico de Málaga cambiarán finalmente de colegio por la prohibición de llevar el velo islámico cubriendo sus cabezas. La familia, de origen egipcio, ha asegurado a El Confidencial, por mediación de la Asociación Marroquí por la Integración de los Inmigrantes, que acepta el cambio porque no quiere que las menores pierdan clases, pero que "está dispuesta a continuar con la denuncia hasta el final". Los cauces legales por delante están claros. La familia puede elevar un contencioso administrativo a la Consejería de Educación de la Junta de Andalucía y, si se resuelve en contra de sus demandas, acudir a la justicia e interponer una demanda.

El Tribunal Supremo ya se pronunció en 2013, cuando avaló la decisión de un instituto en Pozuelo de Alarcón (Madrid) de prohibir la asistencia a clase de una alumna con el 'hiyab' cubriendo su cabeza. En aquel caso, la menor, de 16 años, fue sancionada y desterrada en el instituto, fuera de las aulas, por no cejar en portar el velo islámico. Aquel caso fue muy parecido al que ocurre ahora en Málaga.

El colegio, de las Hermanas de la Caridad, no cree que haya vulneración de dos derechos fundamentales: el derecho a la libertad religiosa y el derecho a la educación. Con el respaldo de la inspección de la Consejería de Educación de la Junta de Andalucía, explica que la prohibición no es a llevar el velo, sino que se refiere al reglamento interno del colegio, que impone un código que vestimenta que impide cubrir la cabeza. Aseguran que sería igual llevar el 'hiyab' que una gorra o un sombrero. De hecho, las menores antes del velo, explican fuentes de la Consejería de Educación, lucieron un gorro y fueron igualmente apercibidas. No es una injerencia en la libertad religiosa, aseguran, sino unas normas de convivencia que pueden aprobar cada centro educativo dentro de su autonomía y que rigen para todos los alumnos.

Solo Francia legisla

En España no hay ninguna normativa que regule el uso del velo islámico en las aulas. Solo hay un país europeo, Francia, que ha prohibido el 'hiyab' en las escuelas. Si se quisiera legislar en un asunto que afecta a la libertad religiosa, un derecho fundamental, debería hacerlo el Ministerio de Educación y fuentes de esta cartera aseguran que no hay problemas de convivencia ni casos como el de Málaga para pensar siquiera en entrar a legislar sobre este asunto. Las competencias en materia educativa están transferidas a las comunidades. La inspección es autonómica y son los centros los que, dentro de su autonomía, fijan sus protocolos de convivencia o reglamentos de régimen interno. Por eso, estas dos niñas de Málaga, pasarán de un concertado, financiado con recursos públicos, a otro colegio de igual naturaleza a pocos metros y en la misma zona de la capital malagueña, que sí les permite sin problema cubrir sus cabezas con el velo.

La experiencia en Educación es que no suelen generarse problemas de convivencia en España por este asunto. Las fricciones que aparecen se resuelven con normalidad conforme avanza el curso y normalmente en Navidades, aseguran fuentes de Educación, ya se han zanjado. Son las propias jóvenes musulmanas que llegan con 'hiyab' o con la prohibición de hacer educación física por el temor a la rotura del himen las que acaban integrándose con total naturalidad y despojándose del velo o de esas limitaciones. En la inspección educativa de la Consejería andaluza no hay constancia de ningún otro caso similar en esta legislatura, desde 2019, y "hasta donde se ha podido constatar, tampoco en años anteriores". En Andalucía, un total de 3.336 alumnos cursan la asignatura de educación islámica en las aulas públicas y más de 800.000, religión católica. El porcentaje de alumnos musulmanes, indican desde la Consejería, puede ser mayor, pero no están matriculados en dicha asignatura.

Un caso de "islamofobia"

La Asociación Marroquí por la Integración de los Inmigrantes que apoya a la familia de Málaga ha ejercido la mediación de lo que considera un caso de "islamofobia". Se trasladó a Sevilla para reunirse con el Comité Ético de las Hijas de la Caridad provincia España-Sur, que es el órgano que evalúa el cumplimiento del Código Ético de la institución. Solicitó la intervención de la Delegación de Educación de la Junta de Andalucía en Málaga, la Consejería de Educación de la Junta de Andalucía, la Dirección General de Coordinación de Políticas Migratorias y la Delegación del Gobierno de Málaga, "sin que hasta la fecha haya ninguna respuesta de ninguna institución". La intervención de Educación llegó mediante la inspección y la propuesta que se trasladó a la familia fue que cambiara a sus hijas de centro.

"Queremos recordar que la vestimenta del velo islámico es una manifestación protegida por la libertad religiosa en España, recogida en la Constitución Española, y también en la Ley 26/1992, de 10 de noviembre, por la que se aprueba el acuerdo de cooperación del Estado con la Comisión Islámica de España, y por lo tanto ninguna Ley inferior, ni ningún reglamento interno puede limitar ese derecho fundamental a las personas de creencia islámica", señalan desde esta asociación marroquí.

Las hermanas se matricularon en el colegio hace más de un año. Sin embargo, la tensión comenzó cuando el pasado 10 de enero, como medida provisional impuesta por el equipo directivo del centro, la hija mayor comenzó a vestir con gorro y bufanda. Una semana más tarde, desde dirección del centro educativo se concretó una cita con la familia donde, según aseguran, se les culpó por obligar a sus hijas a llevar el velo. Los padres indicaron que estaban dispuestos a mostrar la voluntariedad de la decisión de las niñas. Asimismo, a fin de hacerlas cambiar de opinión, el centro les ofreció la ayuda de un profesor, también psicólogo, que los padres rechazaron rotundamente.

El pasado 21 de febrero, por primera vez, la chica mayor decidió quitarse el gorro y la bufanda y ponerse el velo al tener calor y estar incómoda. Ese mismo día, el equipo directivo decidió enviarla a la biblioteca donde permaneció durante toda la jornada lectiva aislada, excluida de sus compañeros y sin la posibilidad de avanzar en sus estudios.

División en las feministas

Entre las voces de mujeres feministas e islámicas la posición no es unánime. Isabel Romero, presidenta de la Junta Islámica de España, insiste en que el derecho a llevar el velo es "un derecho superior que no puede limitarse ni conculcarse con un reglamento interno de un centro educativo". "Esto es un principio general, otra cosa es que sean obligadas y parece que este no es el caso", indica Romero, "si lo llevan por voluntad propia es absurdo". La presidenta de la Junta Islámica apunta además al derecho superior a la educación y critica que la Junta de Andalucía "no ha ejercido el papel de mediación que debería haber hecho". "En este tipo de conflictos siempre falta mediación", asegura. "Si en este centro concertado religioso hubiera profesoras monjas que llevaran hábito, por tanto la cabeza tapada, ¿también regiría la norma interna de no acudir a clase o se permitiría?", se pregunta esta portavoz llamando a la reflexión.

La líder de Adelante Andalucía, Teresa Rodríguez, también entró en este asunto, defendiendo que hay asociaciones de feministas musulmanas que defienden el velo. “Tengo amigas marroquíes que se ponen el pañuelo porque es su seña de identidad cultural. Se lo ponen a veces sí y otras no, cuando les da la gana. Pero sobre todo, les molesta profundamente que las prejuzguen por ello. Entonces se lo ponen más. Yo tardé en llegar a la conclusión que mantengo porque no estoy exenta de prejuicios. Yendo a lo básico, una niña no es más libre por llevar minifalda, vaqueros o 'hiyab'. Los vaqueros y la camiseta no son el uniforme de la libertad. Y no se echa a una niña de una escuela. Nunca", defendió la líder de Adelante Andalucía.

Foto: Najat el hachmi. (EFE)

Andrea Barbotta, presidenta de la asociación, nacida en Málaga, de Mujeres Feministas Tomando Partido se muestra en contra del uso del velo. "Cualquier feminista dirá lo mismo que yo. El velo es una forma más de represión contra las mujeres, ya sea por religión o por cultura. No hay hombres que usen velo ni ningún implemento que tape su cuerpo en ninguna religión; sin embargo, en todas las religiones las mujeres deben taparse. Ahora mismo hay mujeres en Afganistán peleando por su libertad y estoy totalmente en contra. Dicho esto, no vamos a criminalizar nunca a ninguna mujer que lo quiera usar", asegura Barbotta.

Frente a lo que defienden asociaciones del "feminismo islámico", autoras como Najat El Hachmi se muestran rotundamente en contra del velo, también en las escuelas, y duda de que esas chicas que lo lleven elijan la prenda voluntariamente, asegurando que les es impuesta. "Será eso porque de otro modo no se explica que mientras que tantas de estas relativistas encuentren siempre a la que lleva el velo porque quiere, yo sigo conociendo a niñas obligadas a cubrirse cuando alcanzan la pubertad, jóvenes que soportan como pueden las presiones sobre sus cuerpos y mujeres que no podrían ir por la calle sin la cabeza tapada porque sería, dicen, como andar desnuda", escribía en su último artículo en 'El País'. El debate está abierto entre las feministas. Lo cierto es que el vacío legal deposita en cada escuela la decisión y no hay normativa que indique cómo deben actuar los centros educativos. Los datos indican además que no hay problemas de convivencia en España con este asunto.

Dos menores de un centro concertado católico de Málaga cambiarán finalmente de colegio por la prohibición de llevar el velo islámico cubriendo sus cabezas. La familia, de origen egipcio, ha asegurado a El Confidencial, por mediación de la Asociación Marroquí por la Integración de los Inmigrantes, que acepta el cambio porque no quiere que las menores pierdan clases, pero que "está dispuesta a continuar con la denuncia hasta el final". Los cauces legales por delante están claros. La familia puede elevar un contencioso administrativo a la Consejería de Educación de la Junta de Andalucía y, si se resuelve en contra de sus demandas, acudir a la justicia e interponer una demanda.

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