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El Gobierno no aclara si aceptará las condiciones de JxCAT para sentarse a negociar
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NEGOCIACIONES PARA LA INVESTIDURA

El Gobierno no aclara si aceptará las condiciones de JxCAT para sentarse a negociar

Pese a reconocer que están en las "antípodas" de Puigdemont, en la Moncloa esconden sus cartas y evitan una valoración que ofrezca pistas sobre si las exigencias de JxCAT acercan o alejan las posibilidades de acuerdo

Foto: Fernando Grande-Marlaska e Isabel Rodríguez en la rueda de prensa del Consejo de Ministros de este martes. (EFE/Juan Carlos Hidalgo)
Fernando Grande-Marlaska e Isabel Rodríguez en la rueda de prensa del Consejo de Ministros de este martes. (EFE/Juan Carlos Hidalgo)

El Gobierno ha encajado hierático las condiciones que el expresident Carles Puigdemont ha puesto este martes sobre la mesa para abrir una negociación. Sin mostrar sus cartas y velándose por no dar ninguna valoración que ofrezca alguna pista sobre si estas exigencias acercan o alejan las posibilidades de acuerdo para una hipotética investidura de Pedro Sánchez. Durante la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros, la portavoz y ministra de Política Territorial en funciones, Isabel Rodríguez, se ha limitado a dar cuenta de que Pedro Sánchez siempre ha garantizado que se "cumpla la Constitución" y que ese será el marco para cualquier negociación, "con base en el diálogo" y el objetivo de la "convivencia". Este fue el argumentario en el que respondió a los periodistas, sin ni siquiera aclarar si la exigencia de una amnistía "completa" o, incluso, un referéndum entran dentro del marco constitucional. Conceptos que también ha evitado verbalizar.

Como un muro de discreción, Rodríguez incluso quiso desviar la presión a Alberto Núñez Feijóo, con el argumento de que, por respeto institucional, ahora es su turno por el encargo del jefe del Estado para que intente su investidura. La portavoz en funciones sí reconoció que "nos separa un mundo de esas posiciones. Las nuestras están en las antípodas". Su única concesión fue la de trasladar un mensaje de tranquilidad porque "ya nadie se cree que viene el lobo", en referencia a los presagios de la derecha de aceptar unas reivindicaciones de los independentistas anticonstitucionales y que rompan la unidad territorial. "Ya está bien de meter el miedo en el cuerpo a los españoles. Sánchez ha demostrado que se hace cumplir la Constitución en toda España", defendió.

Foto: Carles Puigdemont durante su comparecencia este martes en Bruselas, Bélgica. (EFE/Oliver Hoslet)

Fuentes de la Moncloa repiten en privado el mismo argumentario, concediendo únicamente que lo que sí cabe en la Constitución "es la convivencia". El Ejecutivo sigue la estrategia del avestruz y evita valorar o transmitir sensaciones sobre la situación en la que quedaría un hipotético intento de Pedro Sánchez de ser investido con condiciones que piden una amnistía "completa" antes de su investidura y que un "mediador" verifique el cumplimiento de sus exigencias. "Son sus condiciones, que está en su derecho a expresar. Nosotros mantendremos discreción", explican. Su objetivo de buscar una investidura con los partidos del bloque nacionalista e independentista no cambian, dicen, "porque los números son los que son".

Las mismas fuentes aseguran que, pese a las condiciones que ha establecido Puigdemont, sigue vigente el discurso de Sánchez de este lunes en su apertura del curso político, reafirmándose en que gobernará. El jefe del Ejecutivo en funciones reiteró este convencimiento y avanzó que trabajará por "un nuevo Gobierno de progreso" en aras de abordar la "estabilidad y convivencia" en la próxima legislatura "sin temor, ambición y también con audacia".

"Ya está bien de meter el miedo en el cuerpo a los españoles. Sánchez ha demostrado que se hace cumplir la Constitución en toda España"

Sánchez puso en valor la "pluralidad parlamentaria" y la necesidad de buscar acuerdos de gobierno. No como signos de debilidad institucional "ni cesiones o chantajes", como se ha criticado desde la derecha, sino "todo lo contrario". Esto es, según defendió, como una "muestra de solidez y madurez", pues "la práctica totalidad de los gobiernos europeos son de coalición" y se trataría de una "parte intrínseca de nuestro propio sistema político, reconocido en la Constitución". Sin mencionar la ley de amnistía que reclaman los partidos independentistas catalanes, Sánchez puso en valor que es el "momento de la política" y de "pasar página" para aprender de los "errores" del pasado y encaminar un "futuro de convivencia".

"No sé si la amnistía va a estar encima de la mesa, hay quien dice que cabe en la Constitución, pero eso tendrá que decirlo el Tribunal Constitucional". Así se ha pronunciado Patxi López en el Congreso sobre la posibilidad de impulsar la norma antes incluso de una hipotética investidura de Pedro Sánchez. El portavoz socialista en el Parlamento ha utilizado la receta que el partido ha decretado para las negociaciones en las próximas semanas, basada en la discreción.

López ha asegurado, en línea con el argumentario del Ejecutivo, que el PSOE está “en las antípodas” de Puigdemont en muchos asuntos. “Nos separa un mundo, pero vamos a seguir dialogando”, ha insistido el diputado vasco. El mensaje es similar al que se lanzaba desde las filas socialistas antes de la conformación de la Mesa del Congreso. No habrá detalles públicos hasta que se alcancen los acuerdos. “Ya veremos”, dijo en ese contexto un miembro del Gobierno cuestionado sobre las posibilidades de abordar la amnistía. “Tenemos que buscar las respuestas siempre dentro de la Constitución”, ha abundado López, que ha defendido que Cataluña está “infinitamente mejor” en términos de “convivencia, estabilidad y relaciones políticas” que en 2017. Y ha lanzado un dardo a Alberto Núñez Feijóo, ya que el líder del PP ha asegurado que está “en riesgo” la integridad de España. “Cuando lo estuvo fue en 2017”, ha dicho el dirigente socialista, en referencia al Gobierno de Mariano Rajoy y la etapa del referéndum del 1 de octubre.

Puigdemont ha enmarcado sus condiciones sin rehuir de la necesidad de "legitimar" el referéndum del que se cumplirán seis años en las próximas semanas y todos los pasos que se dieron para lograrlo, así como las protestas que se produjeron en ese contexto y la posterior declaración unilateral de independencia. Esta petición tiene sentido si se tiene en cuenta que en Junts quieren volver a sacar las urnas a la calle. El entorno del expresident contempla la celebración de un nuevo referéndum de independencia en el marco de un hipotético acuerdo con el PSOE. La fecha y la fórmula elegida para la votación ya formaría parte de una nueva fase de las negociaciones, si es que este primer intento fructifica.

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Las exigencias de expresident concuerdan con los mensajes que salían de Waterloo poco después del acuerdo para la Mesa del Congreso, ya que la intención de los neoconvergentes es que la proposición de ley de amnistía llegue a la Cámara Baja en los primeros compases de la legislatura, como paso previo a cualquier negociación. Para ese perdón, ha asegurado, tampoco hay "impedimentos constitucionales", como han defendido dirigentes de la izquierda.

Puigdemont ha puesto sus condiciones sobre la mesa un día después de su reunión en Bruselas con la vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz, quien acudió en condición de líder de Sumar y no como miembro del Ejecutivo. La Moncloa se afanó este lunes en desvincularse del encuentro. Fuentes del Gobierno explicaron que no tuvieron margen para parar el encuentro al comunicarse la tarde-noche del pasado domingo, solo unas horas antes de producirse, y como "hechos consumados". Aun así, la Moncloa dejó claro que el movimiento era unilateral: "Nada que ver con nosotros". Asimismo, trasladan que "no cambia nada" respecto al guion de las conversaciones. En este sentido, fuentes de la dirección socialista minimizan el encuentro, que definen como "de fogueo", y aseguran que es "inane".

El Gobierno ha encajado hierático las condiciones que el expresident Carles Puigdemont ha puesto este martes sobre la mesa para abrir una negociación. Sin mostrar sus cartas y velándose por no dar ninguna valoración que ofrezca alguna pista sobre si estas exigencias acercan o alejan las posibilidades de acuerdo para una hipotética investidura de Pedro Sánchez. Durante la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros, la portavoz y ministra de Política Territorial en funciones, Isabel Rodríguez, se ha limitado a dar cuenta de que Pedro Sánchez siempre ha garantizado que se "cumpla la Constitución" y que ese será el marco para cualquier negociación, "con base en el diálogo" y el objetivo de la "convivencia". Este fue el argumentario en el que respondió a los periodistas, sin ni siquiera aclarar si la exigencia de una amnistía "completa" o, incluso, un referéndum entran dentro del marco constitucional. Conceptos que también ha evitado verbalizar.

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