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Los testigos corroboran las versiones que ponen contra las cuerdas a Laura Borràs
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18 contratos ilegales adjudicados a dedo

Los testigos corroboran las versiones que ponen contra las cuerdas a Laura Borràs

El encargo de contratos de la política a un amigo no se hizo por “cauces normales”. Un profesor “alucina” cuando ve presupuestos falsos que fueron presentados con su nombre

Foto: Laura Borrás en el juicio. (EFE/Quique García)
Laura Borrás en el juicio. (EFE/Quique García)

Los diferentes testigos que comparecieron este martes en el juicio contra Laura Borràs, expresidenta del Parlament y actual presidenta de Junts per Catalunya (JxCAT), corroboraron los testimonios de los otros dos acusados junto a Borràs, Isaías Herrero y Andreu Pujol. La líder política está acusada de prevaricación y falsedad documental por haber presuntamente desviado 335.700 euros hacia los bolsillos de su amigo Isaías Herrero entre 2013 y 2017, cuando era directora de la Institució de les Lletres Catalanes (ILC), un organismo dependiente de la Conselleria de Cultura. Para detraer el dinero público, se utilizaron 18 contratos ilegales que Borràs habría adjudicado a dedo a Herrero. Pujol prestó su nombre y el de su empresa para cubrir a este último, por lo que el dinero que cobró de la Generalitat acabó igualmente en las cuentas de Herrero.

La operativa para simular concurrencia de contratos era presentar en cada licitación tres presupuestos diferentes, ya fuese a nombre de particulares o de empresas. Conforme declaró el propio acusado Isaías Herrero este lunes, ya había pactado de antemano con Borràs a quién se iba a adjudicar el contrato, por lo que dos presupuestos eran simples “comparsas” que buscaban cubrir el expediente y dar una falsa apariencia de legalidad a la operativa.

Foto: La presidenta suspendida del Parlament, Laura Borràs, a su salida del Tribunal Superior de Justicia de Cataluña (TSJC) tras una sesión del juicio. (EFE/Toni Albir)

Herrero utilizó, entre otros, el nombre de su cuñado, Arturo R., para presentar presupuestos. El cuñado declaró este martes que Herrero le pidió también poder hacer alguna factura a su nombre, pero le dijo que no porque no era autónomo. Reconoció sus datos en presupuestos que había presentado su cuñado a la ILC, pero negó que le hubiera dado permiso para utilizar su nombre. Es más: se enteró de que en su nombre se habían presentado presupuestos ante la Generalitat cuando fue llamado por la Guardia Civil.

Uno de los testimonios más reveladores fue el del profesor Aleix Cort, que trabajó con Laura Borràs y con Isaías Herrero en el grupo de investigación literario Hermeneia, creado en el seno de la Universitat Oberta de Catalunya (IOPC) y trasladado luego a la Universidad de Barcelona (UB). A nombre de este profesor figuraban hasta ocho presupuestos que fueron utilizados para simular concurrencia en otras tantas adjudicaciones de Borràs a su amigo. Algunos de estos presupuestos estaban a su nombre y otros a nombre de una de sus empresas, Elit3,14 SL, de la que era director de contenidos. Uno a uno, fue rechazando todos los presupuestos presentados a su nombre o al de la empresa. “No lo reconozco. Estoy alucinando. Disculpen la palabra, pero me sorprende brutalmente”, acertó a exclamar el testigo.

La sorpresa del profesor

“Me sorprenden estos presupuestos. Sus conceptos son por cuestiones técnicas y yo soy profesor en el Institut de les Arts. ‘diseño de postales…’. ¡Pero si yo no soy diseñador!… ‘Traducción’… Yo no soy traductor, soy profesor… Además, mis datos están bien, pero el teléfono que figura en los presupuestos no es mío. No sé de quién es. Yo no he confeccionado estos presupuestos. Además, veo que en uno está la web que yo hacía servir con mis alumnos. No recuerdo haber hecho nunca ninguna factura poniendo la web. No tiene sentido a nivel fiscal”, dijo a preguntas de la fiscal.

placeholder Laura Borràs en una imagen de archivo. (EFE/Quique García)
Laura Borràs en una imagen de archivo. (EFE/Quique García)

“¿Autorizó usted a la señora Borràs o al señor Herrero utilizar su nombre o el de su empresa para presentar presupuestos?”, interrogó el Ministerio Público. “Nunca”, fue la tajante contestación. ¿De dónde habían sacado, entonces, las informaciones sobre nombre, DNI, dirección, teléfono móvil y correo electrónico? Posiblemente, de la base de datos de Hermeneia, porque, según relató el profesor, “era fácil llegar a mis datos a través del grupo de investigación Hermeneia”.

A pesar de poner en evidencia a Borràs y a su amigo Herrero, Cort manifestó un gran respeto por el trabajo profesional de la presidenta de JxCAT, a quien se dirige como “doctora Borràs”. Además, reconoció que la entrada de ella en la ILC fue un revulsivo para esa institución. “Con la entrada de la doctora Borràs, la página web se hizo mucho más atractiva y la gente comenzó a interactuar mucho más”, subrayó.

"Ellos me decían los problemas que tenían y yo le pedía a Isaías que los resolviese. En esa tarea estuve varios meses, pero no cobré nada por ello"

Marina A., amiga personal de Herrero, fue la que terminó los trabajos que este tenía con la ILC a finales de 2017, cuando pasaba por una situación personal muy crítica y tras haber sido detenido por tráfico de estupefacientes y tráfico de moneda falsa. La amiga se reunió en una cafetería con Laura Borràs y se hizo cargo de la interlocución con el equipo del ILC, que posteriormente le presentó la propia Borràs. “Ellos me decían los problemas que tenían y yo le pedía a Isaías que los resolviese, porque él, a pesar de su crisis personal, quería resolverlos. Lo único que hacía yo era dar la cara para tranquilizar al equipo de la ILC, que supiesen que tenían a alguien a quien pedir las cosas. Isaías quería cumplir sus compromisos y no dejar colgada a la ILC, pero realmente estaba muy mal. A mí me llamaban, me pedían algo y yo se lo pasaba a Isaías. A veces lo resolvía en el momento y otras veces tardaba días, dependiendo del momento. En esa tarea estuve varios meses, pero no cobré nada por ello”. Esa declaración coincide con las manifestaciones que el propio Herrero hizo ante el mismo tribunal el pasado lunes.

Choque interno

También aportó su grano de experiencia el funcionario Moisès L., responsable del departamento de Informática de la Conselleria de Cultura, adscrito al CTTI (Centro de Telecomunicaciones y Tecnologías de la Información de la Generalitat). Este organismo era el que debía encargar y revisar todos los trabajos realizados en el ámbito de las telecomunicaciones, pero por sus manos no pasó ninguna petición para hacer webs nuevas. Por eso, se negó a certificar los últimos trabajos adjudicados por Borràs a Herrero. “No quise firmar porque no reconocía aquellos trabajos. Nosotros no habíamos encargado ni gestionado ninguna web y, por tanto, yo no podía hacerme cargo de un trabajo que no había gestionado”.

De su testimonio se deduce que algunos de los contratos encargados y pagados por Laura Borràs no siguieron “los cauces normales”, que hubiesen pasado por encargar los proyectos informáticos y de web al gabinete técnico y este hubiera tenido que pedir permiso a la dirección general de Atención Ciudadana, para pasar luego el encargo al CTTI. Todos estos pasos no se siguieron por Borràs, que encargó por su cuenta y riesgo las modificaciones de la web y las aplicaciones de conmemoraciones puntuales anuales. Por esos conceptos son por los que, supuestamente, se trocearon contratos y, al final, acabaron consumiéndose 335.700 euros.

Foto: Laura Borràs en el juicio. (EFE/Toni Albir)
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Más condescendiente fue Joan Elíes Adell, sucesor de Borràs como director de la ILC. Adell echó mano de la teoría de la conspiración para justificar las deficiencias que tenía la institución. Aseguró que, cuando a mediados de 2018 llegó a la institución, era un caos porque, “como se había aplicado el artículo 155, durante seis meses no había dirección”. Negó que Isaías Herrero fuese el informático de la ILC, aunque es cierto que, cuando él llegó a la dirección, Herrero ya estaba fuera de la institución, lo mismo que Laura Borràs.

Miedo al teléfono pinchado

Cuando le mostraron un correo suyo a Isaías Herrero con copia a Laura Borràs, en el que señalaba que debían hablar “por un teléfono seguro”, la respuesta fue sorprendente: “Ese correo fue en septiembre de 2018 y en aquel momento había muchas informaciones en los medios que hablaban de la posibilidad de que muchas personas que habíamos participado en la votación y que apoyábamos el procés teníamos el teléfono pinchado. Además, yo sabía que Herrero había tenido problemas con la Justicia y posiblemente no respondía al teléfono por miedo a que pudiese haber intervenciones telefónicas. Por eso, ponía en copia a la doctora Borràs para que le hiciese llegar que necesitábamos unas credenciales nuevas y que la web no estaba funcionando todo lo bien que debería”.

Foto: La presidenta suspendida del Parlament, Laura Borràs. (EFE/Andreu Dalmau)

Iolanda Pelegrí, entonces responsable de Proyectos y Actividades de la ILC, manifestó que una de las primeras iniciativas de Borràs fue renovar todo el portal web y crear nuevos portales sobre las conmemoraciones anuales de escritores. “Yo le dije [a Borràs] que no tenía idea de programación, pero que si quería haría un cursillo. Me dijo que no me preocupase, que ella se haría cargo personalmente de todo”, admitió Pelegrí. La directiva de la ILC también reconoció que Isaías Herrero les fue presentado por Laura Borràs a todo el equipo como el nuevo responsable de la página web de la institución.

Ante el tribunal desfilaron también representantes de varias sociedades cooperativas a través de las que Isaías Herrero presentaba presupuestos o emitía facturas. Todos los representantes de estas empresas corroboraron las declaraciones de Herrero sobre el modus operandi que utilizaban para presentar presupuestos y emitir facturas. En ese campo, el relato prestado por Herrero y por Pujol ante el tribunal es robusto y sin fisuras. Y ahora ha sido apuntalado por algunos de los testigos.

Los diferentes testigos que comparecieron este martes en el juicio contra Laura Borràs, expresidenta del Parlament y actual presidenta de Junts per Catalunya (JxCAT), corroboraron los testimonios de los otros dos acusados junto a Borràs, Isaías Herrero y Andreu Pujol. La líder política está acusada de prevaricación y falsedad documental por haber presuntamente desviado 335.700 euros hacia los bolsillos de su amigo Isaías Herrero entre 2013 y 2017, cuando era directora de la Institució de les Lletres Catalanes (ILC), un organismo dependiente de la Conselleria de Cultura. Para detraer el dinero público, se utilizaron 18 contratos ilegales que Borràs habría adjudicado a dedo a Herrero. Pujol prestó su nombre y el de su empresa para cubrir a este último, por lo que el dinero que cobró de la Generalitat acabó igualmente en las cuentas de Herrero.

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