Aragonès celebra que Puigdemont y Junts se sumen a sus reivindicaciones

El Govern que preside el republicano Pere Aragonès aplaude las condiciones para negociar una eventual investidura en España puestas por el fugado Carles Puigdemont, que este martes hizo públicas durante una comparecencia en Bruselas. Puigdemont llegó, propuso sus condiciones y se fue inmediatamente. Entre su auditorio, estaban representantes de los tres principales partidos independentistas, así como los presidentes de la Asamblea Nacional Catalana (ANC) y de Òmnium Cultural (Dolors Feliu y Xavier Antich respectivamente), las dos entidades soberanistas de referencia, que además son las que han organizado la manifestación del próximo 11 de septiembre para conmemorar la Diada de Cataluña.

Pero advierte que llueve sobre mojado, porque todo lo que dijo Puigdemont era lo que Aragonès le había planteado ya al candidato del PSOE, Pedro Sánchez. “Hemos escuchado con atención el discurso y lo compartimos plenamente. Consideramos que estamos ante una oportunidad de oro para forzar al Gobierno español a dar pasos hacia la amnistía y la autodeterminación. Es la postura que el presidente Aragonès lleva defendiendo desde el minuto uno de esta legislatura”, dijo Patrícia Plaja, portavoz del Govern, tras la reunión semanal del Ejecutivo de Aragonès.

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Puigdemont había puesto como condición para comenzar a negociar una eventual investidura que se ha de “descriminalizar” el procés, cerrando las causas judiciales contra activistas catalanes, promulgar una Ley de Amnistía que incluya los delitos cometidos antes del 9 de noviembre de 2014 (fecha de la primera consulta, por la que ya fueron condenados Artur Mas y varios miembros de su gabinete), crear un mecanismo de verificación de los acuerdos por la falta de confianza entre las partes y cumplir con las necesidades de inversiones que tiene Cataluña.

La portavoz aseguró que “no sólo son objetivos compartidos, sino coincidentes al 100%”. Y, además, subrayó que “celebramos que haya puesto estas cuestiones sobre la mesa. Ésta es la vía más efectiva para avanzar hacia la resolución del conflicto político con el Estado español. Y celebramos que ahora también se sume JxCat a esta vía”.

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Plaja subrayó en varias ocasiones que los puntos planteados por Puigdemont son “compartidos. Esperamos que todos los independentistas sumemos fuerzas”. Advirtió, no obstante, que “con la amnistía no hay suficiente. Evidentemente, se ha de aprobar una ley de amnistía, porque es una reivindicación que viene de lejos, pero no será suficiente para que Pedro Sánchez pueda repetir. Es preciso avanzar hacia la autodeterminación y hacia un aumento del bienestar de los ciudadanos y eso pasa por el traspaso de Cercanías, por ejemplo”.

“Es Sánchez quien ha de perder el miedo”

Ahora, aseguró la portavoz del Govern, la pelota está en el tejado de Pedro Sánchez. “Éstas son las propuestas de Puigdemont, que coinciden con las condiciones y los objetivos de este Govern. Aritméticamente, se dan las condiciones necesarias para dar respuesta a estas legítimas e históricas reivindicaciones. Ahora le toca el turno a Pedro Sánchez de mover ficha. Él sabrá si favorece un gobierno propio o regala el Gobierno a la derecha y a la ultraderecha. Es Sánchez quien ha de perder el miedo, sea por convencimiento o por obligación, de seguir avanzando en la resolución del conflicto”.

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No fue un discurso pactado. El eurodiputado y expresidente expuso unas condiciones previas que el Govern, en realidad, había subsumido en una negociación dilatada en el tiempo. Además, Puigdemont se guarda la “carta legítima” de apelar a la unilateralidad cuando le interese. Este aspecto no fue valorado por el Govern ni por la portavoz, pese a que ERC apostó hace tiempo por abandonar la senda de la unilateralidad. No obstante, reconoció que Puigdemont y Aragonès hablan asiduamente y mantienen una relación cordial. “Se vieron hace un par de semanas y hablan a menudo -explicó-. Mantienen contacto permanente pero hoy por hoy no hay agendada ninguna reunión entre ambos”.

También calificó como positiva la reunión de este lunes entre la vicepresidenta del Gobierno español, Yolanda Díaz, y el fugado Puigdemont. “Esa fotografía forma parte de ese contexto de negociación que, a nadie se le escapa, no parte de cero, sino que es gradual”. Recordó, a este respecto, la reunión del entonces vicepresidente español Pablo Iglesias con los encarcelados del 1-O, a los que visitó en prisión. “Desde el día 1 de esta legislatura, hemos apostado por la negociación, Llamémosle mesa de diálogo o mesa de negociación. Ahora, hablamos de que haya una Ley de Amnistía, pero eso es un proceso gradual. En un momento determinado, el Gobierno español reconoció por primera vez en la historia que había un conflicto político en Cataluña; luego hubo la reforma del delito de sedición; y ahora la coyuntura implica que se dé un paso más. Es preciso ir arrastrando al Gobierno español, porque ellos, por voluntad propia, no avanzarán en este aspecto. No reconocían un conflicto político, pero lo reconocieron. No querían reformar el Código Penal, pero lo hicieron. No querían hablar de amnistía y ya lo están haciendo”.

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El discurso de Puigdemont, no obstante, no implica que vayan a cambiar las cosas: es difícil un acercamiento estratégico entre ERC y JxCat, que seguirán viéndose como rivales y socios poco dignos de fiar. Las coincidencias en los objetivos no tienen nada que ver son las estrategias partidistas ni con los tacticismos de unos y de otros. Puigdemont plantea un escenario de máximos a la espera de poder negociar, durante las dos próximas semanas, un escenario que pueda ser asumible a la vez por los socialistas y por sus círculos extremistas, que ya le están presionando para que aumente la apuesta y plantee directamente un referéndum de autodeterminación con fecha fija en el calendario.