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El amigo de Borràs admite que amañaron contratos y la defensa cae en el ataque personal
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Juicio en el TSJC

El amigo de Borràs admite que amañaron contratos y la defensa cae en el ataque personal

Isaías Herrero confiesa que la dirigente de Junts pactó con él contratos troceados y falsificaron presupuestos por 335.700 euros. La defensa intenta desacreditar el testimonio con preguntas personales sobre las adicciones del acusado

Foto: La presidenta suspendida del Parlament, Laura Borràs, a su salida del Tribunal Superior de Justicia de Cataluña (TSJC) tras una sesión del juicio. (EFE/Toni Albir)
La presidenta suspendida del Parlament, Laura Borràs, a su salida del Tribunal Superior de Justicia de Cataluña (TSJC) tras una sesión del juicio. (EFE/Toni Albir)

Isaías Herrero, amigo y colaborador de Laura Borràs, expresidenta del Parlament y actual presidenta de Junts per Catalunya (JxCAT), admitió ante el tribunal que juzga a la dirigente política que durante su etapa como directora de la Institució de les Lletres Catalanes (ILC) entre 2013 y 2017 ambos amañaron contratos y adjudicaciones públicas del Govern. Según la acusación del fiscal, cuando Borràs era alto cargo de la Generalitat, desvió 335.700 euros hacia los bolsillos de su amigo en 18 contratos que habían sido presuntamente troceados irregularmente. Tras la confesión del exsocio, la defensa de Borràs intentó desacreditarle incidiendo en asuntos personales. La letrada llegó a formularle cuestiones relacionadas con las drogas que supuestamente consumía.

En su declaración ante el tribunal este lunes, Herrero admitió que ambos acordaron que él se encargase de la gestión tecnológica y la informatización de la gestión del portal web de la institución. Pero la trampa estaba en que se haría mediante un procedimiento oculto, como si fuese un contrato de trabajo camuflado. Ante la imposibilidad de realizarlo legalmente (para un trabajo de estas características, Borràs hubiese tenido que convocar un concurso público), pactaron que Herrero facturaría el dinero a través de contratos.

Foto: Laura Borràs en el juicio. (EFE/Toni Albir)
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“Los contratos eran de obra y servicio y no podían superar los 18.000 euros”, confesó el colaborador de Borràs. De ese modo, burlaban la ley, que obliga a convocar concurso público si una adjudicación supera esa cantidad. Además, para poder hacerse con esos contratos, se debían presentar tres presupuestos a la Administración, que también eran falsificados. “Dos de los presupuestos habían de acompañar a uno que sabían que se aceptaría. Serían, podíamos decir, unos ‘presupuestos comparsa’ que ya se sabía que no se aceptarían”, admitió. Borràs y su amigo tenían una contraseña para decidir qué presupuesto sería el ganador: en ellos, incluían una clave: OK o No OK. El que llevaba la primera clave sería el que se llevaría la adjudicación oficial. “Era la manera de saber quién había de ser el adjudicatario”, subrayó Herrero a preguntas de la fiscal.

Los presupuestos fueron confeccionados en su totalidad por el propio Herrero, pero, en muchas ocasiones, los datos para hacerlos se los facilitaba Borràs. Es más: en un correo electrónico enviado desde su mail personal, la entonces directora de la ILC se ofrecía a confeccionar ella misma los presupuestos falsos, a lo que Herrero le respondió que no hacía falta, que los redactaría él. Sin embargo, los nombres de las empresas que debían presentar presuntamente los presupuestos, así como los datos fiscales de algunas de ellas, se los facilitaba Borràs.

El silencio de los acusados

Tras escuchar la confesión de Herrero y del segundo acusado, Andreu Pujol, utilizado para simular pluralidad de contratos, la defensa de Borràs intentó desacreditar el testimonio de ambos. Los dos se negaron a contestar a las preguntas de los letrados de la dirigente política, Gonzalo Boye e Isabel Albal. Los abogados llevaron sus preguntas por tales derroteros que el presidente del tribunal, Juan María Barrientos, les retiró la palabra. Boye optó por la táctica de que la mejor defensa es un buen ataque e intentó enredar la causa aludiendo a cuestiones extraprocesales que nada tenían que ver con los delitos investigados.

Foto: La expresidenta del Parlament Laura Borràs. (EFE/Andreu Dalmau)

Elbal ya avisó al tribunal de que protestaba porque no se habían tenido en consideración sus peticiones en la vista previa, entre ellas la de anular el juicio por supuesta vulneración de derechos fundamentales. Para empezar, el derecho de Herrero y Pujol a no contestar a sus preguntas ya enervó a Boye y Elbal. Esta última señaló que “el silencio puede ser interpretado. Y se debe valorar el silencio parcial”. Y apeló al “Convenio Europeo de Derechos Humanos” que “prevé interrogar a quien acusa”. El presidente del tribunal le hizo la primera amonestación: ni Herrero ni Pujol son acusadores, sino acusados.

Elbal subrayó en varias ocasiones que dejaba patente su protesta “por la limitación y restricción del derecho de defensa. Mi clienta pagó una tercera parte del informe de un perito que serviría para defender conjuntamente a los tres acusados". “Queremos saber por qué cambia de una versión a otra. Ahora da una versión diferente a hace tres años. Por eso cuestionamos su credibilidad. Aquí, en esta sala, sorpresivamente, ha incriminado a mi cliente”. Barrientos cortó a la abogada: “La credibilidad del acusado no está en función de las condiciones en que se haya desarrollado su declaración. No prestó juramento ni se le pidió la verdad. Sus respuestas serán atemperadas por el tribunal”, le advirtió el presidente.

placeholder Isaías Herrero a su llegada a los juzgados. (EFE/Quique García)
Isaías Herrero a su llegada a los juzgados. (EFE/Quique García)

Pero la letrada, ajena a las explicaciones del magistrado, siguió exigiendo que dijese “si pactó una rebaja de pena con la Fiscalía. Queremos saber por qué pactó”. En ese momento, le llegó la segunda advertencia de Barrientos: “Si ésta es la línea de interrogatorio, no se le admitirá. Ni se le dará turno si deja en el aire este tipo de interrogantes. Pregunte sobre los hechos que se están juzgando”. “Señoría, esto nos limita gravemente el derecho de defensa. El señor Herrero está condenado por delitos cometidos en ese periodo…”. “Señora letrado, no ha entendido bien. Esos son hechos por los que no está siendo acusada su defendida”, atajó el presidente.

Ataques personales

Tras ese pequeño rifirrafe, Elbal volvió a la carga, pero entrando por primera vez en desagradables cuestiones personales de Isaías Herrero que podrían hacer mella en su imagen y credibilidad. “Queremos saber qué sustancias consumía usted durante ese tiempo. ¿Admite que consumía anfetaminas, MDMA, coca, éxtasis, incluso heroína? ¿Compraba usted sustancias en la Deep Web, incluida heroína intravenosa y metadona? ¿No tomaba usted metadona? En un mensaje a la señora Laura Borràs del 8 de febrero de 2017 decía usted refiriéndose a algo que le pedía que ‘lo intentaré, pero ahora soy pura adrenalina y en parte es por el MTD’. ¿Se refiere a metadona? ¿Se refería a ella en conversación con la señora Borràs? ¿Tuvo que engañar a un organismo público que le suministraba la metadona?...”.

Foto: Laura Borràs. (EFE)

Las alusiones personales hacia Herrero colmaron el vaso de la paciencia del tribunal. En ese momento, Barrientos retiró la palabra a la defensa de Borràs. “Señora letrada, no ha formulado ni una sola pregunta por los hechos que se juzgan. Se le retira la palabra”. Aún así, su compañero de defensa, Gonzalo Boye, tuvo la intrepidez de preguntar al tribunal: “¿A este letrado también se le retira la palabra?”. La respuesta era obvia: “La defensa de la señora Borràs es una y en ella están incluidos todos los letrados que intervienen. No hay varias defensas de la señora Borràs”, zanjó agriamente el presidente del tribunal.

A preguntas de su defensa, Isaías Herrero, volvió a reconocer la falsificación de presupuestos y de contratos facilitada por Laura Borràs. Dejó claro que los trabajos por los que cobraba se realizaron, aunque otra cosa es que legalmente los pudiese o no pudiese hacer, puesto que se tenían que haber convocado concursos públicos y no realizar las adjudicaciones a dedo. Pero también desveló sus circunstancias personales por las que la defensa de la presidenta de JxCat quería desacreditarlo.

Foto: La expresidenta del Parlament Laura Borràs. (EFE/Quique García)

“En 2017, yo atravesaba una mala racha. Desde 2002, había tenido diversas adicciones. Pero en 2017 mi necesidad de obtener tóxico era importante. Antes de verano de 2017, ingresé en un programa de metadona. Y pasado el verano comencé a desarrollar actividades delictivas, como comprar droga en la Deep Web y revenderla o pasar billetes falsos. Necesitaba dinero para mis adicciones. Me detuvieron, me juzgaron y, en su momento, me condenaron. Acepté la responsabilidad de mi condena de la misma manera que ahora acepto la responsabilidad de los hechos que hoy se están juzgando”, dijo el antiguo amigo de Borràs.

Isaías Herrero, amigo y colaborador de Laura Borràs, expresidenta del Parlament y actual presidenta de Junts per Catalunya (JxCAT), admitió ante el tribunal que juzga a la dirigente política que durante su etapa como directora de la Institució de les Lletres Catalanes (ILC) entre 2013 y 2017 ambos amañaron contratos y adjudicaciones públicas del Govern. Según la acusación del fiscal, cuando Borràs era alto cargo de la Generalitat, desvió 335.700 euros hacia los bolsillos de su amigo en 18 contratos que habían sido presuntamente troceados irregularmente. Tras la confesión del exsocio, la defensa de Borràs intentó desacreditarle incidiendo en asuntos personales. La letrada llegó a formularle cuestiones relacionadas con las drogas que supuestamente consumía.

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